Es falso que se comprobó el 100% de eficacia del dióxido de cloro contra la COVID-19
Por medio de WhatsApp, se difunde una cadena sobre la supuesta eficacia al 100% del dióxido de cloro contra el Covid-19. En la misma, se habla de un estudio científico que avala tal resultado, incluyendo un URL con más información y solicitando compartir la cadena. Esta información es falsa, diferentes verificadoras alrededor del mundo ya la desmintieron.
El supuesto estudio no fue publicado en una revista científica estadounidense, por el contrario, se trata de una revista en la que se paga por publicar y que tampoco se encuentra en la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos
Por medio de WhatsApp, se difunde una cadena sobre la supuesta eficacia al 100% del dióxido de cloro contra la COVID-19, donde se habla de un estudio científico que avala ese resultado, incluyendo un URL con más información y solicitando compartir la cadena. Esta información es falsa, diferentes verificadoras alrededor del mundo ya la desmintieron.
“Acaba de salir en revista Científica de Estados Unidos la investigación de que sí es efectivo el dióxido de cloro y se acaba de publicar hace unas horas el estudio científico (revisado por pares) que por fin demuestra que el dióxido de cloro cura la COVID en el 100% de los casos”, se lee en el mensaje que lleva la alerta de WhatsApp de haber sido “reenviado muchas veces”.
El enlace que se adjunta pertenece a un documento PDF almacenado en una carpeta Drive, como un “artículo de revisión”. En la parte superior del artículo se lee: “Revista de Molecular y Genética”; mientras que el título del estudio es: “Determinación de la eficacia del dióxido de cloro en el tratamiento de COVID- 19”.
Bolivia Verifica se une a las múltiples verificaciones realizadas por diferentes medios, tales como Chequeado, Newtral, Maldita.es y otros. Si bien el “estudio” se ha publicado en una revista, esta no tiene repercusión en la comunidad científica y el contenido tiene numerosos sesgos, errores y deficiencias metodológicas. La supuesta revista no cuenta con control de calidad, ni revisión por pares, como afirma la cadena.
Captura de pantalla del supuesto artículo.
Sobre la revista
La revista donde se encuentra este artículo, se denomina en inglés ‘Journal of Molecular and Genetic Medicine’, no forma parte de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, que incluye casi 2.500 revistas.
Esta revista dejó de participar en 2013 en el contenido de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. Tampoco aparece en los listados de factor de impacto, que sirven para medir qué repercusión tiene la revista en la comunidad científica.
Como afirman nuestros colegas de Chequeado, la revista en cuestión es de las que exige un pago por publicación y está editada por Hilaris, una compañía con sede en Bélgica cuyas publicaciones de acceso abierto se encuentran en listados de presuntas publicaciones científicas “depredadoras”, también conocidas en inglés como ‘predatory journals’.
Según se explica en un texto publicado en la revista científica Nature, este tipo de documentos son de dudosa fiabilidad que “aceptan artículos para su publicación sin realizar controles de calidad para evitar cuestiones como el plagio o revisar la ética de los textos”. En este caso, el pago oscila entre 919 y 1.790 euros, según constata Chequeado.
El artículo en cuestión también incluye párrafos plagiados de la página web de Andreas Kalcker, el autodenominado científico alemán que promueve el uso de dióxido de cloro y a quien los autores describen en los agradecimientos.
Sin embargo, también existen errores geográficos notorios, lo cual denota que nadie revisó el texto, el más evidente: autores con filiación “La Paz, Bolivia, España”.
Sobre el estudio
El artículo cuestionado ha trabajado con tan solo 40 participantes enfermos con COVID-19: 21 pacientes de Bolivia, 4 pacientes de Perú, 12 pacientes de Ecuador y 3 pacientes de México. Estos fueron distribuidos en dos grupos de 20 (un grupo control y un grupo experimental) sin doble ciego, es decir, tanto los investigadores como los pacientes conocían quiénes recibían dióxido de cloro, pero no se tomó en cuenta el grado de avance de la enfermedad en cada caso, ni el balance por género, edad o país de residencia.
Diferentes especialistas se pronunciaron sobre este punto. Inicialmente, el médico toxicólogo, titular de la Cátedra de Toxicología en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Mendoza y presidente de la Asociación Toxicológica Argentina, Sergio Saracco, explicó a Chequeado que “todo indicaría que nadie fuera de los autores revisó el artículo y que, si alguien lo hizo, fue de manera muy superficial (…). Hay muchos errores e inconsistencias. Muchas afirmaciones que desde el punto de vista académico no resisten el menor análisis”.
La inmunóloga del Instituto de Filosofía (IFS-CSIC), Matilde Cañelles, explicó a Newtral que el artículo “nunca se hubiera podido publicar en una revista seria”, dudando sobre su revisión por parte de un científico. Agregó también que “con una muestra tan pequeña de personas (solo 40 participantes) sería un ensayo clínico (investigaciones de un medicamento en humanos) de Fase I. Todavía quedarían los ensayos en Fase II y Fase III, con mayor número de voluntarios”, pues de esta forma se podría garantizar que el producto funciona frente a la enfermedad.
A tales concepciones se suman las de Roger Solanas, farmacéutico experto que contactó la Maldita.es: “Esto no es un ensayo clínico, como ellos dicen en el artículo, sino un primer paso para dar publicidad al proyecto”. Solanas también manifestó que el estudio presenta varios sesgos, definiéndolo como un “estudio de muestra pequeño, con muchos sesgos”, dado que se aprobó en Bolivia, pero tuvo pacientes que recibieron la sustancia en Ecuador y Perú sin estar aprobado en esos países.
Sobre el dióxido de cloro
Finalmente, el uso del dióxido de cloro contra la COVID-19 cobró fuerza desde el inicio de la pandemia y hasta la fecha no existen pruebas científicas que validen esta posición. Por el contrario, esta sustancia puede ser tóxica y no un medicamento eficaz contra el coronavirus u otras enfermedades, así lo advirtió la Organización Panamericana de la de la Salud (OPS). (1 y 2)
Sin embargo, el 14 de octubre, la entonces presidenta de la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), Eva Copa Murga, promulgó la Ley que Regula de Manera Excepcional la Elaboración, Comercialización, Suministro y Uso Consentido de la Solución de Dióxido de Cloro, para la prevención y tratamiento a favor de la población ante la pandemia del coronavirus (Covid-19) en el territorio nacional. La norma se promulgó en cumplimiento de la Constitución Política del Estado (CPE), artículo 163 numeral 12.
Por el contrario, desde Bolivia Verifica explicamos anteriormente que se reportaron pacientes intoxicados en territorio nacional por consumir tal sustancia. También desmentimos que Bolivia no haya reportado decesos por coronavirus tras la aprobación de ley.
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