Falso, esta mujer no tiene relación con el caso de la bebé raptada

En medio de la conmoción por el caso de la bebé Samanta -una menor que fue robada con engaños de los brazos de su madre- circuló en redes sociales la fotografía de una mujer a quien se tachó de ser la presunta responsable del hecho. Sin embargo, la mujer no está vinculada al rapto y la difusión de su imagen le ha generado conflictos en su entorno.

Desde las cuentas oficiales del Ministerio de Gobierno se difundió la fotografía de una mujer de Guanay indicando que era la “presunta” secuestradora de una bebé raptada el martes. La imagen fue replicada por medios de comunicación y por usuarios en redes sociales

En medio de la conmoción por el caso de la bebé Samanta -una menor que fue robada con engaños de los brazos de su madre- circuló en redes sociales la fotografía de una mujer a quien se tachó de ser la presunta responsable del hecho. Sin embargo, la mujer no está vinculada al rapto y la difusión de su imagen le ha generado conflictos en su entorno.

La divulgación de su fotografía se hizo desde las cuentas oficiales del Ministerio de Gobierno desde donde se la presentó como la “presunta secuestradora”. Desde allí, su imagen saltó a grupos y páginas de Facebook donde también se divulgó su nombre y datos personales, incluida la dirección de su casa.

La mujer de la fotografía se presentó voluntariamente a la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) para aclarar que no tenía vínculo alguno con el suceso. “Yo me presenté voluntariamente, no tengo nada que ver. Vivo en Guanay (La Paz), tengo seis hijos aquí; he llegado ayer en la mañana (por el miércoles). En la fiesta de Guanay toda la gente me ha visto”, afirmó la afectada ante los medios de información, según un video difundido por radio Éxito.

Además, aseguró que la madre de la recién nacida raptada no la identificó en el “desfile” (procedimiento rutinario policial para que las víctimas identifiquen a los delincuentes), ni por la vos ni por sus rasgos físicos. “Pido más bien a las personas malas que están difundiendo estas cosas aclaren; nadie tiene el derecho de agredirme ni mucho menos ir a mi casa en Guanay”, exclamó la acongojada mujer.

Desde el Ministerio de Gobierno se emitió un comunicado en el que se presenta una disculpa a la afectada por haber divulgado su imagen. Sin embargo, pese a que se la declaró inocente, el ministro de Gobierno, Arturo Murillo, no eliminó la fotografía de su cuenta en Twitter y ésta se sigue difundiendo.

Difundir la imagen de una persona sin su consentimiento supone una violación contra su intimidad. El capítulo tercero, sobre derechos civiles y políticos, sección I, artículo 21, de la Constitución Política del Estado señala que todas las personas tenemos derecho “a la privacidad, intimidad, honra, honor, propia imagen y dignidad”.

Del mismo modo, el Art. 16 del Código Civil boliviano, bajo la rúbrica “Derecho a la imagen”, señala que “cuando se comercia, publica, exhibe o expone la imagen de una persona lesionando su reputación o decoro, la parte interesada y, en su defecto, su cónyuge, descendientes o ascendientes pueden pedir, salvo los casos justificados por la ley, que el juez haga cesar el hecho lesivo”.

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