Elecciones en República Dominicana: se mantuvo el ritmo de crecimiento de la pandemia pero hubo más ausentismo
Durante las últimas semanas Bolivia ha posado sus ojos sobre República Dominicana. El país caribeño llevó adelante elecciones presidenciales el 5 de julio en plena pandemia. Lo llamativo es que el “caso República Dominicana” es usado tanto por quienes quieren elecciones el 6 de septiembre como por aquellos que se resisten a celebrar comicios en plena crisis sanitaria.
Los datos revelan que hubo menos participación de votantes que en otros años pero que la curva de contagios de coronavirus mantuvo su ritmo de crecimiento. Desde el día de la elección hasta el 21 de julio, la curva dominicana creció un 29%
Durante las últimas semanas Bolivia ha posado sus ojos sobre República Dominicana. El país caribeño llevó adelante elecciones presidenciales el 5 de julio en plena pandemia. Lo llamativo es que el “caso República Dominicana” es usado tanto por quienes quieren elecciones el 6 de septiembre como por aquellos que se resisten a celebrar comicios en plena crisis sanitaria.
Más allá de los intereses de ambas partes, ¿qué dicen las cifras?, ¿es cierto que hay una “explosión de casos”?, ¿es verdad que no pasó “absolutamente nada”?
Las elecciones presidenciales y del Congreso originalmente estaban previstas para el domingo 17 de mayo pero fueron retrasadas hasta el 5 de julio. El voto dominicano no es obligatorio y sin embargo, cada comicio registra un alto porcentaje de asistencia a urnas. Este año, no obstante, hubo un llamativo ausentismo.
El día “culposo”
Dos semanas antes de las elecciones, el 21 de junio, República Dominicana tenía 21.370 casos, el día de los comicios su cifra fue 38.128 casos confirmado y dos semanas posteriores a la elección, la cantidad de casos subió a los 56.043. Como se constata, hay un ascenso en las cifras, pero el ritmo de crecimiento fue constante desde el inicio de la pandemia.
Desde Bolivia Verifica convocamos a Jaqueline Cordero epidemióloga con amplia experiencia en trabajo en salud pública y a Alex Cornejo Pinto, biólogo epidemiólogo que elabora reportes semanales sobre comportamiento de coronavirus en Bolivia; para evaluar la curva de contagio de República Dominicana y ver si observan un incremento brusco en ella.
Ambos expertos coincidieron en que la curva es ascendente pero no detectaron ninguna peculiaridad que les llame la atención. Es decir, continua el ritmo habitual de la enfermedad que es de “difícil contención” y de “fácil contagio”.
Cordero explica que no es correcto atribuir la curva a un solo día “culposo”, ya que como se observa, existe un constante ascenso de casos desde el inicio, pero particularmente desde mayo.
Haciendo el ejercicio comparativo con la actual curva boliviana, se evidencia que en República Dominicana hay un menor pronunciamiento en el ascenso de los casos. De hecho, si se comparan las cifras en el lapso temporal entre las elecciones y los días posteriores (5-21 de julio), se observa que Bolivia incrementó sus casos un 36.9%, mientras que República Dominicana lo hizo en un 29,34%.
Resulta relevante considerar para el análisis que la participación electoral en República Dominicana no es obligatoria. Según las cifras oficiales, en las elecciones presidenciales del pasado 5 de julio se registró una abstención electoral de 45%. Lo que para el estándar dominicano es un porcentaje muy alto.
Si se compara con las elecciones presidenciales de 2012 y 2016 se evidencia que en esas oportunidades la abstención fue de 30%, quince puntos menos de lo presenciado hace dos domingos. La socióloga y analista política dominicana, Rosario Espinal, atribuye el ausentismo a dos causas, temor al contagio y ,sobre todo, descontento ante las opciones electorales.
Julio Ascarrunz, politólogo especialista en procesos electorales explica en contacto con Bolivia Verifica que República Dominicana fue a comicios debido a que su ordenamiento jurídico no contempla alargamiento de mandato para las autoridades vigentes, por tanto, no podía extender más la cita de elecciones.
La desescalada, el voto y el toque de queda
Dieciocho días después de confirmarse el primer caso importado de coronavirus en República Dominicana, el presidente Danilo Medina decretó el estado de emergencia estableciendo en el país un bajo nivel de actividad. Se cerraron las fronteras, se suspendieron las labores educativas, se restringió la apertura de centros comerciales, entre otros.
Estas medidas se fueron flexibilizando paulatinamente, al punto que, para el día de las elecciones, los dominicanos ya podían ir a la playa y al salón de belleza, siempre claro, con barbijo y distanciamiento. Esta “desregulación del confinamiento” es denominada la desescalada.
Mariela Mejía, periodista y docente dominicana explicó en contacto con Bolivia Verifica que la curva que tiene su país es producto de “la desescalada, las actividades electoralistas (pre y durante comicios) y el desacato de los ciudadanos a mantener distanciamiento”.
Ante la pregunta de si considera que luego de las elecciones se incrementaron de manera drástica los casos de coronavirus, Mejía precisa que la curva está en ascenso como preveían los expertos y que son muchos los factores que complejizan la actual realidad dominicana.
Ante el temor de la pérdida del control sanitario, las autoridades dominicanas han vuelto a fijar restricciones, estableciendo un toque de queda a partir del 21 de julio por un período de veinte días, a cuyo término se revisará la medida en función de la evolución epidemiológica en el país. Los ciudadanos podrán salir sólo hasta las 7 u 8 de la noche, dependiendo de la provincia, no podrán ir a gimnasios pero sí a actividades religiosas y a la playa, guardando el debido distanciamiento social.