La cuarentena no viene sola, el largo encierro puede demandar ayuda psicológica
Los trastornos mentales parecen ser otro de los efectos de la actual cuarentena debido a la presencia del COVID-19, según notas internacionales. Profesionales en el área, en Bolivia, afirman que ya es una necesidad tener ayuda psicológica.
Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) se confirmó la necesidad de contar con apoyo psicosocial para superar epidemias o casos de desastres naturales y más. El momento actual no solo requiere de la fortaleza que pueda tener la salud de cada uno, también de cierta fortaleza mental.
De que alguien, así sea lejos, pueda enviar un mensaje con la siguiente frase: «Estoy aquí para ti». Frase mágica que podría aminorar la sensación de soledad generada por el aislamiento que vive la población en cuarentena debido a la pandemia. Esa es una de las recomendaciones en las que coinciden profesionales en salud mental en Bolivia, quienes coinciden también con el llamado de psiquiatras y psicólogos a nivel mundial.
Una gran parte de la población a nivel mundial vive, aún, en cuarentena para reducir el contagio de COVID-19; este estado de aislamiento domiciliario está provocando oro tipo de afecciones en el ser humano, muchas de índole mental y emocional.
Varios son los motivos:
- La separación con personas allegadas, amigos, pareja, familia
- La pérdida de un empleo que tiene como consecuencia que los recursos económicos se vean mermados y no se puedan satisfacer las necesidades básicas.
- El encierro que provoca estados de ansiedad y depresión.
La psicóloga Claudia Guillen, con varios años de trabajo con mujeres y niños, comentó:
“El tema de las ansiedades, depresiones se generan porque no podemos salir, no podemos relacionarnos como antes. Tenemos que ver cómo gestionamos nuestras emociones. No está mal tener miedo, se debe poder hablar de las cosas que estamos viviendo, sintiendo, pensando. Todos somos seres individuales y no reaccionamos de la misma manera”, indica.
La especialista sugiere acudir más a espacios en los que se brinde ayuda psicológica accesible, uno de esos espacios es la línea gratuita Familia Segura, habilitada por Unicef, donde trabaja un grupo de psicólogos brindando precisamente el servicio de escuchar y asesorar. Guillén opina que la población no solo debe alimentarse de los números de casos y muertos que se emiten en los noticieros, sino de otros espacios que permita que el ser humano pueda adaptarse y avanzar.
La psiquiatra Carola de la Rocha, afirma que es evidente que “el aislamiento y el COVID-19 han generado una serie de alteraciones en la salud mental. En estos momentos la gente ya pide auxilio, la pide, la grita, lamentablemente los costos para acceder a todo esto hacen que sea mucho más difícil, pero por algunos medios sé que ha habido algunos profesionales que están ayudando de forma gratuita. Es necesario, si no es un apoyo farmacológico, el apoyo de la escucha, eso se debe fortalecer”, dijo.
De la Rocha explicó que la salud mental y emocional requiere cuanto antes de que se vean los mecanismos que permitan reestablecer de a poco los lazos, vínculos y contactos que se han perdido y desde las autoridades, se debe trabajar en la creación de empleos que ayuden a reducir no solos los efectos negativos en la economía también los efectos en la salud emocional.