Trabajadoras del Hogar buscan sobrevivir con otros oficios, tras perder su fuente de empleo

A través de publicaciones se conoció que el sector de las trabajadoras del hogar enfrenta una situación económica compleja. Algunas fueron despedidas y otras obligadas a tomar vacaciones sin goce de haberes

Foto referencial: Ministerio de Comunicación

Si bien no existen estadísticas oficiales, diversas instituciones dedicadas a las trabajadoras del hogar calculan que la cuarentena por COVID-19 generó despidos masivos, disminución de salarios incluso por debajo del mínimo establecido, incremento de horas laborales con paga mínima o que fueron forzadas a tomar vacaciones sin goce de haberes.

Juana tiene 32 años, vive en la zona de Cerro Verde cerca del centro infantil en Cochabamba. No tiene celular, debe ir a la tienda si quiere hacer una llamada y últimamente lo hace seguido por sí se presenta un trabajo, mientras madruga todos los días para recoger ropa y lavarla, oficio con el que logra alimentar a sus dos hijos de 12 y 8 años. El problema es que a veces no consigue qué lavar y entonces cuida autos o incluso pide ayuda limosna.

Esta nueva forma de ganarse la vida surgió durante la cuarentena. Las familias que la conocían y que le confiaban su ropa para que ella se la lave, la rechazaron por miedo al contagio y porque la vieron sin medidas de bioseguridad. Ella ha creado su propia manera de protegerse con botellas desechables, pero aun así es muy difícil conseguir trabajo, contó.

“Antes que llegue el virus trabajó en una vivienda en la zona San Pedro, estuve más de dos años, cuidaba a una pareja de ancianos, les hacía la comida, los ayudaba a bañarse, vestirse, ir al baño, controlaba sus medicinas, pero llegó el coronavirus y sus hijos me dijeron que me fuera nomás porque ya no les alcanzaba para pagarme y ellos nomás cuidarían a sus padres”, dijo. Juana no enfermó, por suerte, pero con frecuencia le duelen mucho los huesos, sobre todo en las manos.

Leyda Alonso Rojas, secretaria ejecutiva de la Federación Nacional de las Trabajadoras Asalariadas del Hogar de Bolivia (Fenatrahob) dijo que la organización tiene 117.735 afiliadas de las cuales 9 de cada 10 han sido despedidas del trabajo, en su mayoría sin beneficios sociales.

Alonso explicó que esos datos los sacó de los registros e informes que hacen llegar a la Fenatrahob a través de las secretarías departamentales, lo que se corrobora a diario porque las líneas de la organización están constantemente copadas por llamadas de auxilio, denuncias y suplicas para que sean remuneradas o conseguir un trabajo. “Solo esta semana que recién empezamos ya hemos recibido más de 60 llamadas”, dijo Alonso.

Víctor Hugo Calisaya, sociólogo, trabaja en el Instituto de Investigaciones en Ciencias Sociales (Inciso) de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) explicó que datos, cifras concretas sobre la cantidad de trabajadoras del hogar que se quedaron sin fuente de ingresos es difícil construir en este momento, pero al observar el contexto y conversar con la gente, “se sabe que hay un despido masivo de personas que trabajaron en el área, además porque su presencia implica un gasto que ha sido y es difícil de cubrir debido a las consecuencias de la pandemia”.

El sociólogo recordó que a partir de la Ley 2450, la relación laboral entre las trabajadoras y las familias que las contratan se legalizó, en ese marco ellas tienen derechos y no pueden ni deben renunciar y por derecho seguro buscarán defender su fuente de trabajo”, opinó.

Sobre la mendicidad en algunos casos, Calisaya dijo que es un “trabajo”, pero que también se conoce que las mujeres jóvenes, sobre todo, han optado por la prostitución por la necesidad económica.

Calisaya comentó que la situación económica será alarmante en los siguientes años, que son varios los sectores laborales que se vuelcan ahora al espacio público de las ciudades para buscar oficios que permitan la sobrevivencia, un panorama que será más duro para los jóvenes y para las mujeres, según su análisis.

Rodrigo Maydana Uria, asesor y abogado de la Fenatrahob a nivel nacional, dijo que las trabajadoras están vulneradas debido a la cuarentena, en su mayoría han sido despedidas u obligadas a vacaciones forzadas y las que tienen vacaciones son no remuneradas, todas han sufrido, sobre todo las que trabajan cama adentro. “De hecho, la Organización Internacional del Trabajo las califica como las áreas de más difícil protección, eso es lo que dificulta no obstante la labor de los sindicatos y los convenios que firmamos, brindamos la atención gratuita a las trabajadoras del hogar”, dijo.

La socióloga Carla Ascarrunz, que también integra el Instituto de Investigaciones en Ciencias Sociales de la UMSS explicó que el trabajo en el hogar es “infravalorado e invisibilizado”.

Además dijo que “amortiguan” las tensiones familiares que se generan en la familia por las tareas del hogar. Ascarrunz mencionó a la investigadora Elizabeth Peredo y coincidió con ella en la siguiente afirmación: “Las Trabajadoras del Hogar se encuentran en la franja de vulnerabilidad de los derechos humanos en una triple dimensión (género clase y etnicidad) Sesgo racial muy fuerte, por ser un trabajo desempeñado por niñas y mujeres que provienen del mundo indígena o de zonas de asentamiento de migrantes”

Defensa de sus derechos

El abogado, Rodrigo Maydana, explicó que, estos últimos meses, las tres centrales de la Fenatrahob, Santa Cruz, La Paz y Cochabamba, que cuentan con ayuda legal, están saturados de denuncias y la mayoría desembocan en el órgano judicial a través de demandas porque el Ministerio de Trabajo es una instancia más conciliadora, “Lo que se está preparando son demandas para órgano judicial porque no se pudieron resolver a través de la conciliación, imagino que vamos a seguir presentando demandas de una manera constante, de tal manera que sea un juez el que obligue a su cumplimiento”, anunció.

El abogado informó que de acuerdo al último censo en Bolivia se registró cerca de 120 mil trabajadoras del Hogar.

El abogado Maydana dijo que si bien las trabajadoras no están reconocidas en la Ley General del Trabajo, tienen la Ley 2450 que las ampara en cuanto al tema del salario, vacaciones, las horas de la jornada laboral y pago de horas extraordinarias.

Situación a nivel nacional

Leyda Alonso dijo que la situación durante los últimos meses ha sido muy dura para el sector integrado en mayor parte por madres solteras y con escasa instrucción escolar. “Muchas que trabajaban cama adentro fueron despedidas, en otros casos las despidieron con la mitad de su salario y a una mayoría no se le reconoció beneficios sociales, luego de que estuvieron entre 5 hasta 20 años en el trabajo”.

Felicia Tolavi es la secretaria ejecutiva del Sindicato de trabajadoras del Hogar de Sucre, ella contó que muchas de sus compañeras que provienen del área rural tuvieron que retornar a su lugar de origen en la mayoría sin recursos, otras por no perder el trabajo se sometieron a ser trabajadoras cama adentro con la recarga indiscriminada de oficios y además con la reducción de su salario. “Se tuvieron que aguantar calladas por necesidad”, dijo.

En Cochabamba la situación es la misma, según contó Gregoria Gabriel, la representante para la prensa de la Fenatrahob en ese departamento. “No nos ven como trabajadores que deban respetar, siempre hemos sido ignoradas, no tenemos seguro de salud, muchas han caído con el COVID-19 y algunas han pasado eso a plan de medicina natural, mates y esas cosas”, lamentó que el sector no cuente con un seguro de salud.

Gabriel contó que las trabajadoras han tenido que buscar distintos oficios para sobrevivir, vender cosas, hacer trabajos por días, cocer, lavar ropa, algunas se emplean en labores de casa, en el mejor de los casos media jornada o un día a la semana. “Hacen todo lo que sea posible hacer para sobrevivir”, contó.

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