Prejuicios y estereotipos raciales se diseminan en torno al live action de «La Sirenita» producto de un sesgo colonial aún vigente

Las redes sociales son el canal de emisión de estas narrativas de odio. El director de la nueva película de Disney asegura que la elección de la protagonista «no buscó cubrir ninguna cuota». Dos expertas reflexionan sobre la necesidad de generar conciencia sobre el respeto y la vigencia de los derechos humanos.

 

Paola A. Palacios Negrete

El 26 de mayo de 2023, Disney estrenó el esperado live action de La Sirenita, una forma de hacer películas recurriendo a actores y actrices reales para recrear un filme que se haya conocido con personajes animados. La nueva adaptación del cuento apostó por la actriz y cantante afroamericana Halle Bailey para darle vida a Ariel, el personaje principal de la historia. Sin embargo, a raíz del color de piel de Bailey una intensa campaña de discriminación racial tomó los espacios públicos, en especial las redes sociales.

En Bolivia, como en el resto de América Latina, la premier del filme se llevó el jueves de 25 de mayo. Y los reportes de taquilla en Argentina, México y Perú (además de Estados Unidos) ya la sitúan como una de las más taquilleras de la temporada.

La historia original de La Sirenita, cuyo autor es el escritor y poeta danés Hans Christian Andersen, fallecido en 1875, describe a la protagonista como “la más bella (…) tenía la piel clara y delicada como un pétalo de rosa, y los ojos azules como el lago más profundo”.

La película animada de La Sirenita, que se estrenó en 1989, fue una adaptación del cuento de Andersen, producida por Walt Disney Pictures y dirigida por Ron Clements y John Musker. En esta producción Ariel, la protagonista, es caracterizada por la figura animada de una joven de tez blanca, ojos azules y cabello rojo.

Captura de pantalla de la protagonista de la película de dibujos animados 

En esta nueva versión, el director Rob Marshall eligió a Bailey para el protagónico y ante los cuestionamientos por su decisión salió a exponer que el casting no respondió a ninguna «agenda de inclusión forzada» ni cuota de diversidad, sino que su elección se basó en las habilidades histriónicas de la actriz, su carisma y su melodiosa voz.

“Simplemente buscábamos a la mejor actriz para el papel, y punto. Punto final”, dijo el realizador. “Vimos a todas y de todas las etnias. (Buscábamos a alguien) increíblemente fuerte, apasionada, bella, lista, inteligente y con una gran cantidad de fuego y alegría”, añadió.

Agresiones en las redes sociales

Tras realizar un monitoreo en diferentes redes sociales, se identificaron narrativas cargadas de prejuicios y discriminación derivadas del color de piel de Halle Bailey. La mayoría de las personas que se pronunciaron sobre el tema cuestionan a Disney por elegir a la mencionada actriz para interpretar a Ariel cuando ella «no era negra” en la versión original (el cuento) ni en la película de dibujos animados.

El rastreo detectó publicaciones tanto en Facebook como en Twitter que  difunden mensajes de odio hacia la actriz afrodescendiente. Insultos como “la sinegrita” “La Sirenigga” o “La sireniche” son empleados para referirse a Bailey.

Así, por ejemplo, el usuario de Twitter @Jhankiel01 realizó un post el 21 de mayo de 2023 que generó 104 me gustas y 13 retuits. Este indica: “Aiiny ya notaste cómo para el poster de ‘La Sirenita’ en China, ¿Disney pintó de azul a la protagonista para ocultar su negritud y así no espantar a los espectadores chinos mientras que el poster en occidente si la pusieron con su color? osea negra” (sic).

 

Captura de pantalla del post de @Jhankiel01

Por decisión promocional de Disney, Halle Bailey se trasladó a México para la premier oficial de la película en la región, y en se contexto ofreció una entrevista a Tv Azteca.

“Nadie de los que estábamos en esa sala ayer estábamos viendo el color de tu piel, todos, todos, incluida mi mujer y mis hijos, estábamos perdidos en tus ojos”. Estas fueron las palabras que el conductor de televisión argentino Patricio Borghetti le dijo a la actriz durante la entrevista en el programa «Venga la Alegría» (ver a partir del minuto 02:40 del siguiente video).

Momentos más tarde, empezó a circular en redes sociales una imagen en forma de captura de pantalla del programa «Venga la Alegría», en cuyo generador de caracteres (el texto que aparece abajo) se lee lo siguiente: “Halle Bailey es la protagonista de la nueva película de ‘La Sinegrita’”.

La publicación generó cerca de 2.000 reacciones, más de 260 comentarios y fue compartida más de 700 veces hasta el cierre de esta edición. Tras revisar detenidamente el contenido original publicado por el canal de YouTube del mencionado programa, se pudo constatar que durante la entrevista que se le hizo a Halle Bailey no se escribió esa frase en el generador de caracteres, ni existió ningún pie de imagen con dicho mensaje. En el minuto 1:55 se puede observar la captura de pantalla original.

Captura de pantalla original del programa Venga la Alegría

Como este ejemplo, otros fueron detectados en la labor de verificación, estableciendo una masiva tendencia racista en redes sociales, que cuestiona a la protagonista del live action de La Sirenita:

  1. “La sirenita no es negra favor arreglen esto se los estoy pidiendo a gritos”.
  2. “Yo no tengo lío con que la Sirenita sea negra, pero tenía que ser una tan fea?”.
  3. “Entonces preferirá más escuchar un audio cuento, que ver la película”.
  4. “No voy a ir a ver La Sirenita pq es negra”.
  5. “Literalmente Emilia se parece más a la sirenita q la negra q protagoniza la película”.

Los efectos de una herencia colonial y patriarcal

Desde Bolivia Verifica se conversó con dos expertas en materia de derechos humanos para comprender las razones que llevan a estas personas a reaccionar de tal manera.

La investigadora social, socióloga y feminista Lopo Gutiérrez León alerta de la vigencia de una estructura racista colonial aún no superada.

«El mundo se organiza a partir de una matriz de poder colonial que ha regulado las formas de dominación global marcadas por el racismo. Un mundo colonial y patriarcal que se construye desde un sujeto universal que es hombre, blanco, colono», analiza Gutiérrez.

La especialista remarca que en casos como el que ocupa este análisis, «el colonialismo y el racismo se unen con un sistema de dominación más antiguo: el patriarcado y el capitalismo», razón por la cual se fomenta la existen de los llamados «dueños» del poder, de los roles de género y de las formas instituidas de belleza, entre otros aspectos que condicionan a la sociedad. Según Gutiérrez, el personaje de la sirenita genera una disrupción de lo establecido al elegir a una mujer afroamericana como protagonista de la historia.

“Películas como La Sirenita, con una mujer negra como protagonista, rompen uno de los estereotipos socialmente instalados hace tanto tiempo», indica Gutiérrez y llama la atención sobre cómo las redes sociales canalizan estos pensares. «Creo que el odio va más allá de las redes sociales, las redes son espacios libres de expresión que reflejan esos odios”.

Patricia Flores, comunicadora social, feminista y activista por los derechos humanos, coincide con que el racismo, producto del colonialismo y la supremacía racial, está todavía muy presente en el mundo.

“Hemos avanzado en marcos normativos enormemente importantes, creo que tenemos un gran paraguas con la Declaración Universal de Derechos Humanos, que surge precisamente tras vivir una tragedia como fue el nazismo y el exterminio de cientos de miles de millones de personas”, dice Flores.

Sin embargo, la experta advierte que una ley no cambia nada si lo que no cambia es la mentalidad de las personas, y en ese sentido reflexiona sobre la necesidad de los seres humanos de aprender a verse desde esa humanidad que transmite una mirada, una palabra cálida o una sonrisa y que no tienen color de piel.

La Declaración Universal de Derechos Humanos fue proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en París, el 10 de diciembre de 1948, en su Resolución 217 A (III) como un ideal común para todos los pueblos y naciones. En su artículo 2 establece que toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en la Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.

Cómo frenar este tipo de discriminación

Flores indica que hoy en día, la sociedad en su conjunto replica cotidianamente estas  expresiones de discriminación en distintos contextos. En su criterio es importante generar cambios desde el núcleo familiar, que es donde se debe generar conciencia en sentido de que todas las personas son iguales en derechos y obligaciones y que todas merecen respeto, consideración y no deben ser sometidas a ningún tipo de discriminación.

“Sin duda cambiaremos, pero si desde el hogar cargamos con la excelencia de que el que manda es el papá, la que obedece es la mamá y de que los niños o niñas obedecen al hombre en el ámbito del hogar, ya generamos estas diferencias y más aún si agregamos a ello el componente racista. Todo esto nos está evidenciando que todavía vivimos en un mundo profundamente colonial, en un mundo con fronteras”, apunta Flores.

En esa línea, Gutiérrez expresa que una forma de frenar este tipo de discriminación y discurso de odio es asumir la condición de dignidad como seres humanos, sujetos de derechos, reflexionando sobre lo que está detrás de esos comentarios que terminan siendo coloniales y patriarcales, que reproducen esa matriz de poder colonial.

Debemos “romper los estereotipos de género que tanto daño nos han hecho a mujeres y hombres y que también son parte del dominio patriarcal”, razona.

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