Más de 10.000 personas lograron superar sus adicciones y reinsertarse en la sociedad

El modelo de intervención de Remar Bolivia, que cuenta con casas de acogida en cinco departamentos, se basa en cinco pilares. Además, su sostenibilidad se apoya en otras cinco acciones. Tú también puedes buscar ayuda o aportar.

Imagen referencial, fuente: Despacho Digital.

“Antes, tomaba solo en fiestas, luego todos los fines de semana bajo la excusa de que el trabajo me tenía estresado; después comencé a beber entre semana y mas tarde casi a diario. No reconocía mis problemas con la bebida y como ya no tenía trabajo comencé a vender las cosas de mi casa y luego a robar para seguir bebiendo. Como consecuencia, perdí mi matrimonio y a mis hijos”, le cuenta a Bolivia Verifica un hombre de 35 años al que llamaremos Manuel.

“Mi adicción a las drogas comenzó desde el colegio, la primera vez que me drogué fue en casa de un compañero a modo de juego por cumplir un reto. Empecé como la mayoría con marihuana, pero después ya no me hacía efecto y comencé a buscar drogas más fuertes, inhale clefa y consumí pasta base de cocaína”, confiesa, por su parte, Marco, de 24 años, cuya identidad también protejemos.

Para Manuel y Marco, la batalla contra sus adicciones ha sido un vía crucis, pero hoy están limpios y pueden dar testimonio de su logro.

Más de 10.000 personas con adicción a las drogas o el alcohol han logrado superar estas enfermedades en Bolivia con apoyo de una institución que en sus 25 años de existencia aplica un método de tratamiento basado en cinco pilares: atención inmediata, supervisión, terapia ocupacional, terapia grupal y apoyo espiritual.

El éxito de su intervención se complementa con un modelo de autosostenibilidad que se apoya en donaciones, prestación de servicios y, si es posible, en aportes de familiares de los pacientes. Pero no siempre fue así, con el paso de los años fueron ideando y desarrollando nuevas estrategias para no fracasar en el intento.

“Queremos ayudarte, no pierdas la esperanza, hay solución”. Este es el mensaje que Remar Bolivia lleva a las personas con todo tipo de adicciones. Remar es el nombre formado de dos vocablos: reinserción de marginados, o sea aquellos a los que la sociedad hace a un lado.

La institución benéfica fue fundada hace 41 años en España por el pastor Miguel Díez, precisamente, con ese fin. Con los años, se fue extendiendo a nivel nacional e internacional hasta sentar presencia en más de 70 países.

Jon Ugalde es pastor y director de Remar Bolivia, llegó al país hace 25 años junto a otros seis misioneros. Inmediatamente, abrieron una oficina pequeña cerca de El Prado paceño y alquilaron un departamento chico en Miraflores. Desde ese momento comenzaron a ayudar a gente con problemas de adicción al alcohol y las drogas.

“Al principio llevábamos a las personas al departamento de Miraflores, pero los vecinos comenzaron a quejarse, halagaban nuestra labor, pero también mencionaban que era peligroso. Entonces nos fuimos a Mallasa donde construimos las primeras casas de acogida”, cuenta Ugalde.

La institución también trabajan con adolescentes rebeldes o depresivos, porque la prevención es otro de sus objetivos. Ugalde asegura que desde que llegaron a Bolivia y hasta la fecha ayudaron a más de 10.000 personas a superar sus adicciones. Actualmente se encuentran en La Paz, Oruro, Cochabamba, Santa Cruz y Beni.

“Miles han pasado por aquí: grandes, jóvenes, casados, solteros, banqueros, políticos, amas de casa, profesionales, empresarios, todo tipo de gente”, refiere.

Manuel y Marco recibieron ayuda de Remar Bolivia y en sus casos, como los de otros, el método de intervención les permitió tomar una nueva oportunidad en la vida.

Atención sin discriminación e inmediatez

Todas las personas que necesiten ayuda para superar cualquier tipo de adicción pueden acudir a Remar Bolivia sin importar su edad o su condición socioeconómica e inmediatamente son atendidas. “Recibimos a la gente que el resto no quiere: almas perdidas, drogadictos, alcohólicos, a chicas desahuciadas, al matrimonio destruido. No los quiere la sociedad, pero Remar los quiere”, comenta Ugalde.  

El procedimiento se realiza de la siguiente manera: 

  • La persona con problemas de adicciones puede acudir a cualquiera de las instalaciones de Remar Bolivia, solo o acompañado, de 9:00 a 18:00.
  • Al llegar se le hace una hoja de vida donde se especifican sus datos personales y el tiempo de consumo de drogas o alcohol que tiene. También se consulta si tiene problemas judiciales como consecuencia de sus adicciones.
  • El siguiente paso es comunicarle cuál será el proceso de recuperación y se le consulta si está de acuerdo con internarse.
  • Si la persona acepta, recibirá la ayuda de Remar Bolivia de manera inmediata. 

“Si está dispuesto a venir con nosotros al internado, en 20 minutos ya tiene un sitio para rehabilitarse. No le decimos vente mañana, pasado o al año que viene, una persona así necesita ayuda inmediata, en ese mismo momento se le deriva a una casa (de acogida) según la problemática (tipo de adicción). La gente está harta de charlatanes, se debe actuar con celeridad para ayudar, para que la persona no diga que nadie le ayudó y que no tuvo la oportunidad”, explica su director.

La internación voluntaria y los otros cuatro pilares de atención

El psicólogo Mauro Luján, quien trató por años a pacientes con este tipo de adicciones, precisa que ninguna rehabilitación se logra por la fuerza y que todo tiene que ser voluntario.

“No se puede ayudar a quien no quiere recibir ayuda, por eso siempre dicen que el primer paso para hacerle frente a la adicción es reconocer que uno es adicto. Antes existían centros de rehabilitación donde los familiares internaban a la persona con adicciones por la fuerza y los encerraban, pero los internos sufrían torturas y se escapaban, hoy por hoy ese tipo de terapia se ha descartado”.

Por eso, en Remar Bolivia valoran que las personas que necesitan ayuda vayan por mutuo propio y sostienen que, en estas condiciones, la internación da buenos resultados. Ugalde se anima a decir que  hasta en un 95% de los casos.

El modelo de atención empieza con la admisión del paciente, quien llega de manera voluntaria (1)“Cuando la persona viene a internarse está 24 horas con nosotros bajo supervisión. Luego, en el tratamiento hay controles (2), terapia ocupacional (3), terapias grupales (4) y apoyo espiritual (5)“.

Algunas veces han realizado terapias externas, “pero cuando la persona abandona la casa de acogida no podemos responder por él”, se lamenta.

La internación se realiza de manera voluntaria, sin obligación de nadie. Es más, en las casas de acogida no existen candados ni cerraduras. “Cuando una persona quiere irse, nosotros le hablamos, tratamos de hacerle entrar en razón, le apoyamos para que siga su proceso de recuperación. Pero si insiste en retirarse puede irse cuando quiera, no es necesario que salte muros o rompa candados”.

A sus 20 años Marco fue llevado a Remar Bolivia por su madre, quien es comerciante y tiene 3 hijos más, estuvo casi tres meses internado, pero no podía dejar las drogas y escapó. 

“Fui llevado casi obligado, me estaba portando muy mal y mi madre llorando me dijo que estaba dando mal ejemplo a mis hermanitos pequeños. Al principio estaba como enojado, no quería estar ahí y tenía ganas de fumar marihuana, un día me desperté, fui al baño me arreglé y me escapé corriendo como si me estuviera fugando de la cárcel. Me reencontré con mis amigos y volví a drogarme”.

Marco recayó, pero al poco tiempo un suceso le hizo recapacitar. “Un día que estaba en casa sentí el olorcito característico de la marihuana, mi hermano menor de 15 años llegó con ese olor impregnado a su ropa, lo miré y tenía los ojos rojos y achinados. Quería pegarle, pero no pude, en ese momento sentí lo que mi madre sentía al verme a mí, me sentí muy culpable solo me puse a llorar, esa noche no dormí nada y al día siguiente me fui de casa sin avisar”.

Marco volvió así, por su propia voluntad, a Remar Bolivia y se quedó ahí poco más de un año. Cuenta que su rehabilitación no fue fácil, pero que gracias al apoyo de la institución hoy tiene un trabajo y lleva dos años y medio sin consumir ningún tipo de droga.

Por su parte, Manuel comenta que se encontraba casi en estado de indigencia y que fue en las calles donde Remar Bolivia lo contactó. “Vinieron a darnos comida y ropa a varios alcohólicos, ahí nos hablaron de sus casas de acogida y de que se puede cambiar, de que todavía hay oportunidad. Estaba con la depresión de haberme separado y de pena por no poder ver a mis hijos, no lo pensé dos veces y les pedí que me ayuden”, rememora.

Su proceso de rehabilitación no fue nada fácil, es por eso que agradece al equipo de Remar Bolivia le haya tenido paciencia.

“Al principio les hice renegar porque casi semanalmente me escapaba a tomar y volvía borracho a dormir, no podía dejar el vicio. Sin darme cuenta deje de salir un mes, luego dos, cuatro, medio año y así pasó año y 3 meses. Si salía era solo para trabajar y luego corriendo volvía a las charlas, a los talleres y a contar mi testimonio a los nuevos, que otras personas me vean como ejemplo me ayudó bastante”, comparte.

Hoy, Manuel lleva cuatro años en estado de sobriedad, tiene trabajo en un taller, no pudo salvar su matrimonio, pero sí puede ver a sus hijos con quienes pasa los fines de semana y las vacaciones.

¿Cuánto tarda en recuperarse una persona con adicciones?

Remar Bolivia cuenta con trabajadoras sociales, psicólogos, médicos y pastores. “Nuestra labor se enfoca en el cuerpo, el alma y el espíritu y trabajamos en los tres aspectos. Es como un edificio destruido que hay que levantar desde abajo y eso tarda un tiempito, por eso la rehabilitación aconsejada es de un año para arriba”, dice Ugalde.

Asimismo, menciona que el tiempo de recuperación es distinto en cada persona, según su adicción y el tiempo que lleva en la misma. Considera que es más compleja la rehabilitación de los alcohólicos debido a que el alcohol está muy socializado y se puede adquirir fácilmente en cualquier tienda, a diferencia de las drogas.

Cinco acciones hacen sostenible la entidad

La institución no recibe ayuda estatal y ha buscado la forma de sustentar sus casas de acogida, para ello realiza las siguientes acciones:

  • Recicla todo lo que las personas ya no usan para poder darle un nuevo uso en las casas de acogida. Si algunos muebles o artefactos tienen desperfectos los reparan en sus talleres, de esa manera enseñan una profesión y dan terapia ocupacional a las personas que se recuperan de sus adicciones. 
  • Se cobra Bs 400 mensuales para gastos alimenticios a los familiares de una persona en rehabilitación. Sin embargo, si la familia no puede pagar o el afectado se encuentra solo igual recibe la ayuda sin costo. 
  • También reciben donaciones económicas, en ropa o alimentos a los números 70531007, 2312106 y 2311901

  • Con la creación de microempresas como Transportes y Mudanzas. “Hacemos mudanzas, traslados, en la zona sur nos quieren harto, todo el mundo nos conoce, tenemos mucho trabajo gracias a Dios. Nos costó, pero hicimos un buen trabajo y eso nos crea un poquito de ingresos”, comenta Ugalde. En el siguiente video se pueden ver los número a los cuales llamar.

 

  • La panadería y la costura también son áreas en las que incursionó Remar Bolivia y que le generan ingresos económicos.

Las necesidades de la institución

Ugalde explica que al momento la vida y el futuro de unas 500 personas depende de Remar Bolivia, por ello solicita ayuda de todo tipo a la población en general. “Todo lo que usted pueda hacer por nosotros lo está haciendo por Bolivia. Si a los 500 los sacamos afuera, ahora estarían delinquiendo, robando o maltratando”.

En esta entrevista, el director de institución brinda más detalles sobre cómo y con qué ayudar, además de la labor que desarrollan.

Alcohol y drogas en Bolivia

En 2021, en conmemoración por el Día Mundial sin Alcohol, que se recuerda cada 15 de noviembre, el Viceministerio de Defensa Social y Sustancias Controladas informó que Bolivia ocupa el tercer puesto en el consumo de alcohol a nivel Latinoamérica. La entidad señaló que basó sus datos en un informe emitido por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

“De acuerdo con un reciente estudio de la OMS, en Bolivia cada persona consume una media de 8,9 litros de alcohol al año. Este consumo se sitúa por encima de la media de América Latina y el Caribe (8,4 litros percápita por año). Bolivia ocupa el tercer puesto debajo de Chile (9,6 litros) y Argentina (9,3 litros)”, se lee en la página del Viceministerio de Defensa Social y Sustancias Controladas.

 

En junio de 2020, la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC por sus siglas en inglés) presentó el Informe Mundial de Drogas 2020 e hizo énfasis en Bolivia. Los datos presentados indicaron que el consumo de cocaína había alcanzado cerca del 0,7% en hombres y 0,3% en mujeres. 

Asimismo se informó que el consumo de pasta base de cocaína es más común en los pobres. Los últimos datos expuestos indicaron que el 0,6% de la población boliviana de 15 a 64 años son consumidores de cocaína y el 0,2% de pasta base. 

En cuanto al consumo de marihuana, se calcula que la prevalencia es del 1,4% de la población entre 15 y 64 años, en el rango de 120 a 276 gramos/mes.

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