Mónica Novillo: «Tenemos un gran desafío, la impunidad que ejerce el acoso político»
Bolivia es uno de los países con mayor índice de paridad y participación política de las mujeres, pero paradójicamente esto va de la mano con el incremento de situaciones de acoso político. La directora de la Coordinadora de la Mujer analiza la situación de la mujer en el ámbito político y cuáles son los desafíos a futuro
Por: Jackeline Rojas Heredia
La Coordinadora de la Mujer, bajo la dirección de Mónica Novillo, realiza una labor de seguimiento y observación permanente al cumplimiento de leyes destinadas a equilibrar y asegurar la libre participación de la mujer en espacios públicos y espacios de poder; como por ejemplo la Ley de Organizaciones Políticas y la Ley 243 Contra la Violencia Política, entre otras.
La Coordinadora verifica el cumplimiento de la paridad en procesos electorales. La presente gestión que concluye registró un incremento notable de mujeres en la Asamblea Legislativa, tanto en la Cámara de Diputados como en la de Senadores, un hito que coloca Bolivia entre los países que registran mayor participación femenina; sin embargo, ¿qué implicaciones tiene este logro?
Bolivia es uno de los países con mayor índice de paridad y participación política de las mujeres, pero paradójicamente esto va de la mano con el incremento de situaciones de acoso político. Mónica Novillo analizó en entrevista con Bolivia Verifica la situación de la mujer en el ámbito político y cuáles son los desafíos a futuro.
_La Coordinadora desarrolló, junto a otras instituciones a nivel latinoamericano, una investigación sobre la participación de las mujeres en la esfera pública, ¿qué elementos destaca sobre esa investigación?
Hicimos una investigación en coordinación con el instituto Update de Brasil para ver si la presencia de la mujer transforma o no ciertas cosas. Lo que se vio en la investigación es que, efectivamente, la presencia de las mujeres cambia las prácticas pero también la agenda política, su sola presencia y sus contribuciones van cambiando desde la forma de hacer política hasta la agenda, y para esto hay modos y formas de hacer gestión parlamentaria.
En el estudio que se llevó adelante junto a la Update, se comparten varios ejemplos sobre el trabajo de parlamentarias en América Latina, en los mismos se revela por ejemplo, que las diferencias en la forma de ejercer el poder entre hombres y mujeres es marcada por el trabajo en equipo.
Las mujeres tienden a crear redes entre mujeres para llevar adelante proyectos, para guiar una agenda con mayor inclusión y contacto con las poblaciones, al revés, los hombres ejercen el poder de una forma más individualista, con mayor egocentrismo y soberbia.
El estudio acepta que no ocurre de la misma forma en todos los casos, también se dan situaciones en que algunas mujeres refuerzan las barreras machistas contra otras, pero eso cada vez es menos en los espacios públicos. El compromiso es que se proyecten más lideresas con conciencia de género.
Todas ellas, diputadas, senadoras de países como Colombia, Brasil, Argentina, México comentan que el trayecto político es duro para las mujeres, pero al mismo tiempo asumen todos los desafíos que se plantean para visibilizarse como lideresas en el ámbito legislativo..
El acoso y la violencia política es uno de los grandes obstáculos para la participación y presencia de las mujeres y no es solo en Bolivia. México puso particular atención a la situación de acoso político que viven las mujeres y la Comisión Interamericana de la Mujer ha trabajado una ley marco tomando como ejemplo la ley boliviana.
_La Ley 243 (Contra el Acoso y Violencia Política contra las Mujeres) que fue promulgada tras el asesinato de una concejala en mayo de 2012, en un caso que hasta ahora no se resuelve en la justicia. ¿Qué pasa con la ley? ¿Qué sucede con las denuncias de acoso político en el país?
Bolivia es el único país que tiene una norma específica sobre la violencia política, lo paradójico es que tiene muchas dificultades para su implementación, tanto así que no tenemos un caso resuelto. La 243 tiene algunos vacíos, los casos que se han seguido por acoso político han sido casos que se han resuelto en el ámbito de la jurisdicción administrativa. A las mujeres que se les suspendió su contrato, se les ha restablecido en su puesto de trabajo y se les pagó los sueldos que no se les había pagado, pero no se sancionó el comportamiento violento. Ahí tenemos un gran desafío, la impunidad que ejerce el acoso político.
Otro elemento preocupante es que las organizaciones políticas no han tomado medidas para frenar el acoso, no han revisado o trabajado en sus propios estatutos, para que, de alguna manera, internamente se pueda sancionar este tipo de situaciones, hasta el próximo año tienen como plazo adecuar sus estatutos y en esto deben incluir medidas.
_Para tener claro, las organizaciones políticas recién adecuarán sus estatutos el siguiente año, ¿vale decir que presentarán estatutos renovados que incluyan medidas para frenar la violencia política con miras a participar en las subnacionales?
No, eso es al margen de las subnacionales. La campaña «Protagonistas» que hemos impulsado se centra en la paridad y en acompañar la vigilancia electoral para que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) cumpla. Las organizaciones políticas activan la participación femenina en periodos en los que tenemos elecciones, y esto muestra con mucha claridad la debilidad que se tiene para responder a otros desafíos.
Ya escuchamos voces de que la paridad no sirve, son los mismos mensajes que escuchábamos hace diez años y eso significa que las organizaciones políticas no hacen un trabajo serio de formación de sus liderazgos y no comparten los espacios de decisión. De otra manera no se entiende cómo las mujeres integran muchas veces más de la mitad de las organizaciones políticas pero al momento de impulsar candidaturas, desaparecen, entonces no hay mujeres, pero también hay mujeres que desisten en participar por las condiciones adversas que representa participar en política, la pelea y la disputa interna suele ser bastante agresiva.
_Durante el webinario en el que se presentó su investigación, se habló mucho de “voluntad política” ¿a qué se refieren con eso, no es una especie de dependencia de los pares hombres que integran la organización política?
Cuando hablamos de voluntad política no hablamos de líderes de un partido político que esa es otra de las debilidades. El sistema político está fuertemente asentado en partidos políticos que tienen dinámicas poco democráticas, si hablamos que hay un líder o un dueño del partido político que es el que define las candidaturas, que define la vigencia y no sigue los procesos internos, entonces hablamos de que hay una fuerte contradicción en que nuestra democracia representativa está descansando o está asentada, a su vez, en organizaciones que no son democráticas, que reproducen prácticas autoritarias, poco participativas, excluyentes. Eso muestra debilidades en las organizaciones políticas. Que se visibiliza en la presentación de candidaturas.
La voluntad política de la fuerza política, del partido político, tiene que ver con esa formación estructural, si las mujeres están participando en la estructura de los comités nacionales, de las dirigencias nacionales, etc. Si no hay voluntad política, aunque lo pongan en sus estatutos, si no promocionan los liderazgos internos de las mujeres eso cae en saco roto.
Si esto no tiene que ver con una convicción partidaria de que las mujeres deben estar en estos espacios, entonces nuevamente nos vemos en una contradicción, tiene que haber voluntad política no solo en la actitud sino en la propia estructura partidaria.
_En el último tiempo se ha visto una batalla en redes sociales con fines políticos, que en varios casos concentraron su atención en atacar la dignidad de mujeres de la política ¿Cómo se puede luchar contra la violencia de género en las redes sociales? ¿Deberían las leyes ampliarse y aplicarse a esas plataformas?
Los ataques en redes sociales, plataformas y demás son expresiones de acoso político, pero las autoridades judiciales no reconocen esos hechos como tal, quienes han presentado denuncias nos cuentan que el fiscal no entendía que eso era un delito. Hay desconocimiento de las formas entre los administradores de justicia, cada vez tenemos mejores mecanismos para documentar una denuncia en redes sociales, en varios casos vimos desde la página de Facebook.
Yo creo que lo que hay que analizar es qué ataque puede desembocar en una forma de violencia que pueda ser sancionada, asegurarnos que la violencia o el acoso político en las redes sociales sancione el comportamiento de las organizaciones y partidos políticos.
Al mismo tiempo tiene que haber mecanismos internos para sancionar esos hechos y organizaciones políticas de mujeres para plantarse frente a las acciones violentas de políticos que atacan, tanto a las mujeres de su partido como a las mujeres de los partidos adversarios. Yo agregaría que una cosa es sancionar el acoso político, pero no creo en el control de medios de comunicación.
Varias de nuestras autoridades han salido en videos de tinte sexual, en el caso de las mujeres el comportamiento sexual es leído como un elemento para desacreditar y es lo contrario en el caso de los hombres. Lo que hace a la vida íntima de las personas no debería tener relevancia. Existe la sanción social para la mujer, pero no hay sanción social para candidatos que tienen antecedentes de violencia, denuncias de corrupción, etc.
Hemos visto ataques a las mujeres, pero mucho más en redes sociales porque el contexto de la pandemia ha trasladado el debate público y la forma de hacer campaña a las redes sociales y han sido las mujeres las que han recibido mayores ataques. Tenemos algunos datos que se han ido registrando a partir de la participación y presencia de las mujeres.
_¿Qué rol juegan en esto los medios de comunicación?
En los medios de comunicación se registró muy poca publicación sobre estos temas. Vimos que el 0,7% de los medios abordó temas de género, pero también cobertura a candidatas mujeres. El 2014 esa cobertura fue del 0,2%. Vemos como los medios de comunicación “invisibilizan” la participación y presencia de las mujeres en espacios de poder, ahí vemos como estos prejuicios no son solo de los partidos sino de la ciudadanía en general. Hoy vemos que la presencia está cinco igual a cinco (5=5), pero vemos que durante todo el proceso electoral se invisibiliza la participación de las mujeres, refleja un poco los valores de nuestra sociedad.
_En este escenario dual, en el que por un lado hay una mayor conquista del espacio público por parte de la mujer y por otro, con una lucha permanente contra la violencia y el acoso político, ¿qué cambios puede plantearse la mujer a futuro y cuál será la labor de la Coordinadora de la Mujer de aquí en adelante?
En la Asamblea se llevan adelante acuerdos entre mujeres al margen de a qué partido pertenezcan para reaccionar ante hechos de violencia política, lo que no tenemos son espacios para trabajar estos temas, pero ojalá se puedan trabajar algunos acuerdos.
Hemos vivido el caso de la asambleísta de Potosí a la que quemaron su casa; los casos de la alcaldesa de Palos Blancos y de Caranavi que fueron secuestradas frente a la iglesia y forzadas para firmar documentos; hemos tenido el caso de la alcaldesa de Sipe-Sipe, Cochabamba, hace poco forzada por las juntas escolares para que firme un contrato contra su voluntad azuzados por un concejal que ya hizo un trato con alguna de esas empresas.
Como Coordinadora de la Mujer, tenemos como hitos, la verificación en los procesos electorales y la paridad. También hacemos seguimiento al cumplimiento de las leyes y confiamos en qué hay una genuina preocupación en lograr algunos espacios para ir avanzando, pero sobre todo para luchar contra el acoso y la violencia política hay que transformar los imaginarios colectivos que tienen que ver con la sociedad machista.