Noveno panel: La importancia de propagar con eficiencia los contenidos verificados

La tercera Cumbre Global sobre Desinformación cerró recogiendo una serie de experiencias desarrolladas con el propósito de mejorar la difusión de los contenidos verificados y así llegar a una mayor cantidad de personas.

Arriba (izq.), Adrián Pino, de Proyecto Desconfío, y Jesús Vargas de Bolivia Verifica. Al centro (izq.), Patricia Cusicanqui, de Bolivia Verifica, y Ferdi Ozsoy de la IFCN. Abajo (izq.) Héctor Rodríguez, de Medianálisis, y Claudia Ocaranza de Maldita.es.

El desafío de construir estrategias eficaces de distribución de contenidos verificados fue la novena y última conferencia de la Cumbre Global sobre Desinformación; en ella se abordó la necesidad de emplear diferentes estrategias para llegar a la mayor cantidad de ciudadanía posible con datos verificados, a fin de contrarrestar a los desinformantes.

Los expositores compartieron diversas experiencias en diversas regiones del mundo; los contenidos verificados son tan variados como las formas elegidas para socializarlos; destacan las iniciativas que emplearon WhatsApp como medio de difusión gracias a una alianza entre la International Fact-Checking Network (IFCN) y Meta, que impulsaron el proyecto “Spread the facts”.

Llamar a la acción ante la ola de odio y desinformación en redes sociales

«Repartiendo Verdades #NoAlOdio» es uno de estos proyectos que apostó por concienciar sobre las narrativas de odio que circulan en redes sociales. Para llegar más y mejor a las audiencias con los contenidos verificados se crearon grupos de difusión en WhatsApp , aplicación a través de la cual se distribuyeron piezas gráficas que llamaban a leer los materiales periodísticos.

La iniciativa fue ejecutada de manera conjunta entre Bolivia Verifica, una verificadora de contenidos de Bolivia, y proyecto Desconfío de Argentina, una iniciativa creada para poner freno a la desinformación.

Jesús Vargas, editor de Bolivia Verifica, explicó que la importancia de llegar a las audiencias radica en que «la mayoría de los discursos de odio tiene como fuente a la desinformación».

Adrián Pino, director del Proyecto Desconfío, expuso cómo fue el proceso para que los artes difundidos en redes sociales «construyan una comunidad con la audiencia», de modo que esta pueda replicar la campaña en contra de las narrativas de odio.

En esta línea, la iniciativa «Repartiendo Verdades #NoAlOdio» detectó que el emplear bastante texto «no daba un mayor alcance», por lo que se modificó la estrategia en hacer un llamado a la acción. «No compartir si el mensaje tiene odio», así como dar mayor visibilidad a las imágenes.

Por un lado, Vargas expresó que gracias a esta iniciativa, el discurso de odio ya es un tema en la agenda de los medios de Bolivia, además, mucha gente ha aprendido a identificarlo y, finalmente, otros se han apropiado de la campaña. Llamó la atención sobre la «naturalización» de estas narrativas en la sociedad boliviana.

Pino anticipó una guía práctica que resuma la iniciativa, de modo que se convierta en una herramienta a ser empleada por otros medios de comunicación y verificadoras para «replicar y aplicar» esta fórmula en otros países.

Cómo difundir información ante la censura en Venezuela

Héctor Rodríguez Cárdenas, periodista de Medianálisis, reveló que en Venezuela las narrativas impuestas y las campañas malintencionadas provienen mayoritariamente del aparato estatal, lo cual generó una autocensura y leyes que provocaron el cierre de muchos medios de comunicación. Ahora, «no hay transmisiones de opiniones».

En consecuencia, Medianálisis detectó que desde 2017 «hay mucha difusión de contenidos falsos» en donde la gente no puede verificarlos en razón del limitado acceso a internet y la poca libertad de expresión.

«A pesar de que surgieron medios independientes, los desiertos informativos se apoderaron de Venezuela dándole paso a la noticias falsas, narrativas impuestas, contaminación de contenidos, informaciones y campañas mal intencionadas entre otros factores que mayormente provienen del Estado», aseveró Rodríguez.

Ante esta situación, Medianálisis encontró que, para distribuir la información en Venezuela, las radios comunales y el impreso Quince y Último eran las herramientas ideales en la lucha contra la desinformación; aunque también propagan estos contenidos verificados mediante redes sociales y WhatsApp.

En conclusión, Medianálisis realiza dos estrategias para la difusión eficaz de contenidos verificados:

  1. Radios comunitarias: visitar comunidades alejadas de las ciudades con la finalidad de darles acceso a medios o a internet.
  2. Quince y Último: un impreso que simula la portada de un periódico y que contiene información de medios independientes. Este material es pegado en muros que estén visibles para los transeúntes.

Cómo un chatbot en WhatsApp puede potenciar contenidos verificados

Claudia Ocaranza Abascal, periodista y verificadora en Maldita.es, argumentó que WhatsApp es la mensajería privada por excelencia en España. En consecuencia, la gente «pide conocer si algo es falso» mediante esta app, situación que reflejó la necesidad de una herramienta que automatice e impulse el alcance.

Es así que Maldita.es creó a BotaLite, un chatbot semi automatizado que accede a una base de datos centralizada y analiza contenidos mediante herramientas de inteligencia artificial. De esta manera, la audiencia podrá interactuar y enterarse oportunamente de algún bulo que esté circulando en redes sociales o, de lo contrario, ser chequeado por la verificadora española.

Beneficios de Maldita.es tras el uso de su chatbot personalizado.

No obstante, Ocaranza explicó que un chatbot «no determina qué es desinformación por sí mismo», por tanto, «hay que entrenarlo». En otras palabras, el uso de esta herramienta puede perfeccionarse con la prueba y error; una reflexión que fue compartida en la conclusión de esta conferencia.

«Las experiencias que nos han narrado, nos enseñan lecciones como la necesidad de conocer a las audiencias que vamos a llegar, las temáticas a tratar, personalizar los contenidos; probar, probar, probablemente fallar también pero seguir probando hasta hallar la metodología ideal», concluyó Patricia Cusicanqui, editora en jefe de Bolivia Verifica y moderadora de la conferencia.

Acerca de la Cumbre

La III Cumbre Global sobre Desinformación es un evento organizado por la Sociedad Interamericana de la Prensa (SIP), el Proyecto Desconfío de Argentina y la Fundación para el Periodismo (FPP) de Bolivia.

La finalidad es analizar las tendencias y estrategias de la desinformación, pero también compartir las mejores prácticas y herramientas con la finalidad de combatirla y de difundir los contenidos verificados.

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