No, el biomagnetismo no cura el coronavirus
El letrero ofertando la cura del COVID-19 fue colocado en la Villa Primero de Mayo de la ciudad de Santa Cruz. Ofrecen biomagnetismo para acabar con el SARS-COV2 en tres sesiones.
El biomagnetismo es una terapia alternativa que utiliza imanes para crear campos magnéticos estáticos y supuestamente modificar los campos magnéticos del propio cuerpo, y así aliviar dolores o sanar enfermedades. No hay evidencias científicas contundentes que le respalden.
Un letrero ofertando el servicio de imanes para la cura del coronavirus fue colocado en una jardinera de la Villa Primero de Mayo. Se trata de una terapia a domicilio. La sesión cuesta 350 bolivianos y según indican, es necesario al menos tres sesiones para “liberarse por completo” del COVID-19.
La utilización de imanes para tratar enfermedades o dolencias no es nueva. La oferta de esta “terapia” sin dolor y sin medicación, ha recorrido diversos lugares del planeta. Lo que resulta innovador es que ahora aparezca como solución para el COVID-19 que azota con la terrible pandemia.
“El tratamiento del COVID consiste en dos terapias: biomagnetismo y vibración de bacterias (donde se tocan temas emocionales, como emociones hereditarias). Se aplica campos magnéticos en punto específicos del cuerpo, eliminando patógenos y equilibrando el pH. De esa manera se eliminan las bacterias asociadas al COVID”, explicó a Bolivia Verifica quien oferta las sesiones de imanes.
Es preciso aclarar que no existe hasta el momento ninguna terapia convencional o alternativa, fármaco o remedio casero que acabe con el coronavirus. Pero más allá de ello, particularmente las sesiones con imanes para sanar enfermedades no están respaldadas por estudios científicos.
Nuestro aliado verificador, Maldito Bulo, reporta que lo que se ha detectado es un “efecto placebo” y que, la mayor falencia está en la falta de rigurosidad para poder medir realmente su efectividad.
“Los estudios realizados hasta ahora muestran que no que no se perciben efectos de la aplicación de estos campos magnéticos estáticos más allá del efecto placebo y por eso, según recoge el Centro Nacional para la Medicina Complementaria e Integrativa estadounidense “las investigaciones no apoyan el uso de imanes para el tratamiento de ningún tipo de dolor”, se lee en una nota de Maldito Bulo.
Para evaluar la eficacia de la terapia magnética, un grupo de investigadores de la Unidad de Epidemiología Clínica de la Pontificia Universidad Javeriana, liderado por la doctora Soledad Cepeda Ph.D., seleccionó pacientes con dolor postoperatorio agudo y los sometió a terapia magnética observando cuidadosamente su efecto sobre el dolor; se contó con un grupo de control para evaluar los resultados. “El rigor con el que se llevó a cabo el estudio permite concluir que la terapia magnética no sirve para el tratamiento de dolor agudo postoperatorio u otros síndromes dolorosos, en los cuales la fuente del dolor sea la lesión del tejido”, concluyó Cepeda.
Por tanto, no hay evidencia de la efectividad de la terapia alternativa y mucho menos en la “cura del COVID”, como señala el letrero colgado entre un poste y un árbol.