Arce vuelve a hablar del litio, del Mutún y de Mayaya X1 como proyectos clave; analistas alertan de contingencias
Al inicio de su último año como presidente, Luis Arce admitió los efectos de la crisis económica y los errores del oficialismo en materia energética; reiteró que ejecutan un plan para reponer la economía.
Al inicio de su quinto y último año de gestión, el presidente Luis Arce reiteró que la industrialización del litio, la explotación del pozo Mayaya X1 y la puesta en funcionamiento del Complejo Siderúrgico del Mutún se constituirán en tres de los proyectos vitales para el sostén de la economía Bolivia. Sin embargo, tres analistas coincidieron, por separado, que en el escenario actual, el negocio del litio ya resulta inviable y que aún hay poca información sobre la exploración de hidrocarburos en el norte de La Paz como para ser demasiado optimistas.
En su informe de este 8 de noviembre, Arce admitió que la economía boliviana sufre las consecuencias de una caída drástica (del 54%) de la producción de hidrocarburos desde 2014 y reconoció que la crisis se originó “en una falta de visión en el sector energético”. Pero dijo que su administración “no está de brazos cruzados” y que ejecuta un plan para salvar a Bolivia.
Durante su mensaje del 6 de agosto de este año en Sucre, Arce ya se había referido a estos temas en el mismo sentido, asegurando que el objetivo de este gobierno se centra en la industrialización como el motor de la economía.
Los precios del litio cayeron y la demanda bajó
Durante su informe presidencial, Arce dijo que la Planta Industrial de Carbonato de Litio, emplazada en el salar de Uyuni (Potosí) con una capacidad para producir 15.000 toneladas métricas anuales, es un proyecto que encabeza la lista de obras importantes para el Gobierno.
Según la autoridad, este es “un recurso estratégico para el mundo” y, en consecuencia, su industrialización representa “una oportunidad para Bolivia”. En ese sentido, afirmó que “si la Asamblea Legislativa aprueba el primer contrato en este mes, en julio de 2025 comenzaremos a producir las primeras mil toneladas de carbonato de litio grado batería, y con ello, estaremos consolidando nuestra posición en el mercado global”.
Sin embargo, el analista y experto en temas energéticos, Francesco Zaratti, afirmó que el proyecto ya resulta inviable a estas alturas, principalmente porque el precio del litio está bajo. “La única forma de que este proyecto sea viable es que haya una producción enorme. Sin embargo, si hablamos de producir 10 mil toneladas, no es viable”, agregó.
Reconoció que el litio es un metal estratégico, pero advirtió que el proyecto en Bolivia tiene más preguntas que respuestas.
Para el analista y exministro de Hidrocarburos Álvaro Ríos, el tema de fondo es que China subvencionó a los fabricantes de vehículos eléctricos después de la pandemia. En consecuencia, Estados Unidos y Europa pusieron aranceles a los vehículos que funcionan con baterías de litio y la demanda se ha frenado.
“Había una sobredemanda generada por una subvención. En consecuencia, la demanda del litio se ha caído. El precio del litio, al igual que del petróleo, va a bajar y subir. (…) Al igual que en Mayaya X1, no hay nada”, resaltó Ríos.
El analista en temas energéticos Hugo Del Granado también coincidió en que el proyecto del litio es inviable, principalmente porque los precios han bajado en plena explotación. Además, se han descubierto nuevos yacimientos en Estados Unidos y Australia.
“Es un yacimiento complicado porque tiene mucho magnesio y potasio. Toda la inversión realizada, casi mil millones de dólares, ha resultado improductiva porque seguimos en pañales“, añadió.
Del Granado propuso realizar una investigación seria, pero sobre todo técnica, para estudiar la viabilidad del proyecto y ver los costos de producción del yacimiento, el precio del producto en el mercado y saber si todavía es rentable.
¿Cuánto varió el valor del metal en el mercado?
El litio, un recurso esencial para la fabricación de baterías, especialmente en vehículos eléctricos, se cotiza a 10.483 dólares por tonelada. Esta cifra es menos de un tercio del valor que tenía hace un año y está muy por debajo del pico alcanzado en 2022, cuando llegó a 80.900 dólares por tonelada.
En septiembre de este año, la Empresa Pública Nacional Estratégica de Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) firmó el primer contrato de asociación accidental con la empresa rusa Uranium One Group para producir 14.000 toneladas de carbonato de litio al año, producto de una convocatoria internacional.
Se utilizará tecnología de Extracción Directa de Litio (EDL) desarrollada por la firma rusa, lo que permitirá un mayor rendimiento en la producción de carbonato de litio, según el Gobierno.
Expertos alertan que el Mayaya X1 aún no da certezas
Arce también hizo referencia al pozo Mayaya X1, descubierto en el norte de La Paz, donde según las autoridades se ha detectado una reserva estimada en 1,7 trillones de pies cúbicos (TCF, por su sigla en inglés).
“Nuestro Gobierno está realizando un trabajo de exploración intensa. Estamos explorando en siete de los nueve departamentos, logrando éxitos exploratorios en gran magnitud, como es el campo Mayaya X1, donde ya se descubrió 1,7 TCF de gas, además de 5 TCF recursos potenciales dentro de la misma zona”, dijo el presidente.
En criterio del exministro de Hidrocarburos Álvaro Ríos, el Mayaya X1 no tiene el futuro prometedor que se predica, principalmente porque las cifras que se anunciaron no representan número reales. “Se están haciendo todavía algunas indagaciones para ver qué se puede hacer con ese pozo, pero por el momento no hay nada” insistió.
Para Zaratti, tampoco existe ningún avance. Aunque reconoció que hay gas en la zona, afirmó que no es comercial, por lo que no tiene ningún sentido invertir en ese pozo.
“No hay manera de obtener volúmenes suficientes de gas, tampoco hay cómo evacuarlos a los mercados de consumo, estamos hablando de una región completamente aislada. Tendría sentido si hubiera un cantidad muy grande de gas”, indicó.
“Yo tengo información de los ingenieros en sentido de que el pozo es un fracaso y es una lástima que el Presidente mienta, porque simplemente no hay esa producción de gas; es como vender la piel del oso antes de capturarlo”, ironizó Zaratti.
En esa misma línea, el experto en temas energéticos Hugo del Granado aclaró que se trata de un pozo en investigación y que en la situación actual es difícil establecer la magnitud de las reservas que puedan haber, ya que no se puede realizar ni siquiera una estimación gruesa de lo que podría contener.
“En principio no era un pozo exploratorio, no estaba destinado a encontrar reservas, sino a explorar la estratigrafía en la zona”, recordó.
Según Ríos, se necesitan unos cuatro años para perforar los pozos adicionales y corroborar si el volumen es suficiente para su comercialización. Pero además se necesita invertir en un gasoducto que conecte con uno ya existente o, en su caso, un camino para el transporte terrestre de petroleo en cisternas si se llegara a confirmar mayor producción de petróleo que de gas.
El descubrimiento del reservorio fue anunciado en julio
Con motivo de la efeméride departamental de La Paz, el presidente anunció en julio de este año el hallazgo de un megacampo de gas en el norte peceño.
El pozo se encuentra ubicado dentro del área Lliquimuni en el municipio Alto Beni, perteneciente a la provincia Caranavi de La Paz. En este nuevo descubrimiento se estima un recurso de 1,7 TCF de gas natural, solo en la estructura perforada recientemente, según YPFB. Se prevé, además, la existencia de al menos cinco estructuras aledañas similares.
De acuerdo con la estatal petrolera, habrá tres proyectos de perforación adicionales en el corto plazo, que son dos pozos delimitadores en la estructura Mayaya y un pozo exploratorio en una estructura aledaña al este.
Para la entrada de producción temprana, se plantea transportar una planta existente y construir un ducto desde Mayaya hasta Senkata, en El Alto de La Paz, así como también evacuar los líquidos a Sica Sica.
La inauguración de la planta del Mutún se deja esperar
De los tres proyectos mencionados por Arce, el Complejo Siderúrgico del Mutún, ubicado en Puerto Suárez, Santa Cruz, el que más ha avanzado, según los datos oficiales.
“A tres años de la reactivación del Complejo Siderúrgico del Mutún, una obra estrella del Bicentenario, tiene un avance del 94% en su construcción y en diciembre de este año entregaremos seis de los siete módulos que entrarán en operación permitiendo a las y los bolivianos ingresar en la era de de la siderurgia e industrialización del mineral del hierro para obtener acero boliviano”, dijo el mandatario.
La previsión es producir cerca de 200 mil toneladas anuales de barras corrugadas para la construcción de alambrón, lo que significaría la sustitución de importaciones de acero en casi 50%, por valor de unos 200 millones de dólares en los primeros años, afirmó el gobernante.
Bolivia importa cada año aproximadamente 450.000 toneladas de acero de los mercados de Perú, Argentina y Brasil.
Joshua Bellott, experto en temas económicos, recordó que los intentos por explotar el Mutún llevan décadas y muchos tropiezos por la “inoperancia e ineptitud” de las autoridades, y aunque reconoce que el volumen de reservas que posee este yacimiento es “apreciable” teme del fracaso del proyecto por dos aspectos.
Por un lado, porque la administración pública ha demostrado ineficiencia y altos niveles de corrupción.”Cuando uno trabaja con plata ajena (del Estado) no interesa ser eficiente”, afirma. Y por otro, porque Brasil “es un monstruo en la explotación de hierro” y si Bolivia aspira a ganar mercados debería ser “altamente competitiva”.
En su criterio, con lo que hay hasta ahora, “habrá que abrigar un poco de esperanzas” para que el complejo empiece a operar.
El economista Marco Antonio del Río coincidió en que el yacimiento del Mutún es enorme, pero cree que las “posibilidades de explotarlo por el momento” no están claras. “Las expectativas que el gobierno pone en este proyecto” que ha sufrido tanto retraso “son como cortinas de humo” para justificar una gestión que “deja mucho que desear”, dijo.
De acuerdo con reportes de prensa, durante la Rendición Pública de Cuentas Inicial 2023, realizada en abril de ese año, el presidente de la Empresa Siderúrgica del Mutún (ESM), Jorge Alvarado, proyectó que culminarían la construcción y el montaje de los equipos del complejo hasta finales de 2023, para comenzar a operar a partir de septiembre u octubre de 2024.
Sin embargo, esto no sucedió. De hecho, en septiembre de este año, el Ejecutivo informó que reprogramó la inauguración de la Siderúrgica del Mutún por efecto de los incendios forestales y los conflictos sociales.
“El acto de arranque del Complejo Siderúrgico del Mutún será reprogramado debido a que nuestro Gobierno nacional está concentrando sus esfuerzos en atender los incendios que aún afectan la salud y bienestar de varias familias bolivianas; y en solucionar los problemas sociales en la ciudad de La Paz, que repercuten en toda Bolivia”, se lee en un comunicado de la Empresa Siderúrgica del Mutún (ESM) publicado el 24 de septiembre reciente.
Bolivia tiene una de la mayores reservas de hierro, con un potencial estimado de 40 mil millones de toneladas, lo que representa la oportunidad de explotar el yacimiento por más de 6.000 años, dijo el presidente.
El complejo industrial se emplaza en 42 hectáreas y contará con siete plantas: concentración, peletización, reducción directa, aceración, laminación, central eléctrica y auxiliares, que implican una inversión de $us 546 millones. De todas, la construcción de la Planta de Reducción Directa será concluida en marzo de 2025.