Dudar y verificar, el camino para frenar la desinformación

Fabiola Chambi / Los Tiempos

Más que “fake news”

La poderosa imagen aérea en la que se muestra un devastador incendio que circuló como si fuera de la Chiquitanía boliviana, pero correspondía a Brasil en 2017; la alarma por la noticia falsa de que el Arenavirus se contraía por consumo de hoja de coca, o el montaje de imágenes en situaciones peculiares del “famoso” Lamborghini que llegó a Cochabamba; son solo algunos de los ejemplos de cómo va ganando espacio el fenómeno de la desinformación.

Las “fake news” se popularizaron en el proceso electoral de EEUU en 2016, que colocó a Donal Trump en la Presidencia. En este tiempo una de las noticias falsas que más impacto tuvo fue el supuesto apoyo del papa Francisco a la candidatura del republicano que alcanzó más de un millón de interacciones en Facebook. El origen de esta publicación fue la web satírica WTOE 5.

Desinformación es un término mucho más exacto para explicar la compleja situación que se vive a nivel global, y que no solo tiene que ver con las noticias falsas sino con información falsa, imprecisa, engañosa, manipulada y movida por una intencionalidad específica.

Al respecto, Martín Slipczuk, parte del equipo de Chequeado Argentina, un proyecto líder en la región, asegura que si bien el término ‘fake news’ se puso de moda, se recomienda usar desinformación porque no solo son noticias falsas las que circulan sino también otros mensajes que no tienen el formato de noticia. Otra de las razones es porque “hay políticos también que se apropian del término y la idea es entender que la información es general y no partidaria”.

Justamente el presidente Donald Trump popularizó el término, pero para referirse a la información que no le gusta y él considera “fake news”.

Lo complejo es que “cuando luchamos contra la desinformación también estamos luchando contra las creencias de las personas”, añade Slipczuk.

Para Ana Matyzcyck, coordinadora del proyecto Verificado de Uruguay, es clave “educar a la comunidad porque la desinformación se combate también empezando a usar los términos correctos”.  Además, desde su perspectiva, “fake news” es un término que daña el periodismo.

“Cuando hablamos de la noticia en parte es tocarle el corazon al periodismo, que vive gracias a ella. Por mas de que esté popularizado es una simplificacion errada. La noticia falsa es todo lo opuesto a lo que sucede con la noticia, entonces, hay que llamarlo por su verdadero signifcado que es desinformación, pura y dura”, reflexiona Matyzcyck.

En este tiempo de posverdad es evidente considerar que quienes propagan la desinformación juegan con la vulnerabilidad de las personas guiada por sus emociones para convertirlos en amplificadores de mensajes falsos o engañosos, algo que se da casi de manera inmediata porque los usuarios saltan dos pasos trascendentales: dudar y verificar.

Si bien rumores y chismes siempre han existido, el hecho de que la información tenga su máximo alcance a través de las redes sociales, hace que los riesgos sean mayores, pero también las posibilidades de identificar su origen.

En el informe de agosto de este año del “Global Desinformation Index”, se consideró la palabra “desinformación” sobre “noticias falsas”. Aquí “se incluye todas las formas de información falsa, inexacta o engañosa diseñadas, presentado y promovido para causar intencionalmente daño público o con fines de lucro”.

Contra la desinformación

El problema de las noticias falsas es que generan repercusiones verdaderas.

En el mundo, varias iniciativas de medios de comunicación en alianza con algunas organizaciones, buscan frenar la desinformación también como una acción concreta para recuperar su credibilidad, ya que por la inmediatez con la que trabajan los medios digitales, se han vuelto más frecuentes imprecisiones y difusión de contenido no verificado.

A nivel Latinoamérica estas son algunas de las iniciativas que vale la pena destacar.

VERIFICADO

Un proyecto que nació en México y reunió a unos 80 aliados entre medios, organizaciones de la sociedad civil y universidades con el objetivo de “combatir las noticias falsas y denunciar el uso tramposo de información”.

Su acción fue clave en el escenario electoral de 2018 de ese país en el que se disputan más de 3,400 cargos de elección popular y casi 88 millones de sufragantes. Se decidía la Presidencia, todo el Congreso y nueve gobiernos estatales.

#Verificado2018 se enfocó por un lado en “las noticias falsas y por el otro, las promesas irrealizables o las críticas sin fundamento”.

Después de cuatro meses el proyecto cerró dejando abierto su sitio web para consultas. En ese tiempo lograron más de cinco millones de visitas.

CHEQUEADO

Se define como un medio digital no partidario y sin fines de lucro dedicado a la verificación del discurso público, la lucha contra la desinformación, la promoción del acceso a la información y la apertura de datos.

“Chequeamos las afirmaciones de políticos, economistas, empresarios, personas públicas, medios de comunicación y contenidos virales de redes sociales y los clasificamos de “verdadero” a “falso” según su consistencia con los hechos y datos a los que se refieren. Producimos además explicadores para poner en contexto y aportar datos a diversos asuntos de la agenda pública y realizamos investigaciones periodísticas sobre temas clave y poco tratados”, se describe en su sitio.

El método y la experiencia de Chequeado ha servido de base para muchas iniciativas de la región.

“La idea no es solo que nos lean a nosotros cuando desmentimos noticias falsas sino crear un lector activo que esté atento, que comparta la noticia verdadera y que logre parar la desinformación”, explica sobre el proyecto Martín Slipczuk.

VERIFICADO.UY

“Tu escudo contra la desinformación”, es el slogan que maneja esta inciativa uruguaya que nació en 2018 y que fue calificada como un movimiento sin precedentes contra la desinformación.

Más de 100 aliados entre medios de comunicación de ese país, además de periodistas, organizaciones sociales y universidades forman parte de Verificado.uy.  Una coalición que no solo debe destacarse por el número, sino por el tipo de actores que la conforman, asegura Ana Matyzcyck, coordinadora del proyecto, porque esto ayuda a entender “cómo trabajar con la desinformación sin perjudicar la libertad de expresión, que es un punto de conflicto”.

Verificado.uy busca hacer frente a la propagación de la desinformación durante el proceso de elecciones presidenciales y parlamentarias  que se lleva adelante este año.

La verificación que realizan se basa en dos tipos de contenidos: rumores en redes sociales e informaciones del discurso público.

COLOMBIA CHECK

Este proyecto colombiano es una plataforma digital, abierta y colaborativa que surgió inicialmente para chequear las informaciones que surgían en el plebiscito por la paz del 2016; pero luego se amplió al discurso publico en general y luego a hacer un chequeo de desinformación, lo que se mueve en redes sociales, temas que importen en el ámbito público colombiano, explica a Los Tiempos su director, Pablo Medina Uribe.

Colombia Check da relevancia a los usuarios para que sean ellos quienes se capaciten en combatir la desinformación, auqnue no es una tarea sencilla.

“Los fact check no llegan a la misma cantidad de gente que la desinfrmación, y cambiar eso es el reto más grande que tenemos”, dice Medina quien identifica tres niveles de personas que comparten noticias falsas: quienes quieren generar impacto politico y económico; los que están muy comprometidos con una causa política y aquellos que por un sentido de pertenencia comparten dentro de su grupo social.

Colombia Check elaboró un manual didáctico para que los usuarios puedan tener a su alcance herramientas de verificación.

COMPROVA

Este proyecto brasileño es uno de los referentes más importantes para entender cómo funciona la propagación de noticias falsas a través de WhatsApp, una aplicación compleja para hacer el monitoreo debido a que la información se maneja en un formato cifrado, a diferencia de otras plataformas más públicas como Facebook o Twitter.

Los rumores en WhatsApp se incrementan y empiezan a adquirir una falsa credibilidad porque personas que uno conoce los comparten en forma privada.

Sergio Lüdtke, editor del proyecto Comprova, asegura que “la opinión, la desinformación y la opinión compiten en una carrera en la que la información ha estado perdiendo (…) La desinformación se mueve en olas”.

En este sentido el objetivo de Comprova expuesto en su sitio web es “identificar las sofisticadas técnicas para manipular y difundir contenido engañoso en sitios web, aplicaciones de mensajería y redes sociales”.

WhatsApp cobra relevancia en Brasil, el país más grande de Latinoamérica en albergar a casi uno de cada 10 usuarios de ese servicio de mensajería en todo el mundo.

DESCONFÍO

Este proyecto argentino fue impulsado por el equipo de Datos Concepción que promueve el abordaje de la dinámica de las noticias falsas que circulan por redes sociales y plataformas digitales.

Tiene un enfoque más integral con acciones referidas al involucramiento de actores locales y sus capacidades en el combate a las “fake news”, idear soluciones y herramientas que contribuyan a frenar el avance de las noticias falsas, mantener una información actualizada sobre las iniciativas que se desarrollan en diferentes continentes e investigar desde el ámbito académico las características del fenómeno de la desinformación.

El coordinador general del proyecto, Adrián Pino, asegura que “el ciudadano, es el más afectado por la desinformación porque tiene dificulyades para poder entender el fenómeno, es decir, qué está pasando para decidir no solo a quien votar sino en que invertir, en qué poner su dinero, decisiones diarias que lo están complicando”.

 

Proyectos en Bolivia

En Bolivia están consolidados dos proyectos que trabajan haciendo frente a la desinformación con publicaciones diarias que buscan orientan a la población en el consumo responable de las noticias; pero también tienen un pilar que busca a través de talleres de capacitación sobre este fenómeno.

BOLIVIA VERIFICA

Se presenta como “un medio digital sin fines de lucro ni tendencia política que se dedica a la verificación de noticias falsas (fake news) y del discurso público para luchar contra la desinformación y mejorar la participación democrática”.

César del Castillo, editor en jefe del proyecto ve que no existe una cultura dgital en la ciudadanía, solo es uso de redes sociales y por eso la gente se deja influir con mensajes fabricados y engañosos casi de manera natural, pero en algunos casos también periodistas.

“Cuando sin dudar y verificar reenvías un mensaje, te conviertes en un eslabón más de la cadena de desinformación”, asegura Del Castillo.

Por su parte, Gabriel Díez Lacunza, que se desempeña como editor, se refiere también a la afectación que sufren algunos medios de comunicación cuando personas malintencionadas usan la marca de estos para difundir noticias falsas.

“Hemos visto en estos meses es que la gente que genera y promueve la desinformación  busca “colgarse” de la imagen de los medios para hacer circular sus mensajes”.

Datos

  • Bolivia Verifica nació el 1 de junio de este año y su metodología de verificación está basada en la experiencia de Chequeado de Argentina,  pero adecuadas al contexto.
  • Desde que arrancó el proyecto, se verificaron un promedio de 1,6 notas por día.
  • Las categorías noticia falsa o noticia verdadera son referenciales para el lenguaje que maneja la gente, ya que por definición consideran que “no existe una noticia falsa”, porque decir noticia verdadera es redundante”.
  • Destacan como hallazgos importantes las notas relacionadas al plan de Gobierno del Frente Para la Victoria (FVP) que es una copia del plan de Gobierno que el partido político de Perú, Orden presentó para las elecciones del 2016.

 

CHEQUEA BOLIVIA

Este proyecto, se centra en “detectar las noticias falsas que se difunden en Facebook, Twitter y WhatsApp en y sobre el país y difundir la correspondiente rectificación luego de realizar una rigurosa verificación de fuentes”.

De acuerdo a Juan Cristóbal Soruco, director de Chequea Bolivia, existe una falta de valores éticos y morales que incrementan la propagación de noticias falsas. Por lo tanto, el objetivo de la iniciativa es “motivar a que personas y entidades recurran a este servicio cuando duden de alguna noticia que circula por las redes sociales para su verificación y rectificación cuando corresponda”.

Juan Carlos Uribe, coordinador general del proyecto aclara que “para que una noticia sea verificada por el equipo se necesita un indicador de viralidad, porque una noticia falsa hace daño cuando llega a una gran cantidad de gente”.

“No damos una opinión, solo contrastamos la información”, añade Uribe.

Datos

  • Nació el 4 de junio de 2019 y su metodología de verificación es producto de una revisión de varias iniciativas de la región, adecuadas al contexto.
  • Realizan una verificación en promedio de 4 a 7 noticias por día.
  • De acuerdo a un estudio previo que realizaron que fue luego corroborado en la práctica, el 68% de los contenidos tiene formato de imagen, el 23% audiovisual y el 7% por ciento como formato de noticia, el resto se distribuye de otras maneras.
  • La fuente de las noticias vienen más de Facebook, en un 84%, WhastApp en un 14% y el resto Twitter.
  • Uno de las noticias verificadas que más impacto tuvo fue una encuesta de mayo a junio que utilizaba el sello de Unitel.

 

¿Ciudadanos desinformados?

¿Pueden identificar una noticia falsa de una verdadera? ¿Cómo reaccionan ante las noticias falsas? ¿Tienen la capacidad de verificar una noticia? ¿Cuáles son sus fuentes confiables?

“Me llega mediante mis amigos las noticias y a veces no creo, dudo; pero para estar segura busco en la tele o en el periódico, ahí me doy cuenta si es real”, asegura Nicole Cruz, una joven universitaria de 18 años.

Un banco que va a quebrar, alarma por enfermedades, escándalos políticos… los ciudadanos están expuestos cada día y con más frecuencia a contenidos engañosos que afectan su sensibilidad e incluso toma de decisión.

Aunque hay esfuerzos por dar valor a la duda razonable ante de propagar una noticia no fiable, hace falta más educación y herramientas para saber cómo hacer frente a la desinformación desde la cotidianidad.

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