Juan Carlos Salazar: “El periodismo se está convirtiendo en un replicador de voces”
La pandemia de coronavirus y la cuarentena modificaron algunas formas de hacer periodismo. Las limitaciones para salir, los cuidados de distanciamiento social y la ausencia de periodismo científico fueron algunos obstáculos
La pandemia de coronavirus y la cuarentena modificaron algunas formas de hacer periodismo. Las limitaciones para salir, los cuidados de distanciamiento social y la ausencia de periodismo científico fueron algunos obstáculos
Por: Jackeline Rojas Heredia
Juan Carlos Salazar es una de las mayores referencias del periodismo boliviano de todos los tiempos. Inició su carrera como co-fundador de la Agencia de Noticias Fides (ANF) y su último paso por una redacción fue como director de Página Siete, pero antes estuvo en la agencia alemana de noticias DPA como jefe del servicio en español. Una de sus coberturas más emblemáticas fue la guerrilla liderada por Ernesto Guevara en Bolivia que luego se tradujo en un libro de crónica periodística. En 2010 fue elegido entre las 100 personalidades latinas de España, fue presidente de la Fundación Para el Periodismo y en 2016 fue galardonado con el Premio Nacional de Periodismo, entre otros méritos.
Conversamos con él sobre cómo la pandemia obligó al periodismo a transformarse y cuáles son los desafíos que plantea para lo que se denomina “la nueva normalidad”.
_¿Cómo evalúa el trabajo periodístico en Bolivia durante la pandemia y el confinamiento por coronavirus?
En Bolivia y el mundo, en general, la prensa y los medios de comunicación ya vivían el paso de lo convencional a lo digital, tendencia que se acentuó y aceleró con la pandemia sin darnos el suficiente tiempo para completar esa adaptación.
El periodismo ya vivía una doble crisis, primero la crisis de la revolución tecnológica que ha estallado a fines de la década pasada, principio de la actual, la crisis económica de 2008-2010 y ahora, la pandemia que obligó a sufrir cuarentenas que, a su vez, obligó a la prensa del mundo entero a suspender los tirajes, a reducir las ventas. Los medios han tratado de suplir esto, pero los ingresos se han visto tremendamente mermados porque no existe un traslado automático de las ventas o de los ingresos por publicidad al mundo digital, situación que se ha traducido en despidos.
Por otro lado, la adaptación obliga a la prensa a sustituir el periodismo que conocíamos, hasta ahora, por el periodismo multimedia, digital y esto va a tardar en asentarse porque la revolución tecnológica no acaba, cada día tenemos nuevos artilugios, pinganillos. El problema no es el periodismo del futuro sino del presente. ¿Cómo vamos a situarnos en la nueva realidad? ¿cómo salvar esta situación?
Todo esto es un problema muy serio y se da en paralelo con un contexto político, social y económico muy acentuado en crisis. Vivimos todavía, en Bolivia, una crisis política, económica que ya estaba en ciernes y la crisis sanitaria, tres crisis en una, las que han determinado el resultado de las elecciones del pasado 18 de octubre. Este es el panorama al que se enfrenta el periodismo actual.
_En este contexto ¿cómo se debe formar a los periodistas, luego de superar la crisis que deja la pandemia?
Tiene que partir de las propias universidades, yo lo plantee en la Universidad Católica, dije que ya no podemos formar a los periodistas como se hacía hasta ahora, tenemos que formar periodistas multimedia. La revolución tecnológica está cambiando dramáticamente los hábitos de consumo. En Página Siete yo veía como caía dramáticamente la circulación, las ventas físicas del periódico versus la cantidad de lectores que leían el medio en la web. No se perdía lectores simplemente cambiaban. Esto cae también en la publicidad porque las empresas no pagan lo mismo trasladándose a lo digital.
La formación del periodista debe encaminarse en ese sentido, el periodista debe salir de la Universidad ya con todas esas herramientas técnicas que ofrece el desarrollo tecnológico y tiene que tener esas habilidades para poder difundir contenidos ya sea en vídeo, audio, y texto en la web.
_¿Qué debe priorizar un profesional de la información en medio de la vorágine de mensajes, muchas veces poco claros, o falsos que pueden pasar como reales?
Otro tema importante que no se acaba de ver es el tema de la verificación y el control de la información que tiene mucho que ver con la ética. Estamos en un mundo en que las versiones falsas son superiores a las verdaderas, entonces los periodistas deben tener no solo los principios éticos para poder manejar esa información sino también las herramientas técnicas para poder discernir lo falso y lo verdadero. En el futuro, esto no puede ser solo patrimonio de los observatorios de verificación, sino que todo periodista debe tener y va a tener que verificar y controlar la información.
Yo no tengo ninguna duda de que la desinformación, las ‘fake news’ son la mayor amenaza para la libertad de expresión y con ello, para la democracia y el periodismo va a jugar un papel fundamental, los medios convencionales o tradicionales, en cualquiera de sus versiones, son los principales garantes para evitar que circule la información falsa.
_¿Qué posibilidades tienen los medios de comunicación para sobrevivir económicamente cuando el internet ha hecho posible que el receptor también se convierta en un comunicador?
El problema es que las redes sociales han convertido a todos los “usuarios en periodistas”, el llamado “periodismo ciudadano” en el que no creo. El ciudadano no verifica ni controla la información, difunde lo que ve, lo que interpreta ese momento y cree conveniente o suficiente, y eso complica mucho las cosas.
La gran pregunta es si las redes sociales son y no son fuente de información. Son y no son en sentido de que merecen verificación. Y el periodista debe actuar como siempre, tiene que contrastar la información no se puede dejar llevarse por una fuente insegura. Otro gran problema que se da, también acá, son los políticos ¿Que hacen los políticos? ¿Los candidatos? difunden sus mensajes, lo que quieren difundir por las redes, ya no permiten el diálogo cara a cara con el periodista, evitan las preguntas.
El periodismo se está convirtiendo simplemente en un replicador de las voces y del eco de las voces de los políticos, a los políticos les gusta el eco, pero no el diálogo, entonces el periodista debe actuar como siempre, contrastar la información, ver en las redes sociales una fuente más, y esa tarea no la hará el ciudadano.
Por eso yo hablo de las técnicas de verificación para contrastar la información, todo esto en un contexto de evolución tecnológica y el periodista requiere de estas cosas, por eso es tan importante que los Centros de Estudios, las Universidades incorporen estos elementos.
_Con la experiencia acumulada estos meses de cuarentena y pandemia, concretamente en Bolivia, ¿Cuál es o cuales deberían ser las lecturas del periodista acostumbrado a encontrar información en la calle y en el contacto con las personas? ¿Se puede hacer un buen periodismo desde las distancias?
La pandemia ha cambiado hábitos y costumbres, después de su llegada nada va a ser igual no solo en el ámbito del periodismo, en la educación, en la universidad, hace dos meses que doy clases por zoom y hasta el comercio encuentra formas actualmente para desarrollarse vía digital. Cuesta creer, pero, por ejemplo, han desaparecido las redacciones, las entrevistas ya no son cara a cara, esto no va a cambiar en parte porque las empresas verán el lado bueno, ya no necesitas tener grandes espacios para una redacción, personal administrativo, todo eso es parte de la adaptación a la que tanto medios de comunicación como periodistas nos vemos obligados.
¿Cómo vas hacer las coberturas? Yo sigo pensando que un periodista debe estar en el lugar de los hechos, otra cosa es acudir al lugar de los enfrentamientos y eso no va a cambiar, sin lugar a dudas, las cuarentenas se van a flexibilizar. Yo sigo pensando que el periodista tiene que estar en contacto con los hechos, tiene que verlos.
El otro día me preguntaron: ¿Cómo se hacía periodismo sin celulares, sin laptop?
Yo he vivido ya varias revoluciones, el paso de la prensa escrita, el nacimiento de la televisión, hace 50 años, décadas escucho a la gente decir que se está enterrando a los periodistas, que van a ser sustituidos y no es así, porque no importa el medio, las plataformas, se debe recordar que detrás de cada medio siempre va a estar un periodista, detrás de cada plataforma digital está un periodista. Lo que puede salvar al periodismo convencional, al periodismo tradicional es el viejo periodismo, el que cuenta historias, el periodismo de Hemingway, el periodista que baja al lugar de los hechos y cuenta la historia.
_En el caso boliviano, especial en relación a la cantidad de población rural que no tiene el mismo acceso a la tecnología que sí se tiene en las ciudades, ¿Cómo podrá un periodista desarrollar lectores o audiencias en esos espacios?
Sobre el acceso y los costos por el servicio de internet, esto se va a reducir en un tiempo breve, se va a generalizar igual que el teléfono fijo, el internet va a llegar a todos, se va abaratar porque no vas a poder vivir sin web. En otras partes se abarató muchísimo, si te pones a pensar ya no hay gente que viva sin celular.
La tecnología te puede acercar y te puede alejar. El zoom da otras posibilidades, las redacciones las hacen vía zoom, es una cuestión de adaptación, quizá ya no lo veré, pero hasta el matrimonio puede darse por zoom y no habrá peleas entre parejas (ríe de manera pícara) la tecnología acerca y también aleja. Esto estará muy determinado por el tema económico, requiere una adaptación tecnológica, requiere dinero, reducción de personal, los salarios. La pregunta a esta altura es si tiene sentido ser periodista.
Hay una ley económica que, a mayor producción u oferta de productos, los precios bajan y la noticia se ha abaratado mucho porque está a disposición, antes de que se emita en alguna radio ya la vemos en las redes y como se abarató tanto, nadie quiere comprar la noticia. Entonces ¿cómo se financia la producción de noticias, de contenidos? ¿de dónde va a salir el dinero?
Lo lógico es que, como ocurre en otros países, el usuario pague por acceder al portal. En algunos lugares tiene resultados, pero acá parece imposible. Yo soy muy pesimista sobre eso, al final la gente va a pagar por acceder a un medio digital, la conversión depende de los ingresos.
Y sobre los costos, mencionamos ambos, distintos ejemplos, como el costo para bajar un libro por internet o el costo por la música y los vídeos clips de acceso en la web.
¿Dentro de 10 años crees que alguien tendrá teléfono fijo? Nadie, el costo de cada llamada era muy alto antes. La información tiene costo cero. A menos que puedas trabajar en el sentido de que la gente adquiera el gusto por la lectura, lea una buena crónica, historias que le puedan interesar ese es el gran desafío, por eso yo pido a las universidades volver a los géneros periodísticos, la crónica, el reportaje, la entrevista bien contada porque eso es lo que va a volcar la balanza y permitirá que el periodismo logre sobrevivir.
_¿Volver al periodismo de antes nos permitirá sobrevivir?
Yo diría que sí, que ahí está el reto. Estoy trabajando en una guía, un manual de géneros periodísticos.