No solo el agio y la especulación han causado el incremento en los precios de alimentos de consumo masivo

En su discurso del 22 de enero, el presidente atribuyó a este factor el alza de diferentes productos de la canasta básica, pero omitió otros, como la escasez de dólares, el desgaste del modelo económico, el déficit fiscal, entre los prncipales.

El incremento de precios de algunos productos de consumo masivo se concentra «donde se ha evidenciado agio, ocultamiento y especulación». Esta frase es parte del discurso emitido el 22 de enero por el presidente Luis Arce Catacora en el aniversario del Estado Plurinacional de Bolivia. El equipo de Bolivia Verifica analizó la afirmación y evidenció que es engañosa, ya que la autoridad omitió otros factores que derivaron en la subida de precios.

La declaración completa puede ser escuchada en el minuto 1:41:22 de la transmisión del evento, oportunidad en la que el mandatario dijo: «Sobre el incremento de precios de algunos alimentos de consumo masivo, es importante puntualizar que la presión inflacionaria se concentra en los precios de productos importados y algunos de producción nacional donde se ha evidenciado agio, ocultamiento y especulación que daña la economía popular».

En referencia a la disposición adicional séptima de la Ley 1613 del Presupuesto General del Estado 2025, expuso que el Gobierno estableció los mecanismos legales para castigar a aquellos que cometan el delito de agio y especulación en detrimento de la población. Aclaró que esta disposición «no busca perjudicar a los buenos empresarios, industriales, productores, comerciantes ni gremiales».

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la inflación acumulada de 2024 en el rubro de alimentos llegó al 9,97%, un valor muy superior al de 2023, cuando fue del 2,12%.

Denuncias de agio y especulación

A lo largo de 2023 y 2024, autoridades del Gobierno dieron a conocer que recibieron denuncias por agio y especulación en el caso de diversos productos de consumo masivo, como el pan y el aceite, según información publicada en diferentes medios de comunicación(1, 2, 3). Por ejemplo, a finales de 2024 se registró un alza injustificada en el precio del aceite en Tarija y del pan en algunas zonas de las ciudades de La Paz y Cochabamba a principios de 2025.

No obstante, este hecho no es el único que condicionó la subida de los precios en productos de consumo masivo. Los economistas Joshua Bellott, Jimmy Osorio y Jorge Akamie declararon a Bolivia Verifica que otros factores jugaron un papel preponderante en este fenómeno. Entre los más importantes están: la escasez de dólares que encarece las importaciones, el desgaste del modelo económico que se basó sólo en la exportación de hidrocarburos (recursos no renovables), la crisis en la balanza de pagos y el manejo de las cuentas fiscales.

Otros factores del aumento de precios

Los tres economistas coinciden en que uno de los factores más relevantes para al alza en los precios de los alimentos es la escasez de dólares que experimenta el país desde febrero de 2023. La falta de la divisa estadounidense ha causado un encarecimiento de las importaciones, dato clave porque Bolivia importa el 23% de los alimentos de la canasta básica, de acuerdo con datos del Centro de Estudio para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA).

El analista económico y político Joshua Bellott explica que, «desde hace años», Bolivia ha dependido en gran medida de las importaciones, incluso para productos básicos. Sin embargo, con la disminución de las exportaciones de gas natural, los importadores enfrentan serias dificultades para obtener la divisa extranjera a precios competitivos, ya que no han llegado dólares al país como antes.

«La entrada de dólares ha mermado y por eso se deprecia el tipo de cambio, cuando la demanda es superior a la oferta (…) Esto tuvo mayores repercusiones en Bolivia porque necesitábamos dólares». Este factor ha generado un impacto directo en los precios de los productos que dependen de insumos extranjeros, expuso.

Para Bellott, el problema estructural que se debe resolver es que «desde 2011 se ha fijado el tipo de cambio, se ha promovido las importaciones de todo tipo de productos, han llegado productos baratos de todo el mundo», lo que conllevó que se mate el mercado y la producción nacional.

Ahora se vive una situación un tanto a la inversa. «En otros países es más baja la inflación con respecto a la de Bolivia. La alta inflación en Bolivia ha hecho que se pierda un mayor poder adquisitivo de nuestra moneda, -lo que se traduce en que- los productos bolivianos se han abaratado -para otras economías- y entonces se genera lo que se conoce como el contrabando a la inversa».

Este aspecto también fue comentado por el ministro de Economía Marcelo Montenegro Gómez en octubre de 2024, aunque él usó este dato para justificar la escasez y el alza de precios. «El costo de vida en los países limítrofes genera presión para que estos productos salgan”, dijo la autoridad, señalando que se llevaban producción nacional por ser más barata. 

Como se ve, el contrabando a la inversa puede verse desde dos aspectos: el boliviano se devalúa y por consiguiente para los extranjeros resulta más barato el producto nacional o que la subvención a los hidrocarburos ha estabilizado los precios y por ende, los extranjeros se llevan los productos al ser más económicos.

El economista Jimmy Osorio destacó el impacto negativo de la crisis en las reservas internacionales. Según Osorio, «uno de esos factores que no van a mencionar nunca -los del Gobierno- es justamente la crisis de las reservas internacionales, la crisis en la balanza de pagos a raíz de que no hay dólares y, obviamente, no solamente eso, sino el costo o la dificultad de poder pagar importaciones. Esto hace que se eleven los costos para las empresas». 

Además, resaltó que más de un 50% de los insumos necesarios para producir bienes en el país son importados, lo que hace que la escasez de divisas tenga un efecto devastador sobre la economía boliviana. La escasez de dólares unida a una balanza de pagos deteriorada provoca que los precios de los productos importados se eleven, lo que afecta directamente a los consumidores nacionales.

El director general ejecutivo del Instituto Nacional de Estadística (INE) Humberto Arandia Claure declaró en junio de 2024 que otro factor relacionado a este fenómenos es «la inflación importada». En sus palabras, la crisis climática, más específicamente el fenómeno de El Niño, ha causado afectaciones a nivel mundial, eso conlleva a que los precios de productos que importa el país sean más altos, porque los vecinos tuvieron que subirlos a raíz de estos eventos naturales. 

El modelo económico basado en recursos no renovables

El modelo económico boliviano, que históricamente ha dependido de los recursos de hidrocarburos, también ha jugado un papel crucial en la situación actual. Según el presidente del Colegio de Economistas de Santa Cruz Jorge Akamine Toledo, la economía de Bolivia se basa en recursos no renovables, lo que genera una dependencia estructural de las exportaciones de gas y petróleo.

Akamine señaló que «la economía boliviana se basó en la la extracción de materias primas, a través de esta ha captado gran cantidad de divisas, pero no invirtió. Con el tiempo se iba a acabar la producción, en este caso del gas y ahora ya no tenemos al mercado argentino y por eso que ya no nos llegan los dólares».

Para el economista, la caída de la producción del gas y una falta de capacidad para diversificar la economía del país han generado la escasez de dólares, la crisis económica y por consiguiente el incremento de precios en los alimentos. 

Otro aspecto señalado por los expertos es el manejo deficiente de las cuentas fiscales, lo que ha provocado un déficit creciente y un aumento de la masa monetaria, aspecto que, sin embargo, ha sido justificado por el Ejecutivo.

Osorio advirtió que en vista de que los ingresos se redujeron pero los gastos siguen siendo los mismos o mayores, para este año se ha previsto un déficit de más de 9%. «Eso es una locura. Con una deuda creciente y unos gastos superiores a los ingresos, el Gobierno ha recurrido a la emisión de más moneda local para financiar el déficit, lo que ha exacerbado la inflación al hacer circular más bolivianos sin un respaldo de crecimiento o producción, causando una desvalorización de la moneda. Esta emisión de dinero sin respaldo genera una presión inflacionaria adicional sobre los precios de los alimentos y otros productos esenciales», denunció.

No obstante, el Banco Central de Bolivia (BCB) ha negado este extremo. En noviembre del año pasado informó que la impresión de billetes se debió a la necesidad de reponer el material deteriorado e incorporar innovaciones tecnológicas. Además, aseveró que con esta contratación, se atenderá la demanda de billetes durante los próximos tres años.

La combinación de estos factores —la escasez de dólares, el modelo económico centrado en los hidrocarburos, la crisis de la balanza de pagos y el manejo fiscal deficiente— ha generado un panorama económico insostenible. La falta de inversión en sectores productivos y la dependencia de las importaciones, especialmente de insumos para la producción agropecuaria e industrial, ha dejado al país vulnerable.

Akamine agregó en que la solución no está en culpar a los actores del mercado, sino en atacar los problemas estructurales de la economía que han llevado a esta crisis, como la falta de inversión en la producción interna y la dependencia de los recursos no renovables.

Por todo lo expuesto, es cierto que el agio y la especulación han causado un incremento en los alimentos, pero el presidente Luis Arce omitió los factores que conllevaron a esta subida en los precios. Por tanto, su discurso es catalogado como engañoso.

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