Convertir llantas desechadas en pisos, una iniciativa que genera empleos y reduce el impacto en el medio ambiente

Mamut ya procesó más de 500 mil llantas en desuso, lo que, según su cálculo de captura de carbono, equivale a 82.500 árboles y a una generación de más de 26 millones de litros de oxígeno al día.

Lo que comenzó como un juego para hacer el primer prototipo en la cocina de una casa en Cochabamba en 2013, terminó siendo uno de los proyectos de emprendimiento más importantes de Bolivia. El sueño de convertir llantas desechadas en los basureros de la ciudad en pisos de caucho se hizo realidad y se ganó el mercado local. La empresa no dejó de crecer y este año cumplirá una década.

Mamut es el nombre del emprendimiento impulsado por tres jóvenes profesionales cochabambinos que no se rindieron en la adversidad y apostaron por el medio ambiente y la innovación tecnológica para el reciclaje de llantas desechadas.

Foto 1: Ronald Gonzales, Manuel Laredo y Antonio Laredo reciben el cheque de $us 4.000 del banco Bisa en 2013. Fotos 2.- Los mismos tres soñadores, siete años después.

Diez años después, Ronald Gonzales, Antonio Laredo y Manuel Laredo ya no lucen como cuando jugaron con llantas en una cocina. Hoy son tres ejecutivos con el objetivo de que sus pisos de caucho estén instalados a lo largo y ancho de todo el país.

El recorrido de los logros alcanzado hasta ahora no fue fácil, pero empezó con una clara victoria en el concurso de emprendimientos de Innova Bolivia de la fundación Maya, que reconoció en 2013 el trabajo de los jóvenes, como un programa que contribuyó al cuidado del medio ambiente y la salud.

El premio, consistente en 4.000 dólares, fue el punto de partida del proyecto, que buscaba reciclar algo más de 30 millones de llantas que estaban en los basureros y llanterías del país, explicó Manuel Laredo, director general de Mamut.

Solo como referencia, de acuerdo con un estudio de Swisscontact sobre los residuos que genera el transporte en Bolivia, más de 3 millones de llantas se desechan cada año y menos del 5% se recicla. La vida útil de una llanta oscila entre los 10 a 40 mil km recorridos, dependiendo de la calidad del neumático. Cada llanta se degrada en mil años.

“En Bolivia, aún se desconoce el porcentaje exacto de llantas recicladas. Según un estudio sobre la gestión de residuos del sector transporte en Bolivia realizado por Swisscontact del 2018 para el proyecto Mercados para el Reciclaje, solo en el eje troncal, se calcula que un 4,3% del total generado de llantas es reciclado. En Cochabamba hay empresas que reciclan, mientras que en Santa Cruz de la Sierra, el municipio tiene una planta trituradora que convierte las llantas en desuso en caucho granulado”, se lee en el sitio de Swisscontact.

“Posteriormente buscamos crédito bancario, ‘hicimos vaquitas’ (dar aportes) en la familia y abrimos nuestro primer taller el 1 de abril de 2014. En ese lugar hacíamos pisos de reciclado de las llantas, denominados baldosa”, añadió el emprendedor.

“Hoy tenemos una planta industrial de 3.00 metros cuadrados en Sacaba, Cochabamba, otra de 1.000 metros cuadrados en Santa Cruz y una tercera de 300 metros cuadrados en Paraguay, con proyecciones de consolidar un mercado en Panamá”, indicó Laredo.

Una vista general de la planta de Sacaba, en Cochabamba.

La empresa, que empezó con un pequeño taller, hoy tiene una fábrica que genera 50 empleos directos y 500 indirectos. Su catálogo incluye más de 20 tipos de productos aptos para usos y aplicaciones en las áreas del deporte, salud, industria, empresas y espacios públicos.

“Nuestro negocio es fabricar y potenciar el desarrollo de las actividades en las ciudades porque consideramos que la sostenibilidad es una herramienta de competitividad, aspecto fundamenta en la actual economía”, añadió.

Impacto y crecimiento

El impacto ambiental de la labor de Mamut es destacable. A través de recolectores, la empresa procesó ya más de 500 mil llantas viejas que, según su cálculo de captura de carbono, equivalen a 82.500 árboles y a una generación de más de 26 millones de litros de oxígeno al día.

Sin embargo, Laredo explicó que en los últimos años Mamut no compra ni recoge llantas en el mercado local. Existen tres empresas que proveen al consorcio la materia prima, es decir el caucho pulverizado (gránulo) del  reciclado de llanta.

La empresa está altamente comprometida con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), adoptados por Naciones Unidas en 2015 como la agenda global de desarrollo a ser alcanzada en 2030. El objetivo corporativo central de Mamut es impulsar el cumplimiento del Objetivo 11 – Comunidades y Ciudades Sostenibles, pero las acciones incluyen transversalmente el
cumplimiento de otros 12 objetivos.

“Todos estos principios que innovan la cultura ambiental significan para nosotras un motivo de profundo orgullo. En nosotros está el cambio, podemos cambiar la cultura ambiental con los amigos, con la familia, pero lo que importa es el resultado”, reflexiona Dayana Echalar, directora de Proyectos de Exportación de Mamut.

Tecnología hecha en Bolivia

Uno de los logros del equipo de Mamut es haber creado su propia tecnología para desarrollar sus pisos, consistente en hornos industriales.

“Si nosotros teníamos que comprar la tecnología a empresas extranjeras era muy improbable que no se realice el proyecto debido a los altos costos de esta. Así que generamos nuestra propia tecnología”, explicó.

La tecnología usada es también amigable con el medio ambiente. Estas cualidades le valieron a la empresa la posibilidad de acceder a financiamiento a través de premios otorgados a proyectos sostenibles.

En los últimos años se ha diversificado el producto y existen pisones para el señalamiento de calles y avenidas en Cercado, la capital del departamento de Cochabamba.

¿En qué consiste el producto?

El producto es el único material amortigüante que resiste las inclemencias del tiempo por lo que puede ser utilizado para dar seguridad en parques infantiles, gimnasios, caballerizas, canchas deportivas y lo que la imaginación permita.

En los últimos años se ha diversificado el producto y existen, por ejemplo pisones de calles y avenidas.

Opiniones

Dayana Echalar/Directora de Proyectos de Exportación

Para mí es un reto muy grande, demasiado importante porque genera ida y vueltas en el desarrollo de la empresa, vinculada al medio ambiente. Además, de los retos profesionales está el desafío personal, pero sobre todo la trascendencia social medioambiental.

Aidé Castillo /Ejecutiva de Ventas de Mamut

Antes de trabajar en esta empresa, yo tenía valores ambientales muy importantes, principalmente con el reciclaje.

Trabajar en Mamut para mí es un sueño desde que estuve estudiando en la Universidad Mayor de San Simón (UMSS). En 2013 yo ya estaba haciendo seguimiento del trabajo de la empresa, por ejemplo en relación a los tres contenedores que lo aplicamos en nuestra casas.

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