Seis datos falsos sobre las vacunas anticovid dados por la doctora Patricia Callisperis

Con el argumento de que sí existen tratamientos en contra de la Covid-19 como el dióxido de cloro o la ivermectina que no están aprobados por la comunidad científica, la doctora Patricia Callisperis pidió en una entrevista el pasado 19 de julio a la población boliviana que “no se vacune”. Gran parte de los datos que fueron presentados en esta entrevista son falsos y acá te explicamos seis de ellos.

La médica impulsa a las personas a que «no se vacunen contra la Covid-19», asegurando que se puede trabajar en prevención con el uso de productos no avalados por la comunidad científica internacional como la ivermectina y el dióxido de cloro

Con el argumento de que sí existen tratamientos en contra de la Covid-19 como el «dióxido de cloro o la ivermectina» -no aprobados por la comunidad científica- la doctora traumatóloga Patricia Callisperis pidió en una entrevista el pasado 19 de julio a la población boliviana que “no se vacune contra el coronavirus». Gran parte de los datos que fueron presentados en esta entrevista son falsos y acá te explicamos seis de ellos.

La entrevista

El video tiene 288 mil reproducciones, fue compartido nueve mil veces y generó más de 3.400 reacciones en Facebook hasta el 23 de julio. Incluso alcanzó eco en una columna de opinión que exaltó lo que allí se dijo. La entrevista fue realizada el 19 de julio dentro del programa “La Noche con Roger Romay”.

“Las personas que están siendo vacunadas ¿saben que esto es un experimento que se encuentra en Fase 3?”, consulta en la charla la médica que es traumatóloga y pediatra.

Falso: “Nadie sabe de qué está compuesta la vacuna”

Esta versión es falsa, pues la lista de ingredientes está disponible en línea. Por ejemplo, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) han publicado de Pfizer, Moderna y Janssen.

También podemos encontrar en línea las fichas técnicas de AstraZeneca o de las vacunas chinas Sinovac y  Sinopharm. Los componentes de las vacunas se pueden encontrar en las propias páginas de estas empresas. Por tanto, decir que nadie sabe qué contienen es una falsedad.

Los compuestos de las vacunas pueden encontrarse en línea en las páginas de los fabricantes o de los organismos regulatorios de salud.

Falso: “La vacuna es un experimento que está en fase 3”

Antes de responder esto, es necesario entender qué es la fase 3 en el proceso de fabricación de una vacuna. Se trata de un ensayo muy grande en el que participan varios miles de voluntarios. Se compara cómo evolucionan las personas que fueron vacunadas respecto a las que no. También se recolectan datos estadísticos acerca de la efectividad y qué tan segura es la vacuna. Esta fase también sirve como una nueva oportunidad para identificar otros posibles efectos secundarios que no hayan surgido en la fase 2, cuyos participantes son mucho menos.

Los reportes de Fase 3 ya fueron publicados para las vacunas que fueron aprobadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La OMS tiene el procedimiento de listado de uso de emergencia (EUL) donde se encuentran las vacunas que fueron avaladas hasta ahora por este organismo. En este base de datos se puede ver qué vacunas ya pasaron la Fase 3.

La OMS explica que el procedimiento EUL es una “evaluación rigurosa” de los datos obtenidos de los ensayos clínicos de Fase II y Fase III, así como otros relativos a la seguridad, la eficacia y la calidad de fabricación. Si bien este listado acelera los procesos por la emergencia declarada a causa de la pandemia, no quiere decir que los medicamentos y vacunas no hayan pasado las fases de rigor.

“Los datos se someten al examen de expertos independientes que analizan el conjunto actual de pruebas sobre la vacuna en proceso de estudio, los planes para supervisar su uso y los estudios futuros”, es la explicación que se da en este organismo.

Entonces, las vacunas que han sido avaladas por los organismos internacionales de salud ya pasaron la Fase 3.

Ya hicimos otras verificaciones donde se desvirtúa la teoría de la «vacunación experimental» contra la Covid-19, las que puedes ver aquí, aquí y aquí.

Falso: «Los riesgos de la vacuna son superiores a los beneficios»

Sobre esta postura, el presidente de la Fundación Clubes de Ciencia Bolivia, Omar Gandarilla Cuéllar, dijo a Bolivia Verifica que los efectos adversos de las vacunas “no llegan al 0.1% del total de vacunados”, mientras que el riesgo de morir de Covid-19 es «en promedio del 5%».

“Y variables por grupo de edad y enfermedades de base, es aún mucho mayor”, agregó el científico que es de formación en investigación clínica, básica y medicina transnacional en la Universidad de Harvard de Estados Unidos.

Además, el riesgo de mortalidad por Covid-19 es 3,5 mayor que la gripe, según ha puesto de manifiesto un equipo de investigadores de la Universidad de Toronto de Canadá en un estudio publicado en el Canadian Medical Association Journal.

Las vacunas al igual que cualquier medicamento puede tener efectos secundarios pero éstos oscilan entre leves y moderados. Los estudios de la Administración de Drogas y Alimentos de los EE. UU. (FDA) han observado cómo funcionan las vacunas contra la Covid-19 en condiciones reales (estudios sobre la efectividad de las vacunas) donde han demostrado que “son efectivas” y los riesgos son «mínimos».

En la entrevista televisiva, Callisperis dijo que en Bolivia murieron personas que ya han sido vacunadas contra la Covid, por lo menos 18. En respuesta, en el mismo programa realizado el 20 de julio, el infectólogo Iván Rodrigo Castedo, respondió que esta situación se puede dar, pero que las posibilidades de mortalidad se reducen.

“No es que las vacunas no estén funcionando, sino que al tener más personas vacunadas vamos a tener menos hospitalizaciones”, explicó el especialista.

Falso: “El diámetro de la porosidad del barbijo es infinitamente superior al tamaño del virus”, por ello no tiene sentido la mascarilla

“Las mascarillas deben utilizarse como parte de una estrategia integral de medidas para suprimir la transmisión y salvar vidas; el uso de una mascarilla por sí sola no basta para proporcionar una protección adecuada contra la Covid-19”, señala la OMS sobre este elemento de bioseguridad.

El presidente de Clubes de Ciencia Bolivia, Omar Gandarilla, explica que las partículas virales se encuentran en las gotas de saliva y que estas mascarillas ayudan a filtrarlas. Las gotas pueden quedar retenidas en alguna de las capas de la mascarilla, por ello, es mejor cuantas más capas tenga.

“Si dos personas hablan con máscara quirúrgica puesta, la probabilidad de esparcir gotas de saliva es mínima”, describe el científico boliviano que es investigador asociado en hematología y oncología de la Universidad de Cornell de New York, Estados Unidos.

Falso: «En la Universidad de Almería de España se vio que las vacunas tienen óxido de grafeno»

Sobre el particular, la Universidad de Almería sacó un comunicado aclarando que no hizo ninguna investigación sobre las vacunas y el óxido de grafeno.

“Es rotundamente falso que la Universidad de Almería haya realizado un estudio científico con los resultados que están siendo publicados –en redes sociales- que por otra parte, están tergiversando el contenido no oficial de un profesor de la Universidad sobre un análisis de una muestra de origen desconocido”, dice parte del comunicado.

El comunicado oficial de la Universidad de Almería-España de 2 de julio de 2021 sobre la versión del supuesto estudio.

Sobre el supuesto estudio, la Universidad de Almería hizo conocer que el material difundido es un «informe no oficial» que esta institución «ni suscribe ni comparte». El citado estudio fue realizado por Pablo Campra Madrid, quien es doctor en Ciencias Químicas y profesor de la Escuela Politécnica Superior de la Universidad de Almería.

Para este estudio se ha analizado «una sola muestra» y, además, “se desconoce el origen de la misma”, según cita el propio documento que nos fue facilitado por Patricia Callisperis.

La verificadora española Maldita.es indica que en el propio documento, en el apartado de “antecedentes”, Pablo Campra aclara que la «procedencia y trazabilidad» del vial que analiza es «desconocida» y que lo recibió por mensajería el 10 de junio.

Según el comunicado de la Universidad de Almería, esta institución apoya “sin fisuras” las vacunas como instrumento científicamente “incuestionable” para luchar contra las enfermedades.

Falso: «Si ustedes ingresan al VAERS que es justamente el sistema donde se comienzan a registrar todos los efectos secundarios que están ocurriendo con las vacunas donde hay más de 10 mil fallecidos, alteraciones neurológicas, enfermedades, alergias y nuevas enfermedades anti inmunes».

La base de datos del Sistema de Notificación de Eventos Adversos de Vacunas (VAERS, por sus siglas en inglés) es un programa que se utiliza Estados Unidos para monitorizar la seguridad de las vacunas. Allí se recogen las sospechas de efectos adversos que coinciden en el tiempo con la vacunación y que no necesariamente están provocadas por la vacuna de la contra el coronavirus, ni relacionada con muertes.

Ese sistema de vigilancia de vacunas estadounidense solo recoge las sospechas de efectos adversos y no puede comprobar si estas presuntas reacciones fueron o no a causa de la vacuna. Cualquier persona vacunada en Estados Unidos puede notificar un supuesto acontecimiento adverso al VAERS. Por eso, desde la propia base de datos se advierte que no hay que interpretar sus datos como efectos probados de la vacunación.

Ya circuló anteriormente que había el reporte de más de 3 mil fallecidos como resultado de las inyecciones experimentales de la COVID-19 hasta el 12 de abril, esto fue desmentido por nuestros colegas verificadores de Newtral.

Sobre el particular, Omar Gandarilla dice que esta situación no es real. “No han sido comprobadas que las muertes fueron a causa de las vacunas con certificados de defunción y otros documentos”.

Gandarilla explica que el Sistema de Notificación de Eventos Adversos a las Vacunas (VAERS) de Estados Unidos es un sistema abierto de alerta de cualquier tipo de efecto. En su misma página, el VAERS estipula que puede contener “información incompleta, imprecisa, coincidente y no verificable”.

Para el científico, este es un recurso “muy pobre” para fundamentar un número como la mortalidad ligada a una causalidad por vacunas. “Son básicamente reportes no comprobables”, afirmó.

El descargo de la doctora Callisperis

Sobre el primer punto, de que “nadie sabe de qué está compuesta la vacuna”, pese a que los ingredientes pueden encontrarse en línea, la doctora Patricia Callisperis le respondió gentilmente a Bolivia Verifica que ella se refiere al problema de la información.

“Cuando digo nadie es 99.9% de la población que no tiene idea de qué se tratan estas vacunas”, argumentó.

Sobre el comunicado de la Universidad de Almería que niega haber realizado el estudio sobre las vacunas anticovid y el óxido de grafeno, Callisperis nos entregó el documento donde se encuentra dicho informe. 

“Que ahora tengan que negar por presión, es otra cosa”, respondió. Sin embargo, en el propio documento que nos entregó la doctora, se aclara que los resultados y conclusiones de este informe no implican posición institucional alguna de la Universidad de Almería.

“Ni el investigador principal ni la Universidad de Almería asumen responsabilidad alguna de los contenidos y opiniones de terceros sobre el presente informe a partir de su posible difusión en redes sociales o medios de comunicación, ni de las conclusiones que puedan extraerse del mismo que no hayan sido explicitadas en el texto”, dice la nota aclaratoria en la página 23 del documento.

El propio informe citado por Callisperis aclara que «los resultados y conclusiones no implican posición institucional alguna de la Universidad de Almería”.

Respecto a los riesgos de la vacuna, también nos facilitó un informe del 10 de junio de la Academia Americana de Pediatría sobre casos de “miocarditis aguda sintomática en adolescentes” generados después de recibir la vacuna Pfizer BionTech. La miocarditis es la inflamación del músculo cardíaco.

Sobre este reporte, el científico Omar Gandarilla dice que solo tiene siete casos, un número muy reducido si se toma en cuenta la cantidad de vacunados en Estados Unidos que llega a 186,82 millones de personas que recibieron por lo menos una dosis, según datos actualizados al 21 de julio por Our World in Data. 

Our World In Data es una página que analiza datos mundiales desarrollada en la Universidad de Oxford-Reino Unido.

Callisperis también nos compartió una serie de videos donde se cuestionan las vacunas y las posturas oficiales en torno al manejo de la pandemia.

En síntesis, no pudimos encontrar suficiente evidencia científica que sustente las posturas vertidas por la doctora Callisperis en contra de las vacunas para la Covid-19,

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