El TSE busca reconstruir la confianza ciudadana en medio de la desinformación

Salvador Romero Ballivián, sociólogo, político, investigador y escritor paceño; ocupa el cargo de presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE) desde el 25 de noviembre de 2019, tras los conflictos sociales que se desataron debido a la anulación de las elecciones de octubre de ese año y el posterior cambio de Gobierno.

El Órgano Electoral fue blanco de mentiras en las redes sociales durante el proceso electoral. A un mes de la votación, Salvador Romero explica cuáles fueron los principales desafíos de este proceso y en qué medida influyó la desinformación que circulaba

Por: Jackeline Rojas Heredia

Salvador Romero Ballivián, sociólogo, político, investigador y escritor paceño; ocupa el cargo de presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE) desde el 25 de noviembre de 2019, tras los conflictos sociales que se desataron debido a la anulación de las elecciones de octubre de ese año y el posterior cambio de Gobierno.

Romero ocupa el cargo por segunda vez, su primera gestión fue entre 2004 y 2008, un periodo de reestructuración para el país. Bolivia Verifica quiso conocer las impresiones de Romero en torno a la desinformación, los falsos mensajes que circularon en redes sociales para atacar la credibilidad del TSE y su labor como presidente durante el reciente finalizado proceso de elecciones generales 2020.

_A poco tiempo de finalizado el proceso electoral y al inicio del siguiente, ¿Cuál es el diagnóstico que hace sobre los desafíos que el TSE tuvo que asumir?

La elección del 2020 ha sido la más compleja en la historia democrática del país, primero por su punto de partida porque era organizar una elección luego de anularse la de 2019 que es un hecho excepcional. De hecho, en América Latina se han anulado dos elecciones: la peruana del 2000 y la boliviana de 2019, eso implica un evento traumático para el sistema político, para la democracia, para un país.

Un segundo elemento fue que un tercio de los tribunales estaban destruidos y si uno añade los daños a otros tribunales, era prácticamente la mitad de la infraestructura de los tribunales departamentales destruidos y eso implicó problemas para los vocales que necesitaban comenzar a trabajar porque no tenían el más mínimo equipamiento.

Se añade a eso, como tercer elemento, la elección de nuevas autoridades como medida fundamental para recuperar la confianza ciudadana, pero al mismo tiempo, muchos carecían de experiencia en organizar un proceso electoral, traían consigo una trayectoria profesional reconocida, un reconocimiento ético a su trabajo, pero no experiencia en asuntos electorales y eso fue complejo.

Por último, el tiempo corto que se dio para volver a convocar elecciones, 120 días, era una dificultad adicional. A todo esto se añadió la llegada de la pandemia a Bolivia.

_Hubo mucha desinformación antes de la votación, durante y después en contra del TSE. ¿En qué medida considera usted que afectó el trabajo del Órgano Electoral?

Este proceso electoral fue un tiempo propicio para la elaboración de noticias falsas, engañosas, algo que ustedes conocen muy bien. De hecho, haremos conocer muy pronto una investigación por la Universidad Católica que muestra un elemento singular, atípico y es que el Órgano Electoral fue la principal víctima de las noticias falsas en este proceso electoral. No fueron los partidos políticos o los candidatos y ese es un elemento bastante singular. Pese a ello tuvimos una jornada electoral bastante exitosa por cuatro elementos.

El proceso electoral transcurrió en un ambiente de tranquilidad, hay que recordar que días antes existía una gran ansiedad, temor en la población, se agotó la gasolina, la gente se aprovisionó porque existía incertidumbre, pero todo transcurrió en paz y tranquilidad.

Segundo, tuvimos una jornada de mucha participación, aproximadamente votó el 88% de la población y es un dato que está por encima del promedio habitual de Bolivia que es uno de los más altos de América Latina en el siglo XXI y que tiene la característica de haberse desarrollado en pandemia.

Otro elemento es que las observaciones internacionales calificaron el evento de ‘exitoso’ que tiene una doble característica, triple tal vez, por un lado, son actores neutrales, no están a favor ni en contra de ninguna candidatura, luego tienen una mirada experta sobre el proceso electoral y la tercera, es que trabajan con metodologías serias, probadas en muchos contextos. Cuando emiten una evaluación nunca es una opinión ligera, entonces coincidieron en destacar la transparencia, la limpieza del proceso electoral, lo que hizo que la comunidad internacional reconociera el resultado de la elección.

Un cuarto elemento es que los candidatos, los competidores, reconocieron esos resultados y el quinto elemento, no menor, es que tuvimos el tiempo de cómputo más rápido de la historia democrática del país: cinco días. Esto que generó certezas a la población, el promedio era 19 días y fue un cómputo que no tuvo actas anuladas.

_Sin embargo, mucha de la información que circuló en redes sociales hace referencia a irregularidades en algunas actas…

Decir que ninguna de las actas fue anulada no significa que las actas estuvieran todas perfectamente llenadas. Tuvieron errores subsanables, errores de sumas, la cantidad de notarios o votos que se consignaron a favor de candidatos que ya se habían retirado de la contienda, pero ninguno de estos elementos puso en tela de juicio la honestidad del trabajo que realizaron los jurados electorales. Todos los errores fueron subsanables, errores previsibles por la ley misma.

_¿Considera que el TSE ha logrado reestablecer la confianza en el Tribunal luego de las elecciones de 2019?

Uno de los grandes retos que tuvo esta gestión fue el de reconstruir la confianza ciudadana en el TSE y en el proceso electoral previo el elemento traumático de 2019 porque eso dejó elementos de desconfianza profunda que no son sencillos de revertir. Uno de esos elementos fue la reconstrucción de la confianza pero existe todavía trabajo por realizar. El país logró construir credibilidad en torno al sistema electoral durante aproximadamente dos décadas, inicio cuando aparece un momento de quiebre en 1991 y se empieza a construir un Órgano Electoral que le genere certeza y confianza a la ciudadanía y eso fue exitoso, y la elección de 2020 apunta a reconstruir esa confianza y lo logró en buena medida, pero todavía hay camino que recorrer porque arrastramos los efectos de un evento traumático.

_En su evaluación, ¿qué considera que le hace más daño a una institución: la circulación de noticias falsas o la falta de información oportuna y precisa? ¿Cómo evalúa en este último caso el accionar del TSE?

Creo que no faltó información de parte del Tribunal Supremo Electoral, no solo la cantidad de entrevistas, de boletines, comunicados que han sido muy significativos y como política del TSE nunca se negó ninguna entrevista, menos información. La política fue los medios preguntan aquello que consideran que es lo adecuado y es el centro de su interés, pero es complejo y difícil cuando tenemos el fenómeno que describíamos, el blanco de la mayor cantidad de información engañosa o falsa fue el TSE, malas interpretaciones, etc. Frente a eso es muy difícil compartir cuando uno es el objeto de tal cantidad de noticias falsas, frente a esa multiplicidad el Órgano Electoral era un solo actor buscando responder.

Muchas veces la verdad, la información técnica, es compleja. Voy a dar solo un ejemplo: que el voto urbano vale menos que el voto rural, es una frase que puede tener un efecto contundente pero es mentira. Explicar el sistema electoral boliviano que es complejo, para determinar la cantidad de representantes que tiene cada organización se requiere comprender como se articula el sistema de los diputados uninominales, es una explicación compleja frente a una mentira que se enuncia de manera muy simple en términos muy contundentes, entonces, por supuesto, que desmentir esas noticias falsas es un reto.

(Bolivia Verifica realizó una nota sobre la falsa desigualdad del voto rural frente al urbano, puedes leerla haciendo clic aquí)

_Evidentemente en esto, los medios de comunicación juegan un rol fundamental ¿Qué cambios considera que deberían plantearse los medios y los periodistas en cuanto a la cobertura electoral?

Los medios de comunicación, en general, han cumplido con la labor básica de difundir información, creo que desde ese punto de vista han cumplido una labor importante. Donde sí ha circulado una cantidad grande de noticias falsas ha sido en redes sociales, el trabajo de ustedes (Bolivia Verifica) ha sido vital porque han evitado que todas esas noticias falsas salten a los medios de comunicación y eso ha sido muy fuerte.

_¿Qué cosas cambiaría para fortalecer al TSE en miras a las próximas elecciones?

Uno de los puntos que hemos reconocido que se debía mejorar es que no logramos encontrar el punto de equilibrio adecuado entre el tratamiento seguro de las actas con un sistema más ágil de difusión de los datos oficiales. El domingo de la elección no logramos ese equilibrio. Luego por supuesto encontramos el equilibrio para cerrar el computo más rápido de la historia lo que nos da una lección de cómo debemos trabajar ese punto de equilibrio entre la seguridad y tratamiento del acta que es fundamental y el mecanismo más ágil para difundir ese resultado.

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