Existe el virus del Chapare, pero no es reciente
Una nota de prensa alerta que un grupo de científicos expresó su preocupación por la aparición de un nuevo virus “mortal” en Bolivia que se puede transmitir de “persona a persona”. Esta versión es verdadera.
La alarma la encendió un medio español y la información se replicó en Bolivia
Una nota de prensa alerta que un grupo de científicos expresó su preocupación por la aparición de un nuevo virus “mortal” en Bolivia que se puede transmitir de “persona a persona”. Esta versión es verdadera.
La nota de La Razón de España indica que un equipo de investigadores ha descubierto que un virus “mortal” que se encuentra en Bolivia, puede propagarse «de persona a persona» en entornos de atención médica.
La fuente que utiliza esta nota es la Sociedad Americana de Medicina e Higiene Tropical. Los Tiempos replica la nota en Bolivia, alertando del alto riesgo de esta enfermedad.
En la citada nota se indica que «cualquier persona» que se ocupe de casos sospechosos, debe tener “sumo cuidado” para evitar el contacto con elementos que puedan estar contaminados como sangre, orina, saliva o semen.
¿Existe el virus Chapare?
Bolivia Verifica logró contactarse con el biólogo y documentalista Huáscar Bustillos, quien es especialista en ecología e investigación eco-social, que está siguiendo la situación de enfermedades emergentes y reemergentes como su relación con el cambio climático.
Bustillos afirma que el virus del Chapare tuvo su primer registro en el año 2004 cuando falleció una persona en la zona del Trópico cochabambino, de ahí el nombre.
En ese entonces, la víctima fue aislada, por lo que no se tuvo más reportes hasta el 2019 en Caranavi, en el departamento de La Paz. Son al menos cinco infecciones las que se registraron en Caranavi, tres de ellas mortales. “Esa vez salió la noticia en los diferentes medios de comunicación, pero no se sabía aún que era de este virus”, recuerda.
Cuando se confirma que era el virus del Chapare, se le denomina una enfermedad “reemergente”, acota Bustillo, pues aparece un tiempo después y en otra zona, aunque “ecológicamente similar”.
Para Bustillo, todavía debe investigarse “un poco más”, pues según el especialista, en estas notas de prensa se adelantaron “un poco a lo que pasa”, porque aún no se podría confirmar científicamente el contagio de persona a persona, aunque las posibilidades son muy altas, por los casos que se tuvo en Caranavi.
¿El origen?
El biólogo indica que para entender estos virus en Bolivia, uno debe retrotraerse a los años 60, cuando se registró por primera vez en el departamento de Beni una extraña enfermedad relacionada con los roedores, que es el virus Mapacho.
“De ahí ya comienza la aparición de diferentes virus de los arenavirus y hantavirus, ambos asociados a los roedores”, recuerda el biólogo.
El virus del Chapare que aparece en 2004, es un tipo de arenavirus. Tanto los tipos de hantavirus, como de arenavirus son de diferentes familias, pero ambos con un alto nivel de letalidad.
Estos virus tienen una tasa de 70% a 80% de letalidad, recuerda Bustillo.
Si comparamos estos números con la tasa de letalidad de la COVID-19 que llegaba hasta agosto a 0,6%, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), nos muestra la importancia que debe darse a este tipo de enfermedades.
En Bolivia hay entre cuatro a cinco roedores transmisores de hantavirus y arenavirus, indica el biólogo.