De 1 hasta 12 integrantes: Las reducidas delegaciones bolivianas en los Juegos Olímpicos
Bolivia participa oficialmente desde las olimpiadas de 1936. En Tokio 2020 fueron cinco los deportistas que nos representaron. Hasta ahora es el único país de Sudamérica que no ganó una sola medalla
Jesús Vargas Villena
Completando una dura marcha de 20 kilómetros por las calles de Sapporo, la atleta paceña Ángela Castro Chirivechz cerró el 6 de agosto la participación boliviana en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, quien además fue la única abanderada en la ceremonia de clausura de este evento realizada este 8 de agosto.
La marchista boliviana logró completar la difícil competencia en una hora, 42 minutos y 25 segundos para ubicarse en el puesto 48 entre 58 participantes.
Con esta participación cierra otra olimpiada para Bolivia sin poder obtener una medalla, y es que para cada atleta que nos representa en los Juegos Olímpicos de Verano, el esfuerzo se multiplica a diferencia de los participantes de otros países, pues las condiciones en las que se entrenan no son las mejores.
Números que no favorecen
Los números no benefician a Bolivia en los Juegos Olímpicos, en total son 80 los deportistas que representaron al país sumando las 16 ediciones, aunque la cifra baja si se toma en cuenta los atletas que participaron en más de una oportunidad. La primera participación boliviana fue en Berlín 1936.
Sin embargo, las participaciones de manera consecutiva en los Juegos Olímpicos fueron desde Tokio 1964.
Estos datos son recogidos de la página oficial de los Juegos Olímpicos que hace un resumen histórico de la participación boliviana en las olimpiadas, indicando que hasta Rio 2016, se llegó a un total de 75 atletas, sumando los cinco de la última edición, son 80.
Bolivia es el único país de Sudamérica que no ha ganado una sola medalla, según cita la página oficial de los de Juegos Olímpicos.
A nivel Latinoamérica, solo Belice, El Salvador, Honduras y Nicaragua alcanzan esta condición, señala un resumen histórico del Centro Mexicano de Relaciones Internacionales (Cemeri).
El mayor logro histórico se dio con la Selección Nacional de Fútbol Sub-15 que ganó una medalla de oro para el país en los Juegos Olímpicos de la Juventud en Singapur 2010.
Delegaciones reducidas
Con el reducido número de participantes, también bajan las posibilidades de aspirar a alguna medalla.
En su primera participación en 1936, solo dos atletas bolivianos nos representaron: el beniano Alberto Conrad en natación y el paceño Eduardo Paccieri en tiro deportivo, según relata la investigación de Carlos Javier Gareca.
Otros artículos de prensa señalan la participación de un tercer representante boliviano, Arnold Nielsen en Berlín 1936, aunque no se especifica en qué disciplina, ni se encontraron registros en los archivos de los Juegos Olímpicos. Según un artículo de La Razón, Nielsen participó en el “concurso de arte” que se habilitó en ese certamen.
Bolivia volvió a participar en Tokio 1964 con un solo deportista, el paceño Fernando Inchauste en canotaje. Inchauste también estuvo en México 1968 y en Múnich 1972, pero en esa última oportunidad, en otra disciplina: tiro deportivo.
Las delegaciones bolivianas más grandes llegaron a tan solo 12 deportistas para los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 y el mismo número se repitió en Río 2016.
“Casi todas las participaciones” de Bolivia se han realizado gracias a invitación (wildcard), con la excepción de los Juegos Olímpicos de Río 2016, “donde la mayoría de los atletas de la delegación de Bolivia consiguieron las mínimas para asegurar su plaza en los Juegos”, señala la organización.
Las denominadas wildcard son entregadas por la organización de los Juegos Olímpicos, cuyo objetivo es manejar el proceso de asignación de cupos con delegaciones “muy escasas”, para promover una mayor “universalidad y equidad” para atletas que no pudieron clasificar, según se especifica en el documento.
En síntesis, las delegaciones bolivianas en los Juegos Olímpicos fueron conformadas entre uno y doce deportistas como máximo a lo largo de las diferentes ediciones.
¿Por qué son tan reducidas las delegaciones bolivianas?
Según las gráficas de Statista, un portal alemán de estadística en línea, Bolivia solo supera en Latinoamérica a El Salvador y Nicaragua en cantidad de atletas que participaron de Tokio 2020.
Bolivia participó en Tokio 2020 con 5 atletas, El Salvador con 4 y Nicaragua con uno. El país de América Latina con mayor representación fue Brasil con 302 atletas.
La diferencia es más marcada cuando se ve el número de las delegaciones de las potencias en Tokio 2020, como Estados Unidos con 613 atletas o China que llevó a 431 deportistas.
Los atletas bolivianos en Tokio 2020 fueron: Ángela Castro, Bruno Rojas, Gabriel Castillo, Hugo Dellien y Karen Torrez.
Una de las cinco atletas bolivianas en Tokio 2020 fue la nadadora cochabambina Karen Torrez Guzmán, quien fue abanderada en la ceremonia inaugural.
Karen responde a Bolivia Verifica que la reducida participación se debe a que después del fútbol, en las otras disciplinas “el deporte no es profesional”.
Torrez participó de manera consecutiva en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, Río 2016 y Tokio 2020.
La atleta explica que la clasificación a los Juegos Olímpicos es “bastante exigente”, poniendo como ejemplo su disciplina que es la natación, donde las marcas mínimas están establecidas a partir del puesto 16 de las últimas olimpiadas.
“Bolivia usualmente asiste con una marca de clasificación B”, que es un porcentaje un poco mayor a la marca establecida. Agrega que en otras disciplinas se les exige estar entre los primeros puestos del ranking.
“Tú puedes ver que los deportistas en Bolivia tienen un trabajo de otro tipo y entrenan o estudian otra cosa. Cuando tienen que salir a competir al exterior, no pueden hacerlo porque no tienen los recursos económicos”, contextualiza la atleta.
En el caso particular de Karen Torrez, ella trabaja hace cinco años como entrenadora, combina los horarios entre su preparación con las actividades laborales.
“El tiempo que yo me puedo dar para entrenar y descansar no es el que se da una atleta en otros países, donde se dedica 24/7 a eso”, compara.
Además, los atletas en otros países, tienen equipos de científicos, médicos, nutricionistas y psicólogos que los acompañan en su preparación.
Torrez cree que la única manera de mejorar la participación boliviana en los Juegos Olímpicos es cambiando por completo el sistema deportivo en el país. “El deporte en Bolivia aún es amateur”, confiesa.
Esta calificación se da porque los atletas no perciben un sueldo, no hay instituciones sólidas que apoyen a los deportistas, son pocos los centros de alto rendimiento y los que hay son privados, según indica.
“En otros países los deportistas no tienen que estar vendiendo rifas para poder viajar”, dice la nadadora sobre la difícil realidad del atleta boliviano.
Sobre la misma pregunta, el jefe de misión de Bolivia para Tokio 2020, Fabricio Pinto, responde a Bolivia Verifica que son “muchos” los factores que inciden en esta situación, empezando por la carencia de políticas nacionales, departamentales y municipales a favor del deporte.
Mientras Pinto esperaba en la cálida ciudad de Sapporo-Japón por la participación de Ángela Castro, del otro lado del teléfono era una fría madrugada boliviana, dándose así un momento propicio para conversar sobre la realidad del deporte nacional.
Pinto que es parte del Comité Olímpico Boliviano acota que entre los factores que inciden en la baja participación de atletas nacionales en las olimpiadas, está la falta de inversión económica y de una estructura de formación de profesionales “afines a las prácticas físicas-deportivas”.
Estos profesionales son médicos deportivos, traumatólogos deportivos y nutricionistas deportivos entre otros.
Agrega que también se requiere en el país profesionales técnicos formados académicamente.
“Se necesita más entrenadores especializados en sus deportes, preparadores físicos, biomecánicos, metodólogos y psicólogos deportivos” para apoyar a los atletas.
Valeria Darwich Arandia es madre de dos jóvenes atletas de 13 y 14 años que sueñan con participar en los Juegos Olímpicos, pero este sueño tiene una serie de obstáculos, según relata a Bolivia Verifica.
“En Bolivia no hay apoyo para el deporte en ningún sentido, por eso que muchos de los deportistas se ven obligados a irse a otros países”, comenta.
Valeria relata que esta situación se da desde las regiones, poniendo el ejemplo concreto de Tarija, donde el Servicio Departamental del Deporte (Sedede), “no ayuda ni con los uniformes para los atletas”, siendo los padres de familia quienes cargan con el costo.
Tanto atletas, dirigentes y padres de familia coinciden en sus respuestas: Bolivia no tiene políticas públicas a favor del deporte, lo que se refleja en reducidas participaciones en los Juegos Olímpicos.
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