Reciclar tapas de botella, la iniciativa de un niño convertida hoy en una fundación que ayuda a tratar el cáncer infantil

“Fundación Tapitas x los Chicos” cumple con tres objetivos: uno social, otro medioambiental y uno económico. Cada mes, más de 15  familias con pacientes en el área pediátrica del oncológico de Santa Cruz se benefician directamente, sobre todo con la dotación de fármacos de alto costo y de difícil acceso.

Hospital Oncológico y empresa Empacar.

J. Alexis Candia Pedraza

En abril de 2016 nació esta iniciativa filantrópica en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, inspirada en el deseo de un niño llamado Agustín, quien disfrutaba jugando con tapas de las botellas de agua y de gaseosas, como si se tratara de legos. Pero que un día, conversando con su mamá, Florencia Maldonado, y su abuela, Gina Méndez, propuso recaudarlas.

“¿Y si juntamos muchísimas tapitas y las vendemos para ayudar a los chicos a sanarse y cuidar el medio ambiente?”

Aquel propósito de Agustín se vio posible tras enterarse y tomar la idea de la Fundación Garrahan en Argentina, la cual realiza lo propio, es decir, recicla papel desde 1999 y tapas plásticas a partir de 2008, con la finalidad de colaborar al hospital pediátrico Garrahan y a otros hospitales de las distintas provincias argentinas.

Publicación en la cuenta de la Fundación Tapitas x los Chicos en octubre de 2017 en Facebook.

Es así que, el 25 de abril de 2016, su familia lanzó la primera campaña denominada “Juntando Tapitas con Agustín”, la cual marcó como objetivo seguir el ejemplo de este niño para juntar “miles de tapitas” en puntos de acopio y, posteriormente, venderlas a empresas recicladoras.

La finalidad es emplear los recursos recaudados en los tratamientos de los “pequeños superhéroes” que luchan por sus vidas en la batalla contra el cáncer.

Hoy, siete años después, la idea se ha materializado e institucionalizado. La Fundación Tapitas x los Chicos, en el marco de las actuales directrices de su directorio, se plantea el desafío de lograr la sostenibilidad generando un triple impacto:

  1. Social, en relación a los niños que son beneficiarios de los recursos que se obtienen para apoyar su tratamiento oncológico.
  2. Económico, para la industria que fabrica nuevos productos a partir de los residuos plásticos que recicla.
  3. Ambiental, ligado al reciclaje, porque permite cuidar los recursos naturales y ahorrar energía, al crear nuevos productos a partir de los residuos plásticos (que utilizan petróleo y carbón en su fabricación) y no se degradan en menos de 200 años.

Afiche de la primera campaña realizada el 25 de abril de 2016.

Florencia Maldonado es la mamá de Agustín y la expresidenta de la Fundación Tapitas x los Chicos; ella atravesó una serie de desafíos para encarar este proyecto durante un par de años; según comenta Soraya Kisen, presidenta de la organización.

“Antes, como fundación, teníamos que andar puerta por puerta a ver quién nos compraba las tapitas, porque a final de cuentas, termina siendo como una compra, y regatear por todos lados, porque antes no había (en la sociedad) el chip del tema de reciclaje”.

El área de pediatría del Hospital Oncológico de Santa Cruz, también conocido como Instituto Oncológico del Oriente Boliviano, recibe ayudas mensuales de la fundación Tapitas x los Chicos desde 2016 que, en un principio, desarrollaba sus actividades con un grupo de voluntarios dedicados al recojo y venta de tapas plásticas.

A la izquierda de la imagen está el centro de acopio de las tapitas con forma de corazón y a la derecha, la fachada del Hospital Oncológico de Santa Cruz. Foto: J.Alexis Candia.

La jefa de Pediatría del Hospital Oncológico, Estela Coleonni, recuerda que Florencia Maldonado les comentó esta idea y, una vez conseguido el aval del centro médico, destinaron los recursos generados del reciclaje a cubrir medicamentos e insumos de la Unidad de Terapia Intensiva (UTI).

“Y así se empezó. Teóricamente ese es Agustín, el hijo de la señora Florencia —dice Coleonni señalando un afiche de la cruzada—. Así se dio inicio a toda esta historia”.

El niño que aparece en los afiches de la fundación representa a Agustín, el visionario de esta causa.

La cruzada fue tomando fuerza y en junio de 2022 se lanzó una nueva campaña. La presidenta de la Fundación Tapitas x los Chicos dice que en la primera “tapatón” se logró una donación en medicamentos valuada en aproximadamente 20 mil bolivianos.

Estas actividades son realizadas de manera continua en la sede ubicada en Santa Cruz de la Sierra.

Estos eventos masivos son realizados dos veces al año, con excepción del 2020 y 2021 a consecuencia de la pandemia de covid-19, pero aquello “no detuvo a la gente que sí juntaba las tapitas y las llevaba (para reciclarlas y ayudar a los chicos)”, agrega Kisen.

Esta organización sin fines de lucro consiguió incrementar su impacto y apoyo gracias a Empacar y Coca Cola, empresas que se sumaron a la iniciativa en el marco de sus programas de responsabilidad social, constituyéndose en benefactores o aliados estratégicos.

“Hoy en día, Empacar tiene la vicepresidencia de la Fundación y la Coca Cola es el representante legal”, agrega Kisen.

¿Cómo funciona la donación y la retribución económica?

La organización recibe las tapas de botellas a través de diferentes puntos establecidos en las principales ciudades del país. Las tapitas son entregadas a Empacar, una recicladora que las convierte en productos de plástico.

Todas las donaciones en tapitas son registradas bajo el código abierto No. 8157 con Empacara (aliada estratégica y parte de la Fundación), que una vez reúne volúmenes grandes realiza la retribución económica que se destina a la compra de medicamentos conforme a los requerimientos del Instituto Oncológico del Oriente Boliviano.

“El apoyo es fundamental, tanto de Empacar como de Coca Cola: ellos se ocupan de poner el bidón, hacer la recolección. Antes, todo eso lo hacía Florencia (Maldonado) por su cuenta, sola t Ad honorem, porque este es un trabajo por el que no recibimos sueldo de ningún tipo, cada uno lo hace por vocación y por apoyo a los chicos, porque nos interesa su bienestar”, explica Soraya Kisen.

Uno de los puntos de acopio de Tapitas x los Chicos en Santa Cruz de la Sierra. Foto: J. Alexis Candia.

Kisen resalta que se reciben donaciones en diferentes ciudades del país porque reconocen que el Hospital Oncológico de Santa Cruz es un referente nacional en esta área.

Las oficinas de Empacar en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz también reciben las donaciones en tapitas.

En este proceso final, con el dinero recaudado producto del reciclaje, la Fundación pide las recetas médicas de diversos pacientes y cotiza los fármacos con precio facturado. Todo esto se hace en coordinación con el jefe de Pediatría del Hospital Oncológico, quien facilita que los medicamentos sean entregadas a los padres de familia.

“Coordinan en un grupo de WhatsApp llamado ‘Apoyo de Pediatría’, para mandar y conseguir recetas que no suelen cubrir otras fundaciones. El hospital da descargo de los medicamentos usados para que le llegue al papá y firman como recibido. Cuando se acaban los remedios, nos contactamos con la Fundación (Tapitas) y queda a la espera. Pero en caso de emergencia, lo hacen de inmediato”, agrega Coleonni.

Foto: J. Alexis Candia.

Soraya Kisen sostiene que su organización suele comprar los medicamentos a precios elevados cuando se trata de emergencias, pues “cuando las necesitas para ya nomás, tienes que pagar, por ejemplo los 2.000 bolivianos” que cubre el costo máximo de un suero sanguíneo llamado inmunoglobulina.

El proceso de transparencia pasa por informes que presentan Empacar, Coca Cola, el Hospital Oncológico de Santa Cruz y la Fundación Tapita,s a fin de detallar todo el procedimiento.

Una de las últimas entregas de medicamentos realizada 12 de enero de 2023 al Hospital Oncológico de Santa Cruz.

Villagómez dijo que esta iniciativa ha fomentado la educación ambiental al punto que las profesoras en los colegios se suman a esta campaña en pro del reciclaje.

Tipos de medicamentos que necesita el Instituto Oncológico del Oriente Boliviano

El Sistema Único de Salud (SUS) no cubre ciertos tipos de tratamientos y algunos costosos, por eso la Fundación Tapitas brinda apoyo a los niños.

Soraya Kisen también es madre de una hija con leucemia y relata que esta situación ha sido recurrente para ella:

“Todos los días son las necesidades, y hay gente de escasos recursos que no tiene ni para comprar una aspirina y tiene un hijo con cáncer”.

Algunas empresas como Biopetrol donan tapitas desde hace varios meses atrás.

Coleonni confirma que en el Hospital Oncológico de Santa Cruz hay “muchísimas” necesidades debido a lo “limitado” que puede llegar a ser el SUS.

Para  la médica, es una “bendición” contar con la Fundación Tapitas x los Chicos porque ha permitido que los pacientes no pierdan su tratamiento, especialmente en los casos de emergencia.

“Con todo eso (el dinero proveniente del reciclaje de tapitas) hemos podido cubrir recetas impresionantes de medicamentos que no habían, como inmunoglobulina, bombas elastoméricas para pacientes en cuidados paliativos (especialidad médica que centra su atención en los enfermos terminales)”, agregó Coleonni.

Donación de 20 Linezolid realizada el 11 de enero de 2023 por parte de Eurofarma,

La presidenta de la Asociación de Padres de Niños con Cáncer en Santa Cruz, Carmen Villagómez, y la vicepresidenta, Ana Geysel Machado, coinciden en afirmar que todos estos medicamentos son recibidos y benefician cada mes a más de 15 familias del Hospital Oncológico.

“En varias oportunidades han comprado sábanas, almohadas, frazadas, a veces equipos para que ingresen niños a quirófano; (la Fundación) les han ayudado bastante. En estos últimos meses ha sido mucho más la ayuda para adquirir linezolid, boriconazol, varios medicamentos que el SUS no cubre, (pero que) Tapitas los compra y llegan a los niños”, corroboró Villagómez.

Opiniones

  • Estela Coleonni, jefa de Pediatría del Hospital Oncológico en Santa Cruz:

“Somos el centro de salud con la mayor cantidad de pacientes, llegan de todo lugar, o sea, de todo Bolivia. Lo hacemos con mucho cariño, con mucho amor (por los chicos)”.

  • Ana Geysel Machado, vicepresidenta de la Asociación de padres de niños con cáncer en Santa Cruz:

“Una tapita sí hace la diferencia. Admiro mucho el trabajo que hace la Fundación Tapitas porque verdaderamente hay que trabajar bastante para llegar a ese monto de dinero mensual”.

  • Carmen Villagómez, presidenta de la Asociación de padres de niños con cáncer en Santa Cruz:

“La verdad se ha notado bastante (la ayuda de la Fundación) porque en su mayoría, le podría decir un 98% de niños que son diagnosticados con cáncer, los padres son de escasos recursos. Y la ayuda de tapitas es muy buena”.

  • Soraya Kisen, presidenta de la Fundación Tapitas x los Chicos:

“No hay que desanimarse (por la cantidad de tapitas que se deben juntar) porque una tapita salva una vida y de una en una vamos sumando, como lo que ha pasado en la tapatón; antes teníamos media tonelada, hoy tenemos 2 toneladas de tapitas. Imagínese todo lo que vamos a comprar con eso, piense en eso; que su tapita está sumando”.

 

Este reportaje fue elaborado en el marco del proyecto de apoyo a la investigación periodística, enmarcado en Periodismo de Soluciones (PdS), desarrollado por la Fundación para el Periodismo y Bolivia Verifica con el apoyo de la National Endowment for Democracy (NED).

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