COVID: Las vacunas no contienen «veneno» como dice exasambleísta tarijeño
Por medio de WhatsApp circula un video del abogado y exasambleísta departamental de Tarija Sergio Reyes Canedo, cuyo discurso se enfocó en las vacunas anticovid, donde advierte a los médicos de atenerse a las consecuencias legales al ser cómplices de un «genocidio». Este discurso es falso.
El abogado mediante un video advierte a los médicos que pueden quedar involucrados en la comisión del delito de genocidio. Contrariamente a su discurso, los números de muertes e internaciones por coronavirus desde que inició la vacunación han reducido drásticamente en el país
Por medio de WhatsApp circula un video del abogado y exasambleísta departamental de Tarija Sergio Reyes Canedo, cuyo discurso se enfocó en las vacunas anticovid, donde advierte a los médicos de atenerse a las consecuencias legales al ser cómplices de un «genocidio». Este discurso es falso.
El equipo de trabajo de Bolivia Verifica seleccionó cuatro datos verificables: tres falsos y uno engañoso.
El abogado constitucionalista y exasambleísta departamental de Tarija en un video que se difunde en cadena por diferentes redes sociales, indica que las vacunas avaladas contra el coronavirus COVID-19 son «experimentales y venenosas».
A continuación, desglosamos las verificaciones que realizamos a tres frases del abogado.
FALSO: “Los efectos secundarios de estas sustancias les está generando severo deterioro a la salud, y también la muerte de muchos bolivianos y bolivianas, pese a la enorme cantidad de pruebas inequívocas que la comunidad científica y médica ha demostrado, la letalidad del veneno que hoy se coloca también a nuestros niños”.
Sergio Reyes asegura que «muchos» bolivianos han fallecido a causa de las vacunas, pero los registros lo contradicen.
En Bolivia desde junio de 2021 hasta marzo de 2022, 11.113 personas fallecieron a causa del covid-19, de ellas, según el reporte del Ministerio de Salud 10.149 no contaban con esquema completo de la vacuna, es decir, el 91.3%.
Sobre la «letalidad de las vacunas», que refiere el abogado, los datos a nivel internacional también contradicen su discurso.
La tasa de letalidad se refiere al cociente de fallecimientos en relación a las personas que se han contagiado de dicha enfermedad, cuyo resultado se suele multiplicar por 100 para mostrar el porcentaje.
En síntesis, la letalidad es la proporción de personas que contraen una enfermedad y mueren a causa de la misma durante un período determinado.
La tasa de letalidad más alta que tuvo Bolivia por covid-19 fue en abril de 2020 que llegó a 8,2%, posteriormente se mantuvo entre 4,5 a 5%. Tras la vacunación, la tasa de letalidad bajó en el país. La inmunización contra la covid-19 en el país inició en enero de 2021 con el arribo del primer lote de vacunas.
La tasa de letalidad redujo hasta enero de 2022 a 0, 7%, según refleja el informe del Ministerio de Salud y Deportes. La tasa de letalidad hasta el 10 de septiembre de 2022 es de 2,01 en Bolivia, señala el informe de OurWorldInData.
Los países con la tasa de letalidad más alta en la actualidad son precisamente aquellos que tienen los índices más bajos en vacunación. Uno de estos casos es de la República de Yemen que tiene una tasa de letalidad por covid-19 de 18,06% y solamente el 2,2% de su población recibió al menos una dosis de la vacuna, indica el registro de OurWordInData hasta el 10 de septiembre de 2022.
Situación similar ocurre con países como Somalia y Sudán con tasas de letalidad por encima del 5%, mientras que la proporción de su población vacunada se encuentra entre las más bajas, sin pasar el 20%, indican sus registros.
OurWorldInData, es el sitio de referencia internacional que muestra datos actualizados de los diferentes países en el periodo de pandemia.
Sobre los efectos secundarios de las vacunas, no se ha registrado oficialmente hasta la fecha una muerte a causa de las vacunas en el país.
Los efectos secundarios más comunes después de recibir la vacuna son: fiebre, dolor en el brazo y dolores musculares, explica la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El informe de seguimiento de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) señala que el índice de casos graves tras la vacunación es de aproximadamente 5 por cada millón de dosis administradas.
Respecto a la composición de las vacunas contra la COVID-19, se ha podido verificar que las mismas no contienen elementos tóxicos o «veneno».
La OMS tiene el procedimiento del listado de uso de emergencia (EUL) que evalúa la idoneidad de los productos sanitarios que todavía no están autorizados para su utilización durante emergencias de salud púbica, como los brotes de poliomielitis y de COVID-19.
Según la OMS, el procedimiento EUL es una “evaluación rigurosa” de los datos de ensayos clínicos de fase II y fase III, así como otros datos relativos a la seguridad, la eficacia y la calidad de la fabricación. Los datos se someten al examen de expertos independientes que analizan el conjunto actual de pruebas sobre la vacuna en proceso de estudio, los planes para supervisar su uso y los estudios futuros.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) constata que las vacunas han pasado todos los protocolos de seguridad, es decir, aquellas que se encuentran en la lista EUL, han pasado las tres fases establecidas, no son experimentales.
Las vacunas contra la COVID-19 autorizadas en Bolivia son: AstraZeneca, Janssen, Moderna, Pfizer, Sinopharm, Sinovac y Sputnik V.
FALSO: “Hasta hoy, -en- ningún frente hospitalario de vacunación se informa que estas sustancias están todavía en la tercera etapa experimental, tampoco muchos de ustedes saben que los mismos prospectos de las vacunas COVID-19 de todas las marcas se indica con claridad que en los compuestos hay: vinero, sal, aluminio, células diploides de fetos humanos y, para apretar los males se ha descubierto también grafeno, sustancias altamente tóxicas y de cualidades transgénicas que son en este momento las responsables de las muertes en nuestro país”.
En Bolivia, se distribuyeron seis tipos de vacunas contra la COVID-19: Sputnik V de Rusia, Sinopharm de China, AstraZeneca de Inglaterra, Jassen de J&J, Moderna y Pfizer de Estados Unidos.
Según las fichas técnicas de cada una de estas vacunas, ninguna posee en sus componentes elementos tóxicos, como se cita en el video.
Cualquier persona puede ver la composición de las vacunas contra la COVID-19 que han sido autorizadas en el país.
En la revisión, se encontró que la vacuna Sinopharm tiene entre sus componentes hidróxido de aluminio en cantidad de 0,225 miligramos por dosis, cantidad que no representa un riesgo para las personas, según se explica en su ficha técnica.
¿Qué es el grafeno?
Es el material natural más resistente y flexible que se conoce hasta el momento, también es conductor del calor y la electricidad. Este componente se utiliza en la construcción, en la industria y también en la medicina, detalla el sitio oficial de Graphenano.
Graphenano es una empresa líder a nivel mundial en la fabricación de grafeno a escala industrial.
En anteriores oportunidades (1, 2 y 3), se aclaró que el grafeno no está entre los componentes de las vacunas contra la COVID-19 que fueron avaladas.
Las teorías sobre el uso de fetos abortados han circulado en diferentes oportunidades en las redes sociales, esta desinformación es vinculada falsamente a la línea celular MCR-5 y a la vacuna AstraZeneca.
¿Qué es esta línea celular? Las células originales de donde nace esta línea provienen de un feto abortado en la semana 14 por causas médicas en 1966, y ha sido utilizada en diferentes vacunas por décadas como ser la triple vírica, la varicela y la polio; sin embargo, ninguna vacuna contra la COVID-19 utiliza tejidos de fetos.
“Los expertos en vacunología niegan con rotundidad que estos medicamentos puedan llevar tejidos de fetos humanos extraídos de un aborto y precisan, en cambio, que se usan cultivos de células obtenidos en laboratorio cuyo origen humano se encuentra en los años 60 en Suecia y el Reino Unido”, se explica en el sitio de verificación EFE.
En síntesis, los científicos que elaboran las vacunas no trabajan con el material genético original, sino que utilizan líneas celulares creadas por medio de cultivos, copias y desarrollos de las células extraídas de tejidos humanos «mucho tiempo después de su obtención», así detalla el artículo «Vacunas, células de fetos abortados y otras teorías irracionales» publicado por la Asociación Española de Pediatría (AEP).
Las vacunas no contienen células diploides de fetos humanos ni grafeno, según consta en las propias fichas técnicas.
ENGAÑOSO: “La legislación del medicamento en Bolivia prohíbe que los médicos o personal de salud administren sustancias sin la aprobación de la única entidad estatal que tiene el deber de aprobar o rechazar su vigencia. Hasta hoy, pese a los innumerables reclamos escritos, Agemed, que es la Agencia Estatal del Medicamento, no ha emitido una resolución de fundamentación científica que apruebe las vacunas COVID-19. Esta omisión es ya un crimen en sí mismo”.
¿Por qué se dice que esta afirmación es engañosa?
Según el Decreto Supremo N° 452 para la adquisición de vacunas contra la COVID-19, bajo los principios de transparencia y de legalidad se debe llenar un registro sanitario de la Agencia Estatal de Medicamentos y Tecnología en Salud (Agemed), con el que es regulada la compra de estos insumos.
El plan para la vacunación contra la COVID-19 elaborado por el el Ministerio de Salud y Deportes de Bolivia explica que la Agemed debe vigilar la seguridad que ofrece el uso de medicamentos reconocidos por ley sobre la población y aportar información oportuna mediante la detección, recolección, análisis, evaluación y prevención de las reacciones adversas a medicamentos y problemas relacionados con los mismos.
La adquisición de las vacunas ha sido efectuada bajo los parámetros establecidos por esta instancia. Los inmunizantes aprobados se encuentran dentro de la Lista Nacional de Medicamentos Esenciales 2022-2024 aprobada mediante la resolución ministerial N° 0132.
La contraparte de Sergio Reyes
Cumpliendo con la metodología de verificación de discurso, Bolivia Verifica tomó contacto con el abogado Sergio Reyes para consultarle en qué fundamenta sus dichos sobre las vacunas.
El abogado respondió con un enlace del portal web denominado News Punch, cuyo artículo habla de cientos de niños diagnosticados con «demencia infantil» a causa de las vacunas COVID. Sobre este punto envió el link de otro artículo del portal El Diario de Vallarta, donde dice que jugadores de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) murieron repentinamente, atletas colapsando con ataques al corazón, por causas de las vacunas anticovid.
“Hay que entrar no más a las páginas internacionales que tienen las empresas AstraZeneca, Sputnik, Moderna y hay que bajar el prospecto de las vacunas, ellos no han escondido la posología, (…) se van a posología y te dicen exactamente lo de las células diploides, células de mono verde, textualmente están puestas en casi todas las vacunas, está también vivero sal, están otros elementos que son altamente tóxicos, son cancerígenos y también está el hecho de que no se hacen responsables más allá de dos meses, y en algún caso, son 89 días de supuesta efectividad inmunológica que por supuesto ha sido desmentido. Por ejemplo, en Santa Cruz ha habido más gente muerta en un día vacunada con dos o cuatro dosis que gente no vacunada, todos estos elementos son corroborables”, describió.
Sobre los casos mencionados de muertes de jugadores de fútbol profesional por las vacunas, la FIFA desmintió esa versión.
La FIFA ha confirmado a la verificadora española Newtral.es que estas afirmaciones son “fake news”, tomando en cuenta que la federación internacional “no tiene conocimiento de un aumento de episodios de paros cardíacos”. Incluso, esta organización, tiene un registro de muerte súbita cardiaca el cual no ha observado un aumento de muertes de jugadores por esta causa a raíz de la campaña de vacunación.
A la hora de consultarle a Sergio Reyes de dónde sustenta la versión de que las vacunas tienen sustancias tóxicas como grafeno, tejidos de fetos abortados, entre otros, envió direcciones web de sitios como la Quinta Columna, La Bitacora y Trikaba, entre otros, que aseguran que estos componentes son claves para deshacerse de la población.
“Cuando salió el tema del COVID-19 en enero de 2020, la OMS ha tomado directrices importantes en casi todos los países del mundo, inmediatamente el Ministerio de Salud de Bolivia, asumió que había que tratar con ciertos medicamentos que solamente la OMS podía dictaminar y esto no era cierto, entonces la OMS prohibió dos medicamentos que fueron claves para salvar gente en Bolivia; uno es la ivermectina y el otro es la hidroxicloroquina; estos estaban prohibidos, pero los buenos médicos bolivianos dijeron: ‘tenemos consciencia que sí funcionan, entonces, los incluyeron en los kits de tratamiento en contra la COVID-19”, responde Sergio Reyes.
Este último argumento utiliza el abogado para basarse en los sitios web mencionados, en lugar de acudir a instancias oficiales o estudios científicos avalados por pares.
Contenidos de sitios web como la Quinta Columna (1 y 2) y News Punch (1) fueron anteriormente desmentidos, tanto por este medio, como por otras verificadoras internacionales.
Pese a las aseveraciones del abogado, los datos disponibles sobre la ivermectina no muestran que sea eficaz contra la COVID-19,afirma un informe de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos.
El presidente de la fundación Clubes de Ciencia Bolivia Omar Gandarilla dijo anteriormente a Bolivia Verifica que en el caso concreto de la ivermectina, “no existen datos fuertes” que sirvan para prescribirla, pues los estudios cotejados no dieron resultados que reflejen cambios en el organismo de las personas que la toman.
Uno de los estudios que cumplió con todas las fases de rigor científico fue realizado en Cali-Colombia, cuyos resultados develaron que este producto no evitó la progresión de la enfermedad, la infección, la mortalidad y la estancia hospitalaria.
El abogado Sergio Reyes también compartió al equipo de Bolivia Verifica una serie de videos donde se cuestionan las vacunas y las posturas oficiales en torno al manejo de la pandemia y el uso de barbijos.
“Los culpables de todo este genocidio son la cúpula de la Organización Mundial de la Salud, la Organización Panamericana de la Salud, las autoridades políticas de los países que sin verificar realmente el contenido de las vacunas y no darse la molestia, porque aquí hay personas súper entendidas en el tema que han intentado levantar la voz y han sido calladas por organismos como Bolivia Verifica en el Facebook y en otras redes sociales, donde los chequeos son sumamente arbitrarios y no se toman la molestia de saber quién es el mensajero”, agregó el abogado.
Al hacer una revisión de todo el material enviado por el abogado para respaldar su discurso, no se encontró ningún estudio científico publicado por alguna revista especializada ni constatado por pares.
En resumen, no existen pruebas ni estudios científicos avalados por pares donde se indiquen que las personas están siendo envenenadas por las vacunas anticovid, cuyos componentes son de acceso público, además que las mismas están debidamente registradas por las entidades de salud autorizadas.
Contrariamente al discurso del abogado, el número de muertes por coronavirus en el país ha reducido drásticamente desde que inició la campaña de vacunación, situación que se puede constatar no solo en los informes del Ministerio de Salud, sino en los propios registros hospitalarios.