Renuncia de militantes al MAS refleja un debilitamiento en la estructura partidaria, pero no pone en riesgo su vigencia legal

1379 personas decidieron renunciar a su militancia a nivel nacional del Movimiento Al Socialismo, confirmó el Órgano Electoral a Bolivia Verifica. Según la Ley 1096 esta acción no incide en la anulación de la personería de un partido político. 

Un grupo de militantes del Movimiento Al Socialismo (MAS) presentó en la última semana de febrero su renuncia oficial a este partido tras la salida del expresidente e histórico líder de ese frente Evo Morales Ayma. ¿Estas acciones qué significan para el MAS y su organización?, ¿puede incidir en el voto de las próximas elecciones? ¿qué riesgo tiene el MAS u otro frente político ante situaciones de este tipo? En este explicador te contamos los detalles.

De acuerdo a datos proporcionados por el Órgano Electoral a Bolivia Verifica, la cantidad de renuncias contabilizadas a nivel nacional de este partido fue de 1379. A nivel general, el frente político tiene afiliados a 1.082.645 militantes. Es decir, la cantidad de renuncias significa hasta ahora el 0,13%.

Aún así, la medida generó una serie de interrogantes por la cobertura mediática. Bolivia Verifica entrevistó a tres analistas políticos para conocer las repercusiones que traen estas renuncias que se traducen en una campaña que es difundida en las calles como en las redes sociales.

Para ellos, la crisis interna dentro del MAS ha generado distintas interpretaciones entre analistas políticos, quienes ven que la fractura del partido se originó en el referéndum de 2016 y se profundizó con la llegada de Luis Arce al poder en 2020.

Para Vladimiro Ergueta Vega, presidente del Colegio de Politólogos de La Paz, la renuncia de militantes es un hecho sin precedentes que refleja el debilitamiento de la estructura partidaria y representa un paso negativo hacia el futuro del MAS. «Inclusive en épocas anteriores, con partidos que han tenido problemas internos, nunca hubo este tipo de reacción de una renuncia masiva entre comillas».

Según el analista, este hecho se ha presentado como algo «significativo» para la historia de la política boliviana.

En cambio, el abogado y analista político Paul Coca Suárez considera que estas renuncias «no tienen relevancia numérica» ni afectan el liderazgo del presidente Luis Arce Catacora. «Es una cifra absolutamente irrelevante en todo sentido. Ni siquiera hablamos del 1% porque no llega a eso. Para el MAS, a cargo de la actual directiva, no significa absolutamente nada».

El analista político Franco Gamboa Rocabado destaca que, la cantidad de militantes que han abandonado el partido no es significativa, cuyo fenómeno evidencia la crisis de liderazgo de Evo Morales. «Es una estocada más que se le da para la muerte definitiva del liderazgo de Morales».

Los tres analistas coinciden en que la actual crisis del MAS no responde a diferencias ideológicas, sino a una lucha de poder entre Evo Morales y el sector afín a Luis Arce. Para Ergueta, la decisión del Tribunal Constitucional (TCP) de reconocer a Grover García Carballo como presidente del MAS marcó un punto de inflexión que redujo la influencia de Evo, obligándolo a buscar nuevas alianzas.

«Con el pronunciamiento del Tribunal Constitucional, cuando reconoce a Grover García como presidente del partido azul y desplaza totalmente a Morales, fue de algún modo una especie de relocalización de todo el sector de Evo que está absolutamente reducido al Chapare», puntualiza.

Gamboa señala que el expresidente ha perdido el acceso a la militancia y su liderazgo se encuentra en crisis. «En el fondo -la renuncia de militantes- es una derrota muy profunda en su liderazgo a cargo del partido, a nivel nacional y por supuesto está autoexiliado porque enfrenta procesos con la justicia».

Coca refuerza esta idea al afirmar que Evo Morales está políticamente aislado y que su única zona de respaldo es el Chapare-Cochabamba, donde se mantiene protegido ante la pérdida de poder en el resto del país. «Es el lugar donde él se siente cómodo y protegido, porque sabe que en otra región del país ya no tiene el liderazgo que antes tenía».

En el ámbito electoral, los tres coinciden en que el MAS mantiene una base de votantes sólida, en gran parte por el respaldo del aparato estatal y de los funcionarios públicos. Coca enfatiza que la Constitución permite a Luis Arce postularse sin renunciar a la presidencia, lo que le otorga una ventaja estratégica.

Gamboa destaca que la fractura interna podría afectar la votación del MAS, pero no se puede hacer un cálculo probabilístico porque este frente aún no tiene un candidato, pero ve que estos conflictos pueden incidir negativamente en el apoyo. Luis Arce fue anunciado por ahora como precandidato.

Ergueta agrega que la crisis del partido podría abrir un espacio para nuevas fuerzas políticas si logran consolidar propuestas viables.

Otro punto de coincidencia es el sistema «clientelar» instaurado por el Gobierno de Evo Morales, que acostumbró a los militantes del MAS a recibir cargos públicos, infraestructura y otros beneficios. Gamboa explica que este modelo ha sido clave en la consolidación del partido como una «máquina electoral», aunque su reciente fractura ha debilitado su funcionamiento. Coca advierte que, aunque miles de militantes no apoyen a Luis Arce, no renunciarán al MAS porque hacerlo significaría perder estos privilegios.

El analista cree que un eventual cambio de gobierno podría llevar a una auditoría sobre los fondos estatales destinados a sectores afines al MAS, como el Pacto de Unidad y la Central Obrera Boliviana (COB). Gamboa y Ergueta concuerdan en que la crisis del partido y la incertidumbre sobre el liderazgo de Evo Morales abren un nuevo panorama político en Bolivia, donde la oposición podría aprovechar la oportunidad si logra estructurar una propuesta coherente.

Renuncias no ponen en riesgo personería de partidos

En torno al caso del MAS, el vocal del Tribunal Supremo Electoral (TSE) Tahuichi Tahuichi Quispe dijo el 24 de febrero en una conferencia de prensa que estas acciones no ponen en riesgo la personería jurídica del partido político.  «Así todos sus militantes se salieran, la personería sigue vigente, no afecta, no tiene una consecuencia directa con el vínculo», aclaró.

Es decir, pese a la renuncia de militancia, el MAS o cualquier otro frente político que sufra una situación similar mantiene su personería jurídica y sus bases.

La Ley 1096 de Organizaciones Políticas establece 11 causales  para la anulación de la personalidad jurídica de un partido u organización.

La primera causa es cuando se dispone la extinción del partido o agrupación ciudadana.

La segunda es de no haber obtenido al menos el 3% del total de votos válidos en la última elección a la que concurrieron.

La tercera es de no haber concurrido de manera consecutiva a dos elecciones, según su alcance.

La cuarta es de no presentar en tres oportunidades los  estados financieros ante el tribunal electoral competente o la remisión sin movimiento en tres gestiones consecutivas.

A esas causales se suman, el tercer incumplimiento a resoluciones del TSE.

Además está la probada participación institucional en acciones de racismo o discriminación. Otra de las causales es por no actualizar por dos periodos consecutivos el registro de militantes.

Una de las causas se refiere a la participación probada institucional en golpes de Estado, sediciones y acciones de separatismo.

La última causal es la comprobada vulneración a las restricciones planteadas en la Ley 1096 de organizaciones políticas, referidas al financiamiento, al fortalecimiento público y mecanismos de rendición de cuentas.

Entonces, según la norma electoral, un partido puede perder a toda su militancia e igual mantiene su personería.

Las elecciones presidenciales 2025 están previstas para el domingo 17 de agosto.

Pugnas internas en el MAS

Las fracturas internas en el partido en función de gobierno han tomado fuerza desde el año 2022 con acusaciones entre los denominados «evistas» o del ala dura del MAS que responde al liderazgo de Evo Morales y los denominados «renovadores» o «arcistas», que son de la línea del presidente Luis Arce.

Al no ser reconocida su dirigencia por el TSE, Evo Morales renunció el 4 de marzo a su militancia del MAS de manera oficial y se alió para las próximas elecciones con el Frente Para la Victoria (FPV).

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