El mercurio usado en la minería ataca silenciosamente y condena a varios pueblos indígenas

Cuando las células han bioacumulado el mercurio se generan en el cuerpo problemas renales, hepáticos, dolores articulares, musculares e incluso desórdenes mentales.

David Ovando

El mercurio que es utilizado por la minería aurífera en el norte de La Paz, Beni y Pando, ha penetrado en los cuerpos de los indígenas que viven en la zona causándoles varios síntomas que habían pasado desapercibidos o eran confundidos con los de otras enfermedades.

Los resultados de estudios recientes fueron los que activaron las alarmas sobre el peligro que provoca ese metal tóxico para la salud de las personas que viven en inmediaciones de los ríos donde la explotación del oro se realiza prácticamente sin control.

El estudio científico realizado a pedido de la Central de Pueblos Indígenas de La Paz (Cpilap) concluyó, recientemente, que la contaminación por mercurio afecta a seis pueblos indígenas del norte paceño. En sus cuerpos existe el metal en cantidades que superan de dos a siete veces el límite permitido.

Los más afectados son los tsimanes y los ese ejjas, indígenas que se alimentan primordialmente de peces y habitan en la cuenca baja de los ríos, donde se concentran los desechos de la actividad minera mecanizada y artesanal para la explotación del oro.


Según los datos, el límite de concentración de mercurio en el cuerpo humano permitido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) es de 1 ppm (parte por millón). Las concentraciones de mercurio en los indígenas del norte de La Paz varían entre 1,9 ppm y 6,9 ppm.

Resultados del estudio por pueblos indígenas:

  • Tsimanes con 6,8 ppm
  • Mosetenes, con 4,0 ppm
  • Uchupiamonas 2,5 ppm
  • Tacanas 2,1 ppm
  • Lecos 1,2 ppm

Avance silencioso

El mercurio es una sustancia que puede ir acumulándose en el cerebro y silenciosamente atacar al organismo de una persona, generándole una diversidad de síntomas. Así explica a Bolivia Verifica el toxicólogo Ramiro Cadima Flores, quien señala que hay tres tipos de mercurio: orgánico, inorgánico y elemental que se diferencian por la forma en la que penetran el organismo.

Según Cadima, el mercurio inorgánico es el más tóxico, porque se acumula en el encéfalo de una persona cuando está expuesta a la sustancia.

¿Cómo el mercurio inorgánico llega al cerebro? No es que la persona lo ingiere de forma directa. Por ejemplo, cuando se desechan los focos ahorradores de forma errónea, el mercurio que contienen chorrea, traspasa la tierra y puede llegar al agua.

«Una vez en el agua llega al fitoplancton que es alimento para los peces y de esta forma, nosotros al consumir pescado nos comemos el mercurio», explica el toxicólogo.

En el caso del uso del mercurio en la búsqueda de oro en los ríos, los mineros echan la sustancia tóxica para que el metal brille y así identificarlo y separarlo fácilmente de la roca o piedras con las que se encontraba.

Cuando el mercurio se evapora por acción de los rayos solares y es inhalado por las personas, la sustancia ingresa al encéfalo, riñón e hígado. En el cerebro, se convierte en metilmercurio (mercurio orgánico) y se acumula en las células. En esta etapa, la sustancia ya puede generar síntomas y se la puede detectar en exámenes.

Cadima explica que se deben hacer exámenes neurológicos revisando físicamente a la persona, observando cómo mueve el dedo a la nariz, o sus ojos.

«En el paciente que detectamos señales solicitamos laboratorios en sangre y en orina, y en cabello en algunas circunstancias», dice.

Si en las pruebas el paciente tiene en su cuerpo 5 milímetros de mercurio, ya es necesario que inicie tratamiento.

Síntomas que se manifiestan

Cuando las células han bioacumulado el mercurio se generan en el cuerpo problemas renales, hepáticos, dolores articulares, musculares e incluso desórdenes mentales.

Actualmente, no existen estadísticas de la incidencia de la intoxicación por mercurio debido a que la gente no está acostumbrada a consultar por síntomas que inicialmente no son graves, pero que empeoran con el tiempo.

El toxicólogo explica que una persona no se va a enfermar por el solo hecho de comer un pescado contaminado con mercurio; sin embargo, en las regiones donde se explota oro en el país, los habitantes tienen como principal fuente alimenticia este producto y lo consumen hasta cuatro veces por semana.

«Se deben tomar las medidas preventivas. Hay estudios que indican que cierta gente de comunidades del Beni tiene dosis importantes de mercurio. Se les dice que ya no deben consumir pescado y responden que no tienen otra fuente alimenticia. Si no les ofrecemos otra alternativa no se puede hacer nada», agrega el experto.

«Al Estado boliviano no le interesa la gente expuesta al mercurio. En Oruro, hay minerales muy cerca de la gente, en la puerta de su casa, y el líquido tóxico llega al subsuelo, al agua y a los alimentos. Nadie hace nada», critica Ramiro Cadima.

Los efectos para la salud

Los indígenas de la zona señalada han experimentado síntomas que fueron atribuidos a otras enfermedades comunes y debido a que la intoxicación ocurrió en un tiempo largo. El metal fue socavando la salud de la gente de manera silenciosa, según revela un informe de Verdad con Tinta.

Los indígenas reportaron reumatismo, anemia e incluso a problemas mentales que pensaron no estaban relacionados con la intoxicación por la sustancia. También hubo partos prematuros, malformaciones, problemas de aprendizaje y constantes desmayos.

El mercurio afecta al sistemas nervioso e inmunológico, al aparato digestivo, la piel, los pulmones, los riñones y los ojos.

 

El estudio que reveló los daños

Las muestras tomadas a 305 indígenas entre 2022 y 2023 fueron procesadas por el laboratorio de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), que encontró que el 74,5% de los habitantes tienen mercurio en niveles que sobrepasan los permitidos.

Las personas evaluadas son indígenas tsimane, ese ejja, leco, mosetene, uchupiamona y tacana que viven alrededor del río Beni y de sus afluentes: Tuichi, Tejeque, Quiquibey y Madre de Dios.

La medición fue realizada por los mismos indígenas que habitan esos lugares y que fueron capacitados para tomar las muestras y medir la concentración de mercurio en el cabello.

La Organización Panamericana para la Salud (OPS) alertó que el mercurio es tóxico para la salud humana, planteando una amenaza particular para el desarrollo de la niñez.

¿Qué es el mercurio?

El sitio greenfacts.org dice que el mercurio elemental es un metal blanco plateado brillante, en estado líquido a temperatura ambiente, que normalmente se utiliza en termómetros y en algunos interruptores eléctricos.

A temperatura ambiente, y si no está encapsulado, el mercurio metálico se evapora parcialmente, formando vapores. Los vapores de mercurio son incoloros e inodoros. Cuanto más alta sea la temperatura, más vapores emanarán del mercurio metálico líquido. Algunas personas que han inhalado vapores de mercurio indican haber percibido un sabor metálico en la boca.

El mercurio se extrae como sulfuro de mercurio (mineral de cinabrio). A lo largo de la historia, los yacimientos de cinabrio han sido la fuente mineral para la extracción comercial de mercurio metálico. La forma metálica se refina a partir del mineral de sulfuro de mercurio calentando el mineral a temperaturas superiores a los 540 º C. De esta manera se vaporiza el mercurio contenido en el mineral, y luego se captan y enfrían los vapores para formar el mercurio metálico líquido.

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