Desde El Alto se teje una red de escuelas amables y seguras para estudiantes y sus familias
Desde hace más de 10 años, colegiales participan de diversas actividades en las que desarrollan autoestima y seguridad, pero también se trabaja en la prevención de violencias, embarazo precoz y otros; del proceso participan activamente los padres y madres de familia.
Carla, de 16 años, cursa el penúltimo año de escolaridad y por ahora, en su tiempo libre, colabora en la limpieza de hogares. En 2025 estará en la Promoción y aún no ha decidido qué estudiar, pero otra preocupación le aqueja más: ella sufre un trastorno alimenticio, está disconforme con su cuerpo y cada vez que come, le ataca la culpa.
Proviene de una familia con escasos recursos de la ciudad de El Alto, su mamá lo ha notado, pero no sabe cómo enfrentar este problema de salud. Carla necesita atención médica, pero también orientación y reforzar su autoestima y su seguridad.
Una iniciativa promueve el desarrollo integral de las y los jóvenes, su estabilidad socioemocional y las relaciones sanas y respetuosas dentro del hogar. Asimismo, apuntan a disminuir el comportamiento delictivo, los embarazos no deseados a temprana edad y otras problemáticas sociales que acechan a esta población.
Se trata de la Red de Escuelas Amables y Seguras de la que participan varias unidades educativas de El Alto y La Paz. En esta nota te contamos cómo funciona, desde cuando está activa y quienes pueden ser parte.
La educación socioemocional es importante
El informe “Repensando el Aprendizaje” de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco por sus siglas en inglés) indica que implementar la educación socioemocional en las niñas, niños y adolescentes tiene los siguientes beneficios:
- Mejora el control de impulsos.
- Entrega habilidades de regulación emocional.
- Promueve la cooperación.
- Disminuye las tasas de delincuencia, comportamiento delictivo y embarazo adolescente.
Según la Unesco, el aprendizaje social y emocional (ASE) también es una metodología de enseñanza que permite a los estudiantes identificar y estudiar sus emociones, a la vez tiene varios beneficios como:
- Autocontrol
- Autoconciencia
- Habilidades Relacionales
- Conciencia Social
- Responsabilidad en la toma de decisiones
Quienes imparten el ASE transmiten valores, inspiración y orientación. Esto beneficia a los estudiantes, a sus familias y a la sociedad en general. Por eso, la Unesco recomienda su implementación en el sistema educativo mundial.
La experiencia en El Alto y La Paz
La Fundación Comunidad de Productores en Artes (Compa) promueve este tipo de aprendizaje para que los estudiantes de distintas unidades educativas desarrollen habilidades socioemocionales a través de las artes. Su directora ejecutiva Karina Romero explica que buscan que los jóvenes tengan relaciones saludables con uno mismo, pero también con los demás.
“Tenemos una pedagogía de cuerpos libres que es bastante horizontal y nos permite dialogar con los niños, niñas, adolescentes y jóvenes, esto permite que ellos nos digan lo que sienten, pero además están fortaleciendo sus habilidades personales, sociales para poder enfrentar el mundo”, menciona.
La experiencia prueba que muchos de las y los participantes empiezan con diversos grados de timidez e inseguridad que terminan siendo más expresivos, seguros de sí mismos, fortalecidas y fortalecidos.
La Red nació en El Alto y posteriormente se extendió a unidades educativas de La Paz, explica Alexandra Otsubo, encargada de comunicación de la fundación.
Entre 2011 y 2012 trabajaron arduamente en una especie de laboratorio, probando y creando su metodología. Esto fue clave para tener claridad en la forma de intervención; por ejemplo, necesitaban conocer bien a la población con la que trabajarían, su situación, necesidades, problemas y aspiraciones
Su trabajo se extendió con el tiempo y en 2018 se conformó oficialmente la Red de Escuelas Amables y Seguras, que actualmente trabaja con ocho colegios, pero que anteriormente llegó a integrar hasta 20.
En el proceso fue importante convencer de la importancia de la intervención a las y los directores de las unidades educativas, pero también al resto de la comunidad educativa, es decir a los padres y madres de familia y a los propios estudiantes.
Además, afinaron un método para reclutar a egresados de la carrera de Educación, para que sean ellos y ellas quienes conduzcan los procesos de autoconocimiento y desarrollo a través de los talleres y actividades que desarrollan.
“Trabajamos por escuelas sin sexismo, sin machismo y sin toda forma de discriminación, trabajamos en la prevención de violencias, de casos de acoso, de bullying en las unidades educativas y sobre todo con enfoque en la cultura de paz, comunicación asertiva y mejorar las relaciones que existan”, dice Otsubo.
¿Cómo trabajan y cómo ser parte de la iniciativa?
La fundación Compa ha bautizado a red de pasantes con el nombre de “Revolución”; este grupo está conformado por egresados o profesionales y titulados en el área de Ciencias de la Educación, quienes reciben capacitación y posteriormente desarrollan intervenciones (talleres) en distintos colegios.
Las visitas se coordinan con las y los profesores, a la vez con las juntas de padres de familia. Las y los estudiantes que deseen ser parte de esta Red deben enviar una solicitud mediante la dirección de su unidad educativa a la Fundación Compa. Esta institución se encargará de hacer todas las gestiones necesarias y no tiene costo.
La participación de los progenitores es importante
Desde la fundación Compa consideran que el trabajo estaría incompleto sin el concurso de los padres y madres de familia. Por eso, promueven una comunicación constante y más fluida con sus hijos e hijas, para que puedan saber qué es lo que están viviendo día a día, qué problemas están atravesando y cómo pueden ayudarles.
Los padres y madres de familia también participan de distintos talleres y actividades acerca de diversas temáticas, con la finalidad de que desarrollen las habilidades para relacionarse mejor con todos los miembros de la familia, pero también para que puedan advertir cualquier peligro que aceche a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes, sobre todo en lo relacionado a las violencias, el acoso escolar entre pares, la trata y tráfico y otros problemas sociales.
Según Otsubo, en estos años, cientos de padres y madres de familia han desarrollado una serie de habilidades para tener una «mejor relación con sus hijos e hijas. Es muy importante que pueden desarrollar una comunicación muchísimo más fluida, por la comunicación asertiva dentro de la familia también sierva para la prevención de la violencia”, comenta.
No es asistencialismo
Uno de los inconvenientes que identifica la Fundación Compa al momento de desarrollar las intervenciones es que, en algunos casos, la comunidad educativa espera que se les otorgue algún beneficio material.
Romero hace énfasis en este punto e indica que no son asistencialistas y que su aporte a las y los participantes se centra en el desarrollo integral de las y los jóvenes y sus familias, brindándoles las mejores herramientas para que crezcan en un entorno saludable en todo sentido.
«Algunas unidades educatvas están a la expectativa de qué se les dará (…). Pero, por fortuna, con las actividades que desarrollamos, logran entenderlo y se sienten satisfechos con los resultados y además aportan», dice.
Desde la Fundación Compa creen que es muy importante trabajar por escuelas libres de todo tipo de violencia y envían el siguiente mensaje a la sociedad en general:
Este reportaje fue elaborado en el marco del proyecto de apoyo a la investigación periodística, enmarcado en Periodismo de Soluciones (PdS), desarrollado por la Fundación para el Periodismo y Bolivia Verifica con el apoyo de la National Endowment for Democracy (NED).