A propósito de Milton, ¿qué es un huracán y por qué es peligroso?
El huracán Milton pasó por Florida (EEUU) y la fortuna quiso que los devastadores pronósticos no se cumplieran. Sin embargo, millones de personas sienten los efectos. Aquí te contamos qué son, cómo se forman y qué intensidad pueden llegar a tener.
Unas tres millones de personas sin electricidad, miles de evacuados y al menos 16 fallecidos es el saldo provisional del huracán Milton a su paso por Florida. El suceso generó especial preocupación en las autoridades de Estados Unidos y los habitantes de la zona en riesgo porque los meteorólogos pronosticaron que Milton podría alcanzar categoría 5 y ser altamente peligroso si no se tomaban previsiones.
Y tú, sabes qué son los huracanes, cómo se producen, cómo están categorizados, en qué regiones del mundo más recurrentes y cuán devastadores pueden ser. Estas y otras interrogantes son absueltas en este explicador.
Uno de los fenómenos naturales más peligrosos
La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por su sigla en inglés) describe a los huracanes como “las tormentas más grandes y violentas de la Tierra”.
Un huracán es un fenómeno meteorológico que se conoce como un ciclón tropical. Se caracteriza por una circulación de vientos alrededor de un epicentro, conocido como ojo de la tormenta, formando un gran remolino de aire en la atmósfera.
Se desarrollan principalmente sobre aguas cálidas y son capaces de generar vientos extremadamente fuertes, lluvias intensas y marejadas ciclónicas.
Los huracanes, según National Geographic, son uno de los fenómenos meteorológicos más poderosos que existen y que más daños provocan a su paso. Los de mayor intensidad pueden llegar a medir entre 8 y 10 kilómetros de alto, unos 500 kilómetros de ancho y alcanzar vientos sostenidos de más de 200 kilómetros por hora.
Sin embargo, los huracanes no se forman en todas partes de mundo, sino sobre océanos de agua templada, cerca de la Línea del Ecuador. Las tormentas que se forman en la parte sur de la línea del Ecuador giran en el sentido de las manecillas del reloj y las que se forman en el norte, lo hacen en el sentido contrario. Esta diferencia se debe a que la Tierra gira sobre su eje, según la NASA.
Esta ilustración elaborada por la NASA muestro las zonas donde se forman los huracanes.
La temporada de huracanes del Atlántico dura de junio a noviembre, y la temporada alta va desde mediados de agosto hasta fines de octubre.
¿Cómo se forma uno?
Para la formación de un huracán se requieren varios elementos y ciertas condiciones climáticas:
Temperatura del agua: La superficie del océano debe estar por encima de 27°C, con una capa espesa de agua caliente.
Humedad: Se necesita una alta humedad en la atmósfera, especialmente en las capas bajas y medias.
Vientos “adecuados”: Debe haber vientos con un giro horizontal que permitan la concentración de la tormenta, y una baja cizalladura vertical (variaciones del viento con la altura) para mantener el sistema intacto.
Ascenso del aire cálido: A medida que el aire cálido y húmedo se eleva desde la superficie del océano, crea un área de menor presión. Este aire ascendente se enfría y forma nubes, liberando calor en el proceso, lo que a su vez reduce aún más la presión en el centro.
Ciclón tropical: Con el tiempo, si las condiciones se dan, la tormenta comienza a girar debido al efecto Coriolis (la rotación de la Tierra), formando un sistema organizado. Cuando los vientos alcanzan velocidades de 74 mph (119 km/h), se clasifica como huracán.
Estructura del huracán: El sistema presenta un ojo central tranquilo rodeado por la pared del ojo, donde se encuentran los vientos más intensos y las lluvias más fuertes. Las bandas nubosas en espiral alrededor del ojo son responsables de las precipitaciones.
Desarrollo y movimiento: Los huracanes pueden desplazarse a grandes distancias sobre el océano, alimentándose del calor del agua. Sin embargo, al tocar tierra, pierden su fuente de energía y tienden a debilitarse, aunque pueden causar daños significativos debido a lluvias intensas y vientos fuertes.
¿Cuáles son las categorías y los peligros que conlleva?
Los huracanes se clasifican en cinco categorías según la velocidad del viento, la presión central y el potencial de daños. Los huracanes de categoría 3 y superiores se consideran importantes, aunque las categorías 1 y 2 siguen siendo peligrosas y requieren de atención.
Los huracanes se clasifican según la escala Saffir-Simpson, que divide estos fenómenos en cinco categorías basadas en la velocidad del viento:
Categoría 1: Vientos de 119 a 152 km/h; daños menores.
Categoría 2: Vientos de 154 a 177 km/h; daños moderados.
Categoría 3: Vientos de 178 a 208 km/h; daños significativos.
Categoría 4: Vientos de 209 a 251 km/h; daños severos.
Categoría 5: Vientos superiores a 252 km/h; devastación total.
De acuerdo con un reporte de la CNN, al tocar tierra, los huracanes se debilitan porque ya no tienen una fuente de alimentación de los océanos. Sin embargo, cuando su potencia es tan fuerte, alcanzan a causar grandes daños cuando se adentran en tierra debido a sus vientos y a la lluvia que generan a su paso.
¿Cómo se les ponen nombres a los huracanes?
Los nombres de los huracanes —Katrina, Beryl, Dorian, Matthew, Hermine, Fiona, Alex, Irma y otros— son tomados de una lista del Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) que se mantienen y actualizan a través de un procedimiento estricto a cargo de un comité internacional de la Organización Mundial Meteorológica, según indica el NHC.
La lista del Atlántico cuenta con una relación anual de 21 nombres masculinos y femeninos que van alternándose, dice National Geographic. Cada año la lista cambia, y cada 6 años se completa un ciclo. En la cuenca del Pacífico, el procedimiento es idéntico, aunque la lista cuenta con 24 nombres. Así, “cada vez que hay una nueva tormenta, las autoridades meteorológicas solo tienen que seguir el orden de la lista hasta completar de nuevo un ciclo”.
Huracán Milton
El huracán Milton ha tocado tierra en Siesta Key, Florida, durante la noche del miércoles 10 de octubre, dejando a su paso un rastro de destrucción. Al menos 16 muertes han sido confirmadas, según las autoridades locales.
Más de tres millones de personas se han quedado sin electricidad a causa del fenómeno. Con Milton ya en el Atlántico, después de haber salido por la costa este del Estado tras azotar ciudades como Orlando y Daytona, se espera que las condiciones meteorológicas empiecen a mejorar en las próximas horas.