Los desinformantes agitan las aguas electorales en Hispanoamérica y usan las redes sociales como sus principales medios
Los generadores de bulos buscan influir en la opinión pública y, con ello, incidir en el voto electoral. Mientras, las verificadoras mejoran sus sistemas para detectar la desinformación y contrarrestarla. Conoce aquí las experiencias de Argentina, Ecuador, México, España y Guatemala.
Por David Ovando Aguilar
Fuertes corrientes de desinformación se han diseminado en torno a los procesos electorales en varios países de Hispanoamérica donde los comicios acaban de terminar, como en los casos de Guatemala y España, o donde están en proceso, como sucede en Ecuador, Argentina y México.
Las redes sociales y aplicaciones de mensajería han sido, una vez más, los principales canales empleados por los desinformantes, con ciertas particularidades según cada país.
Precisamente, en este escenario, especialistas en comunicación política y verificación analizarán en la III Cumbre Global sobre Desinformación cómo los contenidos generados en las redes sociales están incidiendo en los diferentes procesos electorales en la región, con los consiguientes riesgos para la salud de la democracia y el Estado de derecho.
El evento se desarrollará entre el 27 y 28 de septiembre, en línea, sin costo y con una inscripción previa como único requisito para que periodistas, fact-checkers comunicadores, investigadores, académicos, estudiantes y toda persona interesada en el tema pueda participar en las sesiones. Al momento, ya se han registrado más de 1.650 participantes. Para ser parte de la Cumbre, ingrese a: https://cumbredesinformacion.com/
La importancia y necesidad de combatir los bulos
Renán Estenssoro Valdéz, periodista y director ejecutivo de la Fundación para el Periodismo (FPP) de Bolivia e impulsor de Bolivia Verifica, un medio nativo digital de verificación de contenidos, observa los riesgos que representa para los sistemas democráticos la producción y difusión de bulos en tiempos electorales.
“Esta práctica que es cada vez más recurrente y que en muchos casos es promovida desde los propios gobiernos amenaza al ejercicio pleno de derechos humanos y busca socavar los cimientos de la democracia y del estado de derecho”, dice.
Estenssoro llama la atención sobre la forma en que los desinformantes cambian regularmente su modo de operar a fin de generar mayor impacto, y relieva la importancia de la labor de las chequeadoras al detectar las nuevas tendencias en desinformación.
Expone también que el surgimiento de los medios digitales y las redes sociales “ha cambiado la cobertura de las elecciones. El debate ya no se da en los medios tradicionales, sino en las plataformas desde donde la ciudadanía participa sobre los asuntos de interés público”.
Además, alerta que gran parte de las campañas de los candidatos usa estos mismos medios de difusión con la finalidad de desinformar respecto a los adversarios y así afectar a la opinión pública para alejarla de sus contrincantes.
Para el director de la Fundación para el Periodismo, la III Cumbre Global sobre Desinformación no solo será el espacio para analizar este tema, sino que permitirá recuperar y replicar las mejores experiencias y prácticas de los sistemas de verificación en contextos electorales, pero también sobre otros temas de interés e importancia global.
Por su parte, Adrián Pino, periodista y director del proyecto Desconfío de Argentina —iniciativa que busca poner freno a la desinformación—, resalta que es importante conocer qué tipo de acciones tomar contra los contenidos que pretenden confundir al electorado o que buscan generar un clima de polarización.
Cita como ejemplo la reciente elección en Guatemala, donde el proyecto Desconfío compartió herramientas junto con la Red Ciudadana para detectar contenidos falsos, engañosos o tendenciosos. En este proceso se capacitó a jóvenes y comunidades indígenas para contrarrestar la desinformación.
«En periodos electorales es cuando la desinformación juega su carta fuerte, tratando de confundir al elector, a veces polarizando las elecciones en un sentido. Ahí se tiene mucho trabajo por hacer», explica Pino.
El caso argentino
En Argentina, que está en pleno proceso electoral, Adrián Pino, alerta de las campañas de desinformación en marcha y explica que Twitter es la red social donde se ha trasladado el foco del debate.
«Argentina tiene una particularidad en relación a otros países de la región y es que la red más política de todas es Twitter», señala. Advierte de la existencia de una gran cantidad de perfiles falsos, cuentas administradas por bots y centros de granjas de troles que activan contenidos desinformantes en el marco del proceso electoral.
La buena noticia para Pino es que los argentinos son «bastante reacios» a participar de estas dinámicas y si bien, por supuesto, la desinformación impacta y genera daño, no afectó, al menos en años anteriores, el normal desarrollo de las elecciones.
Sí ve un efecto en la disminución de la participación del electorado en los últimos procesos electorales, lo cual —afirma— tiene que ver con «algunas campañas» que llaman a no votar y usan la desinformación para instalar esta idea. «La desinformación está impactando mucho en un aspecto que tal vez los partidos no habían pensado, y es la no participación del electorado».
Explica que el hecho de que «mucha gente» decida no ir a votar pasa a ser un aspecto que se ha notado en todas las elecciones previas que hubo en las provincias argentinas como San Juan, Chubut y Santa Fe. «Se ve un alto nivel de ausentismo que en parte está alimentado por algunas campañas de desinformación».
Pino apunta a que la desinformación en Argentina va más allá del texto e identifica a WhatsApp como un espacio para difundir contenido falso mediante la combinación de voz con imagen. «Ahí se tiene también una campaña que es más difícil de seguir porque no tenemos acceso a los contenidos públicos por la privacidad propia de la red y del tipo de sistema de mensajería».
Añade que en esta aplicación son difundidos mensajes de voz con un relato muy verosímil de algo que puede haber pasado, pero que termina siendo falso. «Esta modalidad de engaño es bastante frecuente en este tiempo, pero no podemos medir en términos muy concretos cuánto impacta, porque WhatsApp no nos permite ese tipo de monitoreo».
Pino informa que en Argentina se identificó una campaña muy fuerte de desprestigio contra el candidato Javier Milei del ala liberal, postulante presidencial de Libertad Avanza. Una serie de contenidos engañosos y falsos buscan desacreditarlo, y ya hubo un impacto concreto, según las últimas encuestas, porque ha bajado su intención de voto.
También se han encontrado datos engañosos que salen de los mismos candidatos. «Usan datos falsos en el marco de la campaña para desacreditar a las dos principales fuerzas que son Unión por la Patria, del frente del Gobierno actual, y Juntos por el Cambio, que es el principal partido opositor».
Las primarias en Argentina se celebraron el 13 de agosto, cuando Milei y su agrupación política sorprendieron al ubicarse en la punta de la carrera presidencial con más del 30% de los votos, rumbo a las elecciones generales del 22 de octubre. Más de 36 millones de ciudadanos están habilitados para votar ese día y a medida que avanza la campaña, la desinformación aumenta con el objetivo de influir en los potenciales electores.
El coordinador de Proyectos Especiales en Chequeado (Argentina), Martín Slipczuk, explica que la desinformación en época de comicios involucra a todos los actores políticos: líderes de los frentes en pugna electoral, candidatos, las propias organizaciones políticas y al Gobierno.
Chequeado y la alianza Reverso han comprobado que los candidatos son el principal blanco de la desinformación que surge, presumiblemente, desde los bandos contrarios al que pertenece la figura política en cuestión. Y hay ejemplos de todos los espacios políticos.
“Una manera muy común de dañar la imagen de dirigentes, espacios políticos y gobiernos son las supuestas placas de las redes sociales de los distintos medios periodísticos —como Infobae, Clarín, La Nación, Página/12 y Crónica, entre otros— con frases falsas; es decir, afirmaciones entrecomilladas, que en realidad no pertenecen a las personas a las que se las atribuyen”, señala.
Algunos ejemplos de esta manipulación con placas o imágenes son los siguientes: en 2019, recuerda Chequeado, se le atribuyó al entonces presidente de la Nación, Mauricio Macri (Cambiemos), haber dicho que “no es tan necesario el feriado del Día de la Bandera”, lo cual era falso; y este año circuló una placa falsa con la siguiente afirmación atribuida a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner (Frente de Todos): “Si esto tiene que terminar en una guerra entre argentinos, que así sea”.
Chequeado indica que la desinformación que tiene como víctimas a los líderes políticos se manifiesta de distintas formas: avisos, audios, fotos, tuits y hasta cadenas de WhatsApp que circulan como si fueran ciertas. También, audios con imitaciones, videos manipulados, videos con frases jamás pronunciadas por los entrevistados, cuentas de Twitter falsas y hasta candidatos que no son tales.
Según el medio, la desinformación se extiende hasta las jornadas electorales e incluso después de estas. Desinformaciones de este tipo circularon en 2019. Slipczuk cita como ejemplo que luego de las primarias de 2019, comenzaron a circular por las redes capturas de papeletas con tachaduras o errores con la finalidad de generar la sospecha de que hubo fraude. Sin embargo, la versión de terminó siendo falsa: las papeletas electorales con inconsistencias existen desde 1983, representan menos del 1% del total y no implican que exista fraude.
La desinformación, protagonista en la campaña ecuatoriana
Los verificadores contra la desinformación en Ecuador tuvieron una ardua labor durante las elecciones generales del 20 de agosto, unos comicios extraordinarios tras la disolución del Congreso por parte del presidente Guillermo Lasso Mendoza, y porque se realizaron en medio de la violencia que se cobró la vida de Fernando Villavicencio, el periodista de investigación candidato a la presidencia por el frente Movimiento Concertación. Villavicencio fue asesinado en un atentado el 10 de agosto.
Estas elecciones, atípicas según lo descrito, fueron “el caldo de cultivo perfecto para la desinformación”, explica Alexis Serrano, editor de Ecuador Chequea, medio que en solo un mes de campaña electoral realizó al menos 120 verificaciones.
El editor indica que el trabajo de verificación en este periodo se duplica por la crisis política que se vive. Lasso decretó la llamada “muerte cruzada”, figura legal que permitió al Ejecutivo disolver el Legislativo para convocar a elecciones. Adicionalmente, quien asuma el mandato sólo gobernará hasta mayo de 2025, periodo en el que culmina oficialmente la gestión de Lasso.
En todo caso, la elección presidencial aún está en curso pues los candidatos Luisa González (Movimiento Político Revolución Ciudadana) y Daniel Noboa (Acción Democrática Nacional) deberán medir fuerzas una vez más el 15 de octubre en la segunda vuelta electoral, habiendo sido los más votados en primera instancia, con el 33,30% y 23,66%, respectivamente.
Serrano refiere que el 100% de contenido verificado en esta etapa electoral fue entre engañoso y falso. “Es muy contundente el actuar de la desinformación en esta campaña”, apunta.
En la campaña previa a las elecciones del 20 de agosto, Ecuador Chequea detectó el 55% de la desinformación en Facebook, el 40% en Twitter e Instagram y el resto en TikTok y otras redes como WhatsApp. Los candidatos que fueron víctimas de la mayor cantidad de contenido falso o engañoso, según Serrano, han sido Yaku Pérez, postulante presidencial por la alianza Claro que se Puede, y el desaparecido Fernando Villavicencio. La candidata del correísmo, Luisa González, también fue foco de ataques con contenidos falsos.
Para Serrano, la labor de verificar en época electoral es importante porque “genera muros de contención contra la desinformación. La desinformación actúa con mucha más rapidez que la verificación, siempre digo que está diez kilómetros más allá”.
Agrega que la verificación de la información no es una labor masiva y se deberían tener más personas chequeando.
Rumbo a las elecciones de 2024, en México ya abunda la desinformación
A menos de un año de las elecciones presidenciales en México, las redes sociales han comenzado a inundarse de desinformación en todas sus formas.
En el marco de la desinformación electoral, la verificadora de Animal Político en México, Samedi Aguirre, explica que en este trabajo «hay de todo», pero depende mucho de los temas. «Los desinformadores que tienen mucha relación, en este caso con el partido en el poder, han usado más Youtube para generar desinformación, indica.
Rumbo a las elecciones de 2024, Animal Político revisa su equipo de trabajo y sus herramientas digitales para encarar este nuevo proceso electoral, poniendo énfasis en los estados, con la intención de descentralizar las verificaciones.
Según Aguirre, de modo general hay dos tipos de desinformación, una de las vías es Youtube, en la que se fabrica contenidos de desinformación con youtubers. «Estas personas que presentan noticias con titulares escandalosos o amarillistas que al final no corresponden a la realidad. Dan una noticia como si fuera noticiario y ponen clips de video, por ejemplo, de conferencia de prensas, noticieros de televisión y resumen el hecho”.
En el segundo escenario, en Twitter, Instagram y Facebook usan videos y sucesos que pasaron en elecciones pasadas. “En una elección anterior hubo imágenes de boletas tiradas porque hubo un robo de casillas. Entonces retoman los datos sin reconocer que lo que paso fue accidental o que fue de hace varias elecciones pasadas», dice.
La organización Verificado de ese país informó que medios de comunicación y la población en general ya están atentos a lo que venga en la precampaña. Incluso, aunque aún no se puede realizar formalmente ningún tipo de actividad electoral anticipada, los partidos se las arreglan para estar en las redes.
Entre las preocupaciones de las verificadoras está el uso del deepfake que utiliza inteligencia artificial para imitar a la perfección los gestos y la voz de cualquier persona. De esta forma, las noticias falsas están adquiriendo una nueva dimensión que amenaza con engañar a un público más amplio.
Una experiencia anticipada de la desinformación electoral fueron las elecciones del 4 de junio para renovar la gubernatura del Estado de México; en redes sociales se difundió desinformación en torno al proceso electoral, incluyendo videos e imágenes que fueron manipulados o sacados de contexto para influir en las votaciones.
Verificado constató que la campaña de desinformación fue encabezada por una red coordinada de al menos siete páginas con publicidad pagada en Facebook. Dicha red fue diseñada por una agencia de marketing contratada principalmente por campañas y gobiernos priistas para difundir desinformación y dichos sin sustento contra sus rivales políticos.
Los últimos días previos a las elecciones, la campaña de bulos se fue incrementando. Según Verificado, existen páginas dedicadas específicamente a desinformar. De acuerdo con una investigación publicada en la Revista Espejo y Animal Político, las páginas como “Píntale un Dedo”, “Noticias en el Punto” y “Conecta Red” tienen anuncios pagados por la firma iStrategy México, en los que se hacen acusaciones principalmente contra el oficialismo.
Aunque algunas de las páginas publicaron hechos que sí ocurrieron, la mayoría de las acusaciones no tienen sustento, como la afirmación de que la reciente aspirante oficialista a la gubernatura de la ciudad de México propone negociar con el narco. También aparecen declaraciones inventadas de políticos, en sitios que aparentan ser portales de noticias.
Así como los partidos se preparan con estrategias de desinformación, también hay una fuerte campaña para evitar la proliferación de noticias falsas. En el caso de Google, la empresa buscará que, a través de Google News Initiative, se refuerce el trabajo de las salas de redacción, ya sea ofreciendo cursos de herramientas digitales o ayudando a que tengan recursos para verificar noticias.
Gracias a este nuevo programa, los medios participantes recibirán una tarifa mensual fija por la curaduría de sus artículos y podrán proporcionar acceso a información publicada en versiones de pago. Así, los lectores podrán acceder a más y mejores contenidos noticiosos a través de Google, mientras los medios de comunicación obtienen una compensación económica por ello.
“Confirmamos la participación de más de 80 publicaciones, 35 publishers y más de 10 medios nativos digitales, locales e independientes. En medio de un panorama diverso de noticias en México, esperamos sumar aún más en los siguientes meses”, informó reciente Google News Iniciative.
Elecciones en España: la cantidad de bulos creció
El proceso electoral en España, que en una primera fase concluyó el pasado 23 de julio, estuvo marcado en gran medida por la desinformación. Según la agencia EFE, las afirmaciones falsas y los contenidos engañosos volvieron a crecer ante la convocatoria de elecciones generales del 23 de julio, como sucedió con los comicios autonómicos y municipales del 28 marzo.
Algunas publicaciones se hicieron virales incluso tras las elecciones. Por ejemplo, una imagen con el logo de una consultora circuló con supuestos resultados de los comicios. Incluía un gráfico con el número de escaños que había logrado cada partido. Los usuarios que la compartieron principalmente en Twitter, Facebook y TikTok aseguraban que los datos de la imagen viral eran los «verdaderos resultados de las elecciones» y que hubo un «pucherazo (fraude) histórico».
La mayoría de la desinformación circulando en redes después de los comicios tuvo que ver con un supuesto fraude. Justamente porque se preveía que habría una gran cantidad de desinformación electoral, antes de las elecciones del 23 de julio en España se formó «Comprobado», una alianza formada por EFE Verifica, Maldita.es, Newtral, VerificaRTVE y Verificat que buscaron unir fuerzas en la detección de bulos y desinformación de cara a la campaña electoral, publicando desmentidos que distribuyeron de manera gratuita a una veintena de medios aliados.
A partir del lunes 3 de julio y hasta la jornada electoral, Comprobado ofreció las verificaciones más destacadas vinculadas al proceso electoral. Se trató de «unos contenidos de servicio público que se elaboran siguiendo los principios de la ética periodística, la metodología investigativa y la transparencia, para ofrecer una respuesta ágil de la comunidad de verificadores a la convocatoria adelantada de elecciones generales y el crecimiento de la desinformación», explicaron los medios involucrados.
Aseguraron que, según el último Eurobarómetro (encuesta) de invierno realizado por la Comisión Europea, el 86% de los españoles cree que la existencia de contenidos que tergiversan la realidad o que son falsos son un problema para la democracia. Un porcentaje que supera en cinco puntos la media europea. En concreto sobre política, el Digital News Report España del Instituto Reuters de 2021 reveló que el 50% de los internautas en España reconoce haber estado expuesto a bulos sobre ese tema.
La coalición recogió la experiencia de Comprobado en 2019, el primer proyecto colaborativo para verificar información electoral de manera independiente en España. En esta edición de 2023, los esfuerzos se enfocaron en aumentar la difusión del contenido verificado y ofrecer a los medios de comunicación una información de utilidad para su audiencia, que complementa la cobertura electoral.
Guatemala y las encuestas falsas
La Misión de Observación Electoral de Guatemala (MOE-Gt) identificó en varias oportunidades campañas de desinformación, principalmente en las redes sociales, previas a los comicios presidenciales del 25 de junio y el balotaje del 20 de agosto, donde se enfrentaron Bernardo Arévalo, del Movimiento Semilla (MS), y Sandra Torres, de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) tras resultar los más votados en la primera vuelta.
Al respecto, Alejandra Gutiérrez Valdizán, fact-checker del equipo de Fáctica, un proyecto del medio digital Agencia Ocote, explicó que uno de los elementos más importantes es que en estos comicios la desinformación vino de Estado. «En Guatemala hay un sistema de justicia y un tribunal electoral ‘cuotados’, que impidieron irregularmente, por ejemplo, el registro de candidatos», expone.
Sin embargo, la periodista también dice que lo que más se destacó en este largo proceso electoral fue la circulación en grandes cantidades de encuestas falsas. «Estas no tenían fichas técnicas y las realizaron organizaciones y centros de investigación con poca credibilidad».
En ese trabajo de verificación, varias empresas de comunicación se negaron a entregar información que corrobore el trabajo de una encuesta con las proyecciones de los candidatos. «Varios medios cayeron y publicaron esos resultados. Además, se difundieron de forma masiva en WhatsApp”, indica Gutiérrez.
La verificadora también explicó que durante el periodo electoral se identificaron granjas de troles o cuentas falsas para respaldar algunas de las candidaturas o desinformar sobre contrincantes.
Para la segunda vuelta, la campaña de desinformación se volcó, en gran parte, contra Bernardo Arévalo. «La candidata Sandra Torres desinforma en su propio discurso contra el MS», explica la periodista.
También se detectaron influencers, probablemente pagados, que atacaron sistemáticamente a Arévalo, quien era favorito de los comicios. «La narrativa lo vinculó con los comunistas y los matrimonios del mismo sexo», dice la verificadora sobre la estrategia de los desinformantes.
Involucrar a la ciudadanía para combatir los bulos
“En Desconfío nos interesa en particular trabajar y promover para que sean cada vez más quienes tengan acceso a técnicas, estrategias y herramientas para la detección de la desinformación”, dice Adrián Pino.
Considera no solo los periodistas deben conocer las herramientas contra los desinformantes, sino también la ciudadanía en general ya que es ella la destinataria de las campañas de desinformación.
Con esta idea coincide Renán Estenssoro, quien apunta que la Fundación para el Periodismo y Bolivia Verifica no solo capacitan a periodistas de toda Bolivia, sino que desarrollan diversos procesos formativos, sobre todo con estudiantes de secundaria y universitarios.
“Por ejemplo, el proyecto Chat & Chil Café busca crear una cultura ciudadana de rechazo a la desinformación a través de la capacitación y reflexión sobre los efectos que tiene la desinformación en la sociedad boliviana. Está disponible en línea y sin costo alguno para todos los interesados”, indica (https://fundacionperiodismo.org/cafe-chatchill/).
Para Chequeado y la alianza Reverso también es importante que la gente sepa diferenciar la información falsa de la real.
Aconsejan, ante cualquier contenido, buscar la fuente y no compartir aquello que no sea verificado. Además, frente a una cadena de WhatsApp que dice “Reenviado” o “Reenviado muchas veces”, por ejemplo, prestar especial atención porque eso significa que el autor de ese contenido no está claro y no es quien mandó el mensaje. Y, sobre todo, ante la duda, es mejor no compartir.
“La lucha contra la desinformación también significa advertirles a nuestros familiares y amigos cuando están compartiendo o comentando como si fuera cierto un contenido falso. (…) Es importante establecer un diálogo genuino, respetuoso, con calma y paciencia; entender por qué la otra persona cree y/o difunde noticias falsas y acercarle información cierta y contrastada”, sugieren.