Cientos de personas de escasos recursos se alimentan a diario en comedores solidarios
La iniciativa ayuda a paliar problemas de desnutrición, especialmente en la infancia. Se desarrolla desde hace 16 años en el país y beneficia a miles de personas. Los establecimientos funcionan con aportes y voluntariado.
La desnutrición y la anemia afectan a muchos niños en el país, algunos incluso llegan a fallecer. Esta situación se da por la mala o escasa alimentación que reciben, en muchos casos porque están abandonados o porque pertenecen a familias de escasos recursos económicos. Para paliar esta situación, Remar Bolivia implementó varios comedores solidarios en distintas partes del país donde cientos de personas reciben alimentos.
Desde 2017 hasta febrero de 2023 se registró la muerte de 162 niños menores de cinco años a causa de la desnutrición grave. Asimismo, otros 151.000 niños sufrieron desnutrición moderada y grave. Los datos presentados por Página Siete y compartidos por la Comunidad de Derechos Humanos en Bolivia también indicaron que el 16% de los menores de cinco años en el país son víctimas de desnutrición crónica y que cinco de cada diez sufren anemia.
La nutricionista y dietista, María Espejo comentó a Bolivia Verifica que trabajó en la dirección de Gestión en Salud de la Alcaldía de El Alto de 2016 a 2019 y que en ese periodo pudo observar varios casos de desnutrición.
“No solo los niños sufren desnutrición, también la padecen los adolescentes y adultos, lo más grave son las mujeres embarazadas. Existen madres solteras que tienen tres, hasta cinco hijos que no tienen para alimentarse y alimentar a sus wawas. Estas mujeres nos dijeron que se alimentaban comiendo té con pan todo el día y que cuando tenían alguito de dinero hacían fideo con huevo o caldos de fideo y arroz. La desnutrición en estas familias es grave”,
La profesional también explicó que la desnutrición puede causar enfermedades en el sistema digestivo, discapacidad mental y física, infecciones, problemas cardiovasculares, algunos tipos de cáncer y la muerte.
“En algunos casos los menores están abandonados por sus padres, viven solo con uno de sus abuelos y no tienen ingresos económicos más que su Renta Dignidad. De esa manera es difícil que puedan alimentarse bien y peor que puedan estudiar o que rindan en el colegio. Estos casos se presentan mayormente en zonas alejadas no solo de El Alto, sino, en todo el país”, explicó Espejo.
Los comedores solidarios ayudan a paliar el problema
La Organización No Gubernamental (ONG) Remar Bolivia decidió instalar y abrir comedores solidarios en varias regiones del país. En estos espacios se distribuyen alimentos a cientos de personas a diario.
Remar Bolivia es una asociación cristiana benéfica sin fines de lucro, que se institucionalizó en este país en 1997 con el objetivo de asistir a la población marginada.
Bolivia Verifica visitó el comedor solidario “El Castillo” instalado por Remar Bolivia en el barrio Alto Nuevo San Pedro, en la ciudad de La Paz. En este espacio, entre 80 y 90 personas reciben alimentación diaria, la cual consiste en un almuerzo con sopa, segundo y refresco.
Su administradora Bertha Chambi indica que trabaja en el lugar desde hace más de 10 años atrás y que de lunes a viernes aproximadamente 80 personas reciben una dosis diaria. “Atendemos el comedor benéfico, este espacio es una ayuda solidaria para muchos niños que no tienen quizás que comer. En las familias el alimento no siempre alcanza, con esto hacemos una ayuda a muchas personas”, mencionó.
¿Cómo nació la idea?
Jon Ugalde es pastor y director de Remar Bolivia y contó a nuestro equipo de prensa que hace 16 años, junto a sus compañeros de trabajo, se trasladaron al barrio Alto Nuevo San Pedro y buscaron la manera de ayudar.
“El Barrio estaba empezando, está en una de las laderas de La Paz, el transporte no quería subir hasta ahí por el barro, nosotros nos preguntamos cómo podemos ayudar y así ideamos el comedor para que los niños vengan a comer antes del colegio o después del colegio, según sus horarios: quienes están en turno mañana vienen después de la escuela y los de turno tarde vienen antes de la escuela”.
Para hacer realidad su idea, Ugalde y sus colegas hicieron un recorrido por la zona y hablaron con la junta de vecinos y con representantes de un colegio ubicado en el sector.Con ellos acordaron no solo proveerles de un almuerzo, sino apoyo a los niñas y niñas con sus deberes escolares.
“El propósito también era chequearles las tareas porque sus familias eran desestructuradas, la mamá se iba a trabajar todo el día y no estaba en casa. Vimos esa necesidad de cuidado y de comida. Cuando empezamos no teníamos nada, hacíamos mercaditos, íbamos a los abastos por la mañana a comprar o a veces a pedir algo para hacerles la comida, no teníamos plata era fe pura y ganas de ayudar”, rememoró.
Cientos de personas beneficiadas en varios comedores
Luego de que la iniciativa se cristalizara lograron poner en funcionamiento uno más, por tanto en La Paz ya son dos comedores solidarios, pero otros funcionan también las ciudades de Cochabamba y Santa Cruz.
Además, Ugalde adelantó que pronto se abrirán nuevos espacios solidarios, uno en El Alto y otro en el municipio beniano de Riberalta.
No tienen datos estadísticos precisos, pero Ugalde aseguró que en 16 años miles de personas se beneficiaron con esta ayuda, por lo que desean mantener u multiplicar la iniciativa. En los comedores solidarios también se brinda atención médica y se han llevado a cabo campañas odontológicas gratuitas.
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¿Quiénes pueden recibir este apoyo?
Todas las personas de escasos recursos que lo necesiten, sin importar su edad, nacionalidad, sexo, religión, educación, cultura o condición. “Puede venir cualquiera que no tenga recursos y que esté pasando dificultades sin ningún problema. Los alimentos son gratuitos, en 16 años no se ha cobrado nada”, indicó Ugalde.
También aclaró que los cupos no están cerrados, es decir, actualmente en el comedor El Castillo se alimentan entre 80 y 90 personas, pero si hubiera más gente que lo necesite se puede subir el cupo a 100, 110 o más.
¿Quiénes trabajan en los comedores?
Dentro de los comedores existen monitores y monitoras que se encargan del funcionamiento de estos espacios, también hacen su aporte las mujeres que se rehabilitan de alguna afección y se encuentran en terapia ocupacional encargándose de algunos quehaceres en la cocina como: cocinar, lavar platos, preparar refrescos, entre otros.
Algunos vecinos y vecinas también aportan de cuando en cuando ayudando a preparar los alimentos. Los menús son variados y son elaborados por nutricionistas profesionales, esto con el propósito de cubrir las necesidades nutricionales que necesita el cuerpo humano.
¿Cómo se financian?
La ONG no recibe apoyo o financiamiento de ningún ente estatal y sustenta sus comedores solidarios mediante sus microempresas de panificación, textiles y mudanzas. También recibe aportes esporádicos de algunas empresas y solicita apoyo de la población en general.
“Nos sostenemos trabajando, vamos a las empresas a pedir alimentos, a que nos rebajen o a trabajar para poder comprarlos. Pedimos que la sociedad pueda apoyarnos porque muchos pocos hacen mucho y los que tienen mucho apoyan entre nada y casi nada”, expresó Ugalde.
Quienes quieran apoyar con esta iniciativa pueden donar ropa en desuso, aparatos como televisores, frigoríficos o muebles como armarios y otros. También se pueden donar alimentos como arroz, azúcar, pollo, verduras, entre otros. Todo esto es recogido a domicilio por Remar Bolivia solo hay que contactarse al número 22312106 o al WhatsApp 70531007.
Algunos inconvenientes y dificultades
Instalar los comedores solidarios no fue nada fácil, Ugalde recordo que al principio hubo desconfianza de los vecinos. “La gente se preguntaba, ¿qué hacen, por qué lo hacen? Cuando alguien ayuda pareciera que lo hace con la intención de que otros lo vean, con una intención no muy sana, pero nosotros no tenemos eso. Nuestro trabajo lo hacemos con cariño”.
El director de la ONG también indica que los grandes supermercados no donan nada y que prefieren desechar los alimentos. Ante este panorama sugiere la creación de un banco de alimentos y de una norma que obligue a las empresas y supermercados a donar, posteriormente lo recolectado que sea distribuido entre todas las instituciones benéficas que ayudan a las personas.
¿Qué dicen los beneficiarios?
Una madre de familia llamada Virginia comentó a Bolivia Verifica que asiste al comedor solidario El Castillo desde hace tres años, cuando llegó a habitar esa zona, y le parece un apoyo importante.
“Venimos aquí desde años anteriores, desde que hemos habitado, desde ese momento hemos traído a mis pequeños a comer aquí todos los días. Yo vengo desde hace tres años, pero me dijeron que ha aparecido (el comedor) desde más antes. Esta súper la ayuda que nos brindan las hermanas que preparan, esta genial”, dijo.
Chambi dice que como encargada de uno de los comedores solidarios ve el agradecimiento de las familias. “El lugar es (para gente) de escasos recursos, no solo vienen los que viven por estos lugares, sino, también los que viven a los alrededores y se van satisfechos por la comida”.
Por su parte, Espejo aplaude el trabajo que hace Remar Bolivia con los comedores solidarios y a la vez menciona que existen otras instituciones que realizan el mismo trabajo a menor escala.
“Instituciones como Kurmi y Chasqui también se preocupan por la alimentación, pero trabajan únicamente con menores de edad en etapa preescolar y escolar. Sus administradores se instalan en varias zonas alejadas en distintas ciudades e inscriben una cantidad limitada de menores que necesitan ayuda alimentaria, su trabajo es financiado con cooperación internacional y aunque sea a menor escala, unos 15 o 20 niños, representa gran apoyo a muchas familias”, señaló.
En la siguiente entrevista, Ugalde brinda más detalles sobre los comedores solidarios de remar Bolivia.
Este reportaje fue elaborado en el marco del proyecto de apoyo a la investigación periodística, enmarcado en Periodismo de Soluciones (PdS), desarrollado por la Fundación para el Periodismo y Bolivia Verifica con el apoyo de la National Endowment for Democracy (NED).