¿Habías oído hablar del cuero hecho de mango? Es ecológico y no contamina; aquí te lo contamos

Esta iniciativa fue desarrollada hace casi 10 años por jóvenes emprendedores en Países Bajos, pero expertos señalan que la tecnología y el modelo podría aplicarse en cualquier parte del mundo. En Bolivia hubo experiencias dentro de laboratorios universitarios.

Zapatos, carteras, chaquetas y muchas otras prendas se elaboran por miles a diario a base del cuero de distintos animales. Sin embargo, las curtiembres contaminan el medio ambiente y dañan la salud de los productores.

Una alternativa ecoamigable es el cuero vegetal hecho con mangos. De esta manera se aprovecha la fruta y se puede generar empleos directos e indirectos.

Esta iniciativa se desarrolla con éxito en los Países Bajos bajo el enfoque de la biotecnología y su método de producción y las herramientas que usan puede desarrollarse en otros lugares.

Bolivia Verifica tomó contacto con los impulsores de esta iniciativa y aquí te contamos cómo se desarrolla, pero antes repasamos la manera en que afecta la producción de cuero animal.

Qué tipo de contaminación provoca la producción del cuero

Solo como ejemplo de lo que pasa en Bolivia, en 2023, la Alcaldía de El Alto informó de la existencia de 16 curtiembres registradas en ese municipio, de las cuales 14 se encontraban operando. Sin embargo, el ambientalista Juan Tolaba le dijo a Bolivia Verifica que existen muchas más curtiembres y mataderos que operan de manera clandestina y que echan sus aguas residuales directamente a los ríos Seco y Seke.

“Estas aguas que provienen de las curtiembres están llenas de químicos que se evaporan y contaminan el aire que se respira. Además, desembocan en el lago Titicaca, donde viven los peces que consumimos. Los vecinos reclaman constantemente por los dolores de cabeza que provocan los malos olores y por el tono rojizo del agua, pero parece que a nadie le importa”, expresó.

Las afluentes contaminados desembocan en la Bahía de Cohana, una comunidad que está a las orillas del también llamado lago sagrado.

En 2002 y 2003, pescadores de varias comunidades denunciaron que la contaminación afecta la calidad de vida y las actividades productivas de más de 26.000 personas de las comunidades de Catavi, Lacaya, Chojasivi y Cohana, del municipio de Pucarani, y las de Cumaná, Cascachi, Pajchiri y Quehuaya, del municipio de Puerto Pérez, además de las Islas Suriqui y Pariti.

Las autoridades trataron de negar la contaminación y firmaron una serie de acuerdos para evitar problemas. Pero en 2012 la Liga de Defensa del Medio Ambiente (Lidema) publicó un texto titulado “Problemas socioambientales de la Bahía de Cohana” denunciando que los acuerdos no se cumplieron y que la contaminación continuaba en dichas comunidades.

Tolaba señaló que, en la actualidad, la contaminación continúa y que incluso se incrementó. “Por ley, las curtiembres tienen que operar lejos de zonas urbanizadas, sin embargo, en El Alto hay muchos de estos negocios que se instalaron ilegalmente en distintas sectores como Cosmos 79, Collpani Mercedario y otros, que incrementaron la contaminación”.

• Daños a la salud de los trabajadores

Trabajar en una curtiembre también es riesgoso para la salud, porque para evitar su descomposición, el cuero animal es sometido a baños con sales de cromo y otros químicos como el sulfuro. Esta práctica también hace que el cuero sea más flexible, pero a la vez es nociva para la salud.

Los químicos se evaporan y pueden ser inhalados por los curtidores. Esto afecta al tracto respiratorio, obstruye las vías respiratorias, irrita los pulmones y en el peor de los casos puede generar cáncer nasal y pulmonar.

Policarpio Castro se dedica a la elaboración de zapatos, cinturones y carteras de cuero. El artesano le contó a Bolivia Verifica que el oficio lo heredó de sus padres y que se lo enseña a sus hijos. Sus productos se comercializan en las ciudades de La Paz y El Alto. 

“Siempre hemos utilizado cuero animal, aunque sus precios van en aumento nosotros no hacemos subir nuestros productos porque si no ya no nos compran. Una alternativa es la cuerina o el cuero sintético para algunos trabajos, pero no es lo mismo. Puede caer bien en las billeteras o en algunas carteras, pero no es posible usarlo para hacer cinturones o zapatos, no es resistente y no conozco otro tipo de material” comentó.

Hasta ahora, Castro no sabe de la posibilidad de producir artículos de cuero que no sea de origen animal, una iniciativa que ya da frutos al otro lado del mundo.

La fruta del mango, una alternativa al cuero animal tradicional

Fruitleather Rotterdam (Cuero de frutas) es una empresa de biotecnología que se dedica a la fabricación de cuero a partir de mangos. Este material se emplea para producir zapatos, carteras, billeteras y otros accesorios.

• ¿Cómo lo hacen?

Fruitleather Rotterdam se encuentra ubicada en Róterdam, la segunda ciudad más grande de Países Bajos que está situada al oeste de es nación, en la región de Holanda Meridional. Sus fundadores y visionarios son los licenciados en diseño espacial Koen Meerkerk y Hugo de Boon.

Holanda es uno de los mayores importadores de mangos de esa región y para hacer sus controles de calidad cortan algunas frutas, estas muestras ya no son tomadas en cuenta y las desechan.

La gran cantidad de fruta desechada llamó la atención de los diseñadores, quienes se propusieron hacer algo para aprovechar estos remanentes desechados.

Fruitleather Rotterdam recoge aproximadamente 1.500 mangos cortados por semana de un importador holandés. “Todos salimos ganando, nosotros recibimos los residuos de forma gratuita y ellos (los importadores) no tienen que pagar más para deshacerse de sus residuos de mango”, dijo Meerkerk en una entrevista en el canal Business Insider India.

En contacto con Bolivia Verifica, Hugo de Boon explicó que utilizan “el mango entero, excepto la semilla. Empleamos la piel y el puré para producir el material que (al ser procesado) está compuesto de 76% de mango más aglutinante natural, 14% de algodón orgánico y 10% de revestimiento de poliuretano a base de agua”.

Una máquina extrae la pepa de la fruta, posteriormente la pulpa y cáscara son trituradas hasta convertirse en una pasta que se mezcla con distintos aditivos. A continuación, la mezcla se vierte en distintos moldes planos para hornear, se cuida que cada molde tenga la cantidad adecuada y luego entran a un deshidratador toda la noche.

“Antes de secarse, la mezcla tiene color claro, pero después de suele tener un aspecto muy diferente según el tipo de mango que utilicemos. El mango palmer dará un color marrón, mientras que el mango keitt dará un material más negro”, detalló Hugo de Boon.

Después, la mezcla seca y moldeada se lleva a un espacio donde se recubre con resinas y esmaltes protectores. Esto crea una pequeña capa en la parte superior de la plancha de cuero para protegerlo de distintos elementos; luego se lleva al horno para su secado. Esta acción se repite varias veces para hacerlo más duradero, en cada pasada las máquinas aplican calor y presión.

Por último, el cuero de mango pasa por una máquina que le agrega un estampado que hace que tenga la textura similar a un cuero animal. Este producto es vendido a diseñadores de distintos países.

“En este momento solo utilizamos mangos, pero en el pasado hemos fabricado con éxito materiales utilizando otras frutas”, dijo De Boon a nuestro medio.

• ¿Se produce mango destinado específicamente a esta industria?

En el caso de  Fruitleather Rotterdam, solo se utilizan la fruta desechada, esto porque el país en el que se ubican es importador de esta fruta.

“Únicamente empleamos mangos desechados porque, por supuesto, los que aún son comestibles deben consumirse. Los que utilizamos siempre están podridos o no pasan el control de calidad”, precisó De Boon.

• ¿Cómo nació la idea?

“Comenzamos a convertir mangos en cuero mientras estudiábamos en la academia de arte en 2015. Iniciamos oficialmente la empresa a principios de 2016”, añadió el emprendedor. Eligieron trabajar con el mango por la fibra que tiene y también porque les resulta más fácil de tratar a diferencia de otras frutas.

“La visión aquí en Fruitleather Rotterdam no es solo crear conciencia sobre el problema del desperdicio de alimentos, sino también mostrar cómo los residuos en general se pueden utilizar de manera positiva”, se lee en su sitio web.

• El cuero de mango en la industria

Fruitleather Rotterdam no fabrica productos, pero vende su cuero vegetal a varias empresas. La lista de sus aliados es extensa, pero a continuación describimos algunos:

• Adam Otlewski se ubica en New York y elabora lámparas de distintos tipos, también otros artículos decorativos revestidos con cuero vegano.
• Felder Felder es una industria alemana que confecciona prendas de vestir para dama hechas con cuero vegano, pero también emplea telas elaboradas a base de piña y otras frutas.
• Saye es una empresa que produce zapatillas y otras prendas de cuero de mango, tiene tiendas en varios países en el mundo e indica que sus calzados duran por varios años.
• Claudio Pavone es una marca italiana y también elabora calzados.
• Bowen Liu Studio tiene su base en Nueva York, produce muebles con distintos tipos de tapizados con cuero vegano y los comercializa en varios países.

Es importante indicar que estas empresas no solo aportan al cuidado del medio ambiente, también generan cientos de empleos directos e indirectos.

• La idea se comparte

Koen Meerkerk y Hugo de Boon  participaron en el Foro Internacional para la Sostenibilidad en Taipei, Taiwán 2023. Allí expusieron sobre economía circular y compartieron sus ideas con todos los presentes, resaltando que Taiwan, al ser un gran productor de mangos, tiene muchas posibilidades de crear cuero ecológico.

De Boon indicó que a lo largo de estos años lograron convertir miles de mangos en cuero ecológico evitando que la fruta se desperdicie. A la vez mencionó que genera empleos directos e indirectos que benefician a mucha gente. Por ultimo agradeció a Bolivia Verifica por difundir la idea ecoamigable.

“¡Gracias por querer escribir un artículo sobre lo que hacemos! Nosotros lo agradecemos mucho”, expresó a través de correo electrónico. 

Ideas similares se han probado en Bolivia en aulas universitarias

Bolivia Verifica comentó sobre el cuero hecho de mango con la  ingeniera agrónoma y experta en cuidado y fertilización de suelos, Mónica Cruz. La experta dijo que la idea le parece buena y que se puede aplicar en los Yungas de La Paz y en el oriente boliviano, lugares donde se produce esta fruta.

“Es una buena opción para poder reemplazar al cuero de origen animal, ya que este utiliza muchos insumos para su procesamiento, como agua, mano de obra, químicos y otros. Y muchos de estos contaminan al medio ambiente. Además de existir una sobreexplotación de otros recursos para la obtención de cuero animal” reflexionó.

Por su parte, el ingeniero en producción de alimentos, Francisco Alanoca, explicó a Bolivia Verifica que la elaboración de cuero, tela, bombillas y otros productos a base de fruta como el mango, la piña y otros se hace en las universidades, pero como experimento o trabajo académico. 

“Esto se hace en el país desde hace años, hay lindos trabajos académicos, pero hasta el momento nadie se animó a producir este tipo de materiales a gran escala, puede ser una gran alternativa para reemplazar el cuero animal, pero falta apoyo del Gobierno. Quizás también esta propuesta podría ser financiada por alguna ONG (Organización No Gubernamental)”, mencionó.

Asimismo, comentó que gran cantidad de mango se echa a perder cada año, esto porque no se puede vender o por la invasión de la mosca de la fruta por falta de fumigado. 

“Hay muchos productores en los Yungas que desechan la fruta porque a veces hay sobreoferta y los precios bajan demasiado, transportar la fruta a La Paz les sale más caro, por eso varios prefieren dedicarse a sembrar coca. Crear una industria que elabore cuero vegano podría ayudar a los productores y generaría varios empleos. Hace falta esa visión por parte del Gobierno”, expresó.

 El siguiente video del creador de contenido Tío Calderas muestra la feria de mango en El Alto que se desarrolla cada año entre los meses de diciembre y enero.

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Este reportaje fue elaborado en el marco del proyecto de apoyo a la investigación periodística, enmarcado en Periodismo de Soluciones (PdS), desarrollado por la Fundación para el Periodismo y Bolivia Verifica con el apoyo de la National Endowment for Democracy (NED).