Comunidades de Tiquipaya son parte de un programa para proteger al jucumari a partir de acciones para mejorar su calidad de vida

El proyecto promueve alternativas económicas, como la producción de tejidos, para paliar las pérdidas que causan los osos en las comunidades de Yunga Pampa cuando matan animales domésticos y se comen la cosecha, lo cual fomenta la caza del plantígrado.

Un oso andino encima de un a roca en Yunga Pampa, Tiquipaya.

David Ovando, Bolivia Verifica

Comunidades aledañas al municipio de Tiquipaya, Cochabamba, en las faldas del Parque Nacional Tunari, participan del Programa Jucumari, que promueve la conservación y protección del oso andino y la mejora de las condiciones de vida de la población en situación de pobreza.

La iniciativa opera en la zona de Yunga Pampa, que alberga una gran diversidad de fauna silvestre, donde se pueden encontrar loros, monos, chanchos de monte y osos andinos o jucumaris, que son la mayor atracción para el turismo y la investigación científica.

En esta zona altamente diversa, las comunidades de origen quechua mantienen gran parte de sus tradiciones, pero viven con muchas carencias, por tanto, cuando un oso se come la siembra del maíz o mata un animal doméstico, los efectos y los perjuicios económicos son grandes, tomando en cuenta las graves limitaciones y necesidades que tienen las familias para sobrevivir.

En consecuencia, el proyecto busca entregar alternativas económicas, como el trabajo de tejidos para las mujeres y la capacitación agrícola a los varones, para paliar y minimizar los efectos económicos que eventualmente dejan las incursiones de los osos en las comunidades. Todo esto, sumado a un arduo ejercicio de toma de conciencia sobre la importancia de cuidar la Madre Tierra.

Miembros del proyecto Jucumari con comunarios de Yunga Pampa, en Tiquipaya.

La deforestación y los asentamientos afectan su hábitat

La deforestación de los bosques en los que vive el oso jucumari, pero sobre todo el crecimiento de los asentamientos urbanos y la expansión de la frontera agrícola en el hábitat del animal, conocido también como oso de anteojos, amenazan la vida del plantígrado situándolo como “vulnerable” a nivel nacional e internacional dentro la “Lista Roja” de especies amenazadas.

Por efecto de este fenómeno se han presentado casos en que los animales silvestres penetran en la nueva zona urbanizada y los animales silvestres cazan el ganado y comen sus sembradíos.

Cuando una familia pierde un animal (una vaca, por ejemplo) representa un impacto económico significativo, equivalente a la pérdida de una herramienta de trabajo. En ese marco, el proyecto, realiza una propuesta económica sostenible para promover la coexistencia con la especie, explican los impulsores del proyecto.

Así, las mujeres trabajan en una serie de actividades que las capacitan para la producción de tejidos, de modo que las familias puedan diversificar su economía como alternativa a las pérdidas que sufren por la incursión de los osos.

Las familias han recibido también materia como telares a pedal para mejorar la calidad y la cantidad de los productos. “Con esta herramienta se puede tejer más rápido y para ello se les dio varias capacitaciones, principalmente para optimizar el uso de las máquinas”, explicó Andrea Fuentes Arze, fundadora y coordinadora en Programa Jucumari.

En este marco, se produjeron cojines, protectores de muebles y mantas, que luego son puestos a la venta.

También se les enseñó la técnica de fieltro agujado para diseñar, por ejemplo “ositos” que tienen mucha relación con el objetivo del programa. En este caso realizaron tres talleres de capacitación para que las participantes logren dominar el fieltro agujado y elaborar piezas de alta calidad.

“Nuestra capacidad de venta son básicamente con los contactos cercanos y un catálogo digital, pero sobre todo la venta de “boca en boca”, que es la que mejor resultados nos ha dado”, explicó Fuentes.

Estas dos actividades se realizan con un grupo de 19 mujeres, pero unas 15 son las más activas y participan de forma entusiasta de la capacitación.

Tres ositos que fueron trabajados con la técnica de fieltro agujado.

En el caso de las actividades destinadas a mejorar la agricultura, aún trabajan en la fase de la socialización.

El objetivo es evitar que los osos sean cazados como represalia. Según la Unión Mundial para la Naturaleza, el oso andino es una especie con alto riesgo de extinción, por lo que recomienda asumir urgentes medidas de cuidado.

El oso jucumari, conocido como jardinero del bosque está en peligro es vulnerable a la extinción, debido a que cada vez hay más sitios de cultivo y cría de ganado donde antes solía haber bosque natural.

Se calcula que en Bolivia solo existe 700 osos andinos que viven en la cordillera de Los Andes.

“Nosotros estamos empezando a trabajar con el proyecto de monitoreo de ocupación, que no tiene un registro de osos, pero sí nos va a decir si estos animales están ocupando su habitat y en qué medida. Eso nos ayuda a priorizar donde actuar”, adelantó Fuentes.

Mujeres y hombres trabajan en los telares a pedal.

Un proyecto joven

El proyecto, que arrancó en 2021, recibe financiamiento externo y busca proteger al oso andino junto a las comunidades locales que interactúan con el animal, a este modelo se lo denomina también como “conservación comunitaria”.

Los recursos económicos fueron captados a través de Financiamientos Competitivos de Prince Bernhard Nature Fund para proteger animales amenazados.

Imagen capturada del portal que menciona el programa Jucumari como uno de los proyectos con financiamientos competitivos del Prince Bernhard Nature Fund.

Antecedentes

Recientemente, un chofer mostró en Tiktok la captura de un oso jucumari (bebé) en la carretera Cochabamba-Totora. Fruto de la presión social a través de las redes sociales, el conductor tuvo que borrar el post y regresar al lugar al animal a su hábitat. Sin embargo, se desconoce si el bebé (bebé) logró encontrar a su madre.

Entre tanto, el director de la Policía Forestal Medioambiental (Pofoma) de Cochabamba, Henry Torrico, informó que se presentó una denuncia de oficio ante la Fiscalía contra Luis Eduardo V., por la captura, tenencia, transporte y liberación de un oso jucumari.

 

@bolivia.today.pot3 POLICIA BUSCA AL CHOFER QUE SEPARÓ DE SU HÁBITAT Y LUEGO LIBERO A SU SUERTE A UN PEQUEÑO OSO JUCUMARI. #Urgente #Noticias #Videoviral #boliviatodaypotosi #policiaboliviana #cochabamba ♬ sonido original – Bolivia Today Potosi

 

El portal conservation.org/bolivia describe características fundamentales para entender el comportamiento, el hábitat y el estado de conservación del animal:

¿Cómo es el jucumari?

“El Jucumari es un animal grande, plantígrado de cabeza redondeada, hocico corto y cola inconspicua. Su pelaje es negro, pero pueden presentarse individuos de color marrón. La característica fisonómica principal de esta especie es la presencia (o ausencia total) de marcas blancas o amarillentas alrededor de los ojos (oso de anteojos) y que en algunos casos pueden cubrir hasta el pecho”.

Comportamiento:

“Es un animal oportunista de actividades diurnas. Es terrestre, pero además un excelente trepador, lo que le ayuda a alcanzar y alimentarse de bromelias epifitas, bulbos de orquídeas y a construir nidos o plataformas donde puede descansar. Es tímido y solitario. Su alimento básico son plantas fibrosas y duras como las bromelias y los bambúes. En época de fructificación (diciembre-marzo), sin embargo, su dieta es, principalmente, frutos silvestres (Vélez Liendo 1999, Paisley 2001). Ocasionalmente, puede alimentarse de roedores, insectos y ungulados, lo que puede llegar a constituir el 4% de su dieta”

Hábitat:
“Esta especie habita en diferentes tipos de vegetación a lo largo de su área de distribución y su presencia ha sido registrada entre los 250 y 4.750 msnm. El oso andino necesita la presencia de algún tipo de bosque en su hábitat, por lo que su presencia se relaciona con bosques de altura, bosques montanos húmedos y pastos húmedos con acceso a bosque. En Bolivia, este oso habita los bosques y pastizales de toda la vertiente oriental de los Andes Tropicales, desde La Paz hasta Cochabamba”.

Estado de conservación:
“Se estima que en Sudamérica existen menos de 2.000 jucumaris en estado salvaje. Estimaciones poblacionales no han sido llevadas a cabo para Bolivia, pero se presume que el país y Perú cuentan con las poblaciones más grandes al tener los hábitats menos fragmentados.  Datos no confirmados señala que en Bolivia existen unos 700 osos jucumari”.

 

Este reportaje fue elaborado en el marco del proyecto de apoyo a la investigación periodística, enmarcado en Periodismo de Soluciones (PdS), desarrollado por la Fundación para el Periodismo y Bolivia Verifica con el apoyo de la National Endowment for Democracy (NED).

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