La ONU no alertó de un riesgo de hambruna en Bolivia

Un informe de la FAO y el PMA establece que la inflación y la escasez de dólares son un factor para hacer un seguimiento a la situación del país y así evitar un deterioro en la seguridad alimentaria, pero no menciona nada sobre una hambruna en Bolivia.

 

¿Está Bolivia en riesgo de una hambruna producto de la crisis económica y la escasez de combustibles? Medios de comunicación locales e incluso una agencia de noticias internacional publicaron esta información el lunes 16 de junio, alertando que el dato se desprende de un informe elaborado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Sin embargo, este contenido es falso.

El informe elaborado por la FAO y el PMA (agencias de la ONU) no alerta de una hambruna en Bolivia, aunque sí indica que el país se encuentra en una situación que requiere de seguimiento dada la posibilidad de un deterioro de la inseguridad alimentaria aguda a causa del encarecimiento de los alimentos y la escasez de dólares.

¿De qué alerta el informe?

El informe «Puntos críticos sobre el hambre. Alertas tempranas sobre la seguridad alimentaria aguda. Perspectiva de junio a octubre de 2025» mapea los territorios donde es probable que la inseguridad alimentaria aguda empeore en los próximos cuatro meses.

En ese sentido, advierte que 13 países y territorios del mundo han sido identificados como puntos críticos. Por esta razón, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) emiten una alerta temprana para que se tomen medidas humanitarias urgentes. En la lista no aparece Bolivia.

«Sudán, Palestina, Sudán del Sur, Haití y Mali permanecen en el nivel de máxima preocupación, necesitando la atención más urgente. Yemen, la República Democrática del Congo, Myanmar y Nigeria están clasificados como puntos críticos de muy alta preocupación y requieren atención urgente para salvar vidas y medios de subsistencia y para prevenir un mayor deterioro. Otros puntos críticos son Burkina Faso, Chad, Somalia y la República Árabe Siria», se lee en el documento (cuya traducción no es oficial y se hizo con ayuda de la inteligencia artificial).

¿Qué dice el informe sobre Bolivia?

En el capítulo «Otros países o situaciones que requieren seguimiento», el informe establece que hay naciones y territorios que «merecen una estrecha vigilancia», pero aclara que «no están identificados como focos de hambre». Entre las razones para hacer un seguimiento cita las crisis prolongadas (económicas/políticas/sociales) o el hecho de que la población se encuentre en situación de inseguridad alimentaria.

El análisis que realizan para Bolivia es el siguiente:

«Se espera que la inseguridad alimentaria aguda se deteriore debido a la alta inflación sostenida y la disminución de las reservas de divisas. Se prevé que esto continúe erosionando la capacidad de importación y el poder adquisitivo de los hogares, limitando aún más el acceso a los alimentos. También se prevé que la escasez de combustible obstaculice las actividades agrícolas, reduciendo aún más la producción de maíz tras una cosecha ya por debajo de la media alcanzada en 2024. En octubre de 2024, 2,2 millones de personas (19% de la población) padecían inseguridad alimentaria aguda según la metodología CARI del PMA».

Aclaración de Naciones Unidas en Bolivia

En referencia al informe, el Sistema de las Naciones Unidas en Bolivia aclaró públicamente lo siguiente:

«El informe conjunto ofrece un análisis prospectivo sobre las tendencias y factores que potencialmente influenciarán la inseguridad alimentaria aguda en el mundo, entre junio y octubre de 2025. El informe no menciona ni alerta sobre una situación de hambruna en Bolivia.

Cabe indicar que hambruna es un término técnico con criterios específicos como la proporción de población con hambre extrema, emaciación infantil y tasas de mortalidad, criterios que no aplican en el caso boliviano«.

Además, Naciones Unidas Bolivia reconoce los esfuerzos del país en esta materia y asegura que mantendrán su apoyo a las políticas públicas orientadas al fortalecimiento de la producción agropecuaria, la agricultura familiar y la seguridad alimentaria.

Por lo expuesto, es falso que la ONU y sus agencias hayan alertado de una hambruna en Bolivia, aunque el informe establece que la situación del país requiere un seguimiento para evitar un deterioro en la seguridad alimentaria.

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