Miles de llantas desechadas son transformadas en granulo de caucho y bujes de goma

Un neumático puede tardar hasta mil años en degradarse; sin embargo, por cada tonelada de llantas recicladas se evita la emisión de tres toneladas de dióxido de carbono.

Imagen: Fabugoma.

J. Alexis Candia Pedraza

Jorge Luis Maquera, oriundo de Potosí y radicado en Santa Cruz, trabajó desde adolescente y se especializó empíricamente en soldadura, tornería en goma y una parte de mecánica; no obstante, el sueño de crear Fabugoma inició al observar que la fabricación de sus bujes ocasionaban de 2 a 3 toneladas mensuales en desechos de goma que se traducen en contaminación ambiental.

“Estaba botando 2-3 toneladas -en residuos- al vertedero. En el municipio de Montero veía una cantidad de llantas de moto botadas en las calles, talleres mecánicos y canales. Siempre en mi cabeza decía ‘tengo que hacer algo para reciclar esto'”, recuerda.

Imagen referencial. Créditos: Los Tiempos.

En Bolivia se acumulan cada año millones de llantas en desuso por el aumento incontrolado del parque automotor, siendo un problema ambiental irresuelto, según señala la tesis de maestría de Joaquín Soliz Gutiérrez sobre la “desulfurización de neumáticos de caucho con bacterias oxidantes de azufre”, la cual se encuentra desde 2019 en el repositorio de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA).

Con ese panorama nace en el año 2021 Fabugoma con el propósito de “ayudar un poco más al medioambiente” mediante la transformación de neumáticos usados a granulo de caucho y bujes de goma. A la fecha, esta empresa ha reciclado entre 25.000 y 30.000 llantas. La empresa resalta que su labor evita que las llantas desechadas sean un foco de proliferación de mosquitos y otros insectos, lo cual puede “convertirse en criadero de enfermedades” como el dengue.

Los neumáticos demoran hasta 1000 años en descomponerse, proceso en el que contaminan el medioambiente y afectan a la calidad del agua subterránea, debido a los químicos tóxicos que liberan en el suelo y en el aire.

Post de Fabugoma sobre cómo el reciclaje de llantas reduce las emisiones de dióxido de carbono.

Esquema de reciclaje en Fabugoma

Jorge Maquera explica que “absolutamente toda la maquinaria” compuesta por cortadoras, molinos, trituradoras y limpiadoras entre otros objetos, fue realizada junto a su hermano. “Dios me dio la capacidad de absorber la información como una esponja”, destaca el emprendedor.

“A veces hay momentos donde fabrico esa maquinaria en mi mente, y pasando los días voy mejorando hasta llegar a un punto donde agarro, lo realizo y funciona”, asegura el también gerente propietario de Fabugoma.

Gracias a estas herramientas, gestionan los residuos de otros emprendedores que se dedican a la artesanía; así como el mismo desecho que genera esta empresa al crear los bujes de goma.

En esta línea, la iniciativa conlleva dos procesos de reciclado:

  • Granulo de caucho

Las llantas de moto desechadas son trituradas y transformadas en una tonelada diaria de granulo de caucho que es una materia prima que Fabugoma vende a otros emprendimientos dedicados a la fabricación de canchas sintéticas, baldosas, pisos de goma, entre otros productos.

“Estamos haciendo eso ahorita porque aún no tenemos la capacidad o el capital para comprar la maquinaria que se necesita para hacer ese tipo de trabajo”, aclara Maquera.

Granulo de caucho. Foto: Fabugoma.

El emprendimiento consiguió en agosto de 2023 ser uno de los 15 finalistas del concurso “Emprender en tiempos de pandemia” (1 y 2) de la Fundación Samuel Doria Medina.

Maquera refiere que gracias a los fondos obtenidos, logró automatizar la maquinaria y superar la capacidad de producción; de 0,8 a 1,4 toneladas diarias de granulo de caucho, según la estimación más alta de su empresa.

  • Bujes de goma

Cada mes, entre 10 y 15 “llantas gigantescas” de maquinaria agrícola son convertidas en bujes de goma. Este material cumple la función de “absorber toda la vibración generada por el equipo”, desde vehículos de dos ruedas hasta los de cuatro.

La cualidad de los bujes de goma está en su resistencia al “amortiguar” las vibraciones sin reproducir sonido, a diferencia de los fabricados con fierro.

Si bien la creación de los bujes de goma genera residuos, estos son procesados para obtener más granulo de caucho.

El desafío: una corporación del reciclaje

Consultado por las posibles falencias o dificultades, Maquera comenta que su emprendimiento pretende obtener un mayor capital operativo con el fin de procesar cualquier neumático de vehículo y crear diferentes productos. “Gracias a Dios tenemos buen mercado, de eso no me quejo”, resalta.

La visión está puesta en que esta empresa sea una corporación dedicada a reciclar todo tipo de material: papel, plástico y vidrio entre otros.

En este camino, Jorge Maquera apuesta por sensibilizar a la población mediante sus canales en las redes sociales sobre el cuidado del medioambiente y la importancia de sumarse al proceso de reciclado en pro de las generaciones futuras.

“De esa manera -pretendemos- dejar un ambiente limpio y agradable a mis hijos y a los hijos de otras personas”, asevera.

En una anterior oportunidad, Bolivia Verifica dio cobertura a otra iniciativa que transforma mensualmente 200 toneladas de plástico reciclado en tubos flexibles para riego. Conoce más de este modelo de la economía circular acá.

Cada mes, 200 toneladas de plástico regresan a la vida útil en forma de tubos flexibles para riego

 

Este reportaje fue elaborado en el marco del proyecto de apoyo a la investigación periodística, enmarcado en Periodismo de Soluciones (PdS), desarrollado por la Fundación para el Periodismo y Bolivia Verifica con el apoyo de la National Endowment for Democracy (NED).

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