EcoWarmis, la iniciativa creada por mujeres de la tercera edad dedicadas al reciclaje y la educación medioambiental

Hace casi una década, un grupo de recicladoras de La Paz decidió asociarse con el propósito de apoyarse mutuamente para generar recursos económicos que garanticen su subsistencia; además, fomentan la conciencia mediambiental en la ciudadanía.

Reunidas para la foto, este grupo de las EcoWarmis luce su chaleco distintivo.

La mayoría son mujeres de la tercera edad con escasa o casi ninguna oportunidad de hallar un empleo formal, sin embargo, su trabajo es arduo y conocen mejor que nadie el rubro del reciclaje. Al momento suman cerca de 30 y están agrupadas en una organización que se hace llamar EcoWarmis: «eco», por su compromiso con el cuidado medioambiental y «warmis» tomado del vocablo aymara que significa mujeres.

Y sí, son mujeres respetuosas del medio ambiente, pero también son muy orgánicas y hasta han logrado el reconocimiento del gobierno municipal de La Paz para organizar eventos de concientización ciudadana y educación ambiental. Además, en casi una década de existencia han tejido una red de apoyo mutuo para diversas temáticas.

Todo esto les permite generar ingresos económicos para su subsistencia a partir del acopio de diversos materiales reutilizables que luegoclasifican y venden a empresas que les dan «nueva vida».

Felipa Uruchi, vicepresidenta de EcoWarmis, le cuenta a Bolivia Verifica que antiguamente tenía trabajo, pero que desde que cumplió 60 años ya no puede conseguir una fuente laboral y debe dedicarse al reciclaje para mantenerse.

Uruchi es una de las y los bolivianos que trabaja en condiciones de precariedad, es decir tiene una ocupación pero no goza de ningún beneficio social. En diciembre de 2023 y con base en datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el diario El País informó que “un 85% de los ocupados en Bolivia forma parte del sector informal”.

“Datos del Instituto de Estudios Avanzados en Desarrollo (Inesad) y la Central Obrera Departamental (COD), dan cuenta que solo el 15% de los ocupados tiene una fuente de empleo formal, mientras que el restante 85% es parte del sector informal”, se lee en la nota periodística del medio.

La trabajadora social Pamela Velasco aclara que estar empleado y trabajar son cosas distintas. 

“El empleo es una labor remunerada, con un salario establecido; muchas veces tiene seguro médico, aportes para la jubilación y a veces el respaldo de un sindicato, entre otros beneficios. El trabajo es una actividad que se hace, por lo general, por cuenta propia y sin remuneración fija. Por ejemplo: un funcionario es un empleado y un comerciante es un trabajador; el primero tiene salario y beneficios, el segundo tiene que vender para generar ingresos, si no vende no hay nada”.

Velasco dice que es cada vez más difícil conseguir trabajo en Bolivia y que la situación se complica aún más para las personas de la tercera edad, que tienen menores oportunidades que los jóvenes.

“Por eso, continuamente crece más el comercio informal; como la gente no tiene empleo y tiene que vivir de algo, se pone a vender lo que sea, a cuidar coches, a reciclar, a lustrar zapatos y otras actividades por cuenta propia”.

El reciclaje, una alternativa al desempleo 

Las miembros de EcoWarmis tienen años de experiencia en este rubro y la mayoría comenzó ejerciendo el oficio de manera individual; como coincidieron en diversos espacios públicos, tendieron lazos y ese fue el puntapié para fundar este iniciativa. Así decidieron crear la asociación, para sostenerse y trabajar de manera más organizada.

Uruchi comenta que junto a sus compañeras recorren distintos barrios de la Zona Sur de La Paz recogiendo botellas pet y otro tipo de plásticos, además de papel, cartón y latas de aluminio; de igual manera, residuos electrónicos, chatarra, ropa, zapatos y juguetes.

Reina Mamani es responsable de actas de EcoWarmi y detalla que las botellas pet se venden en Bs 1,50 el kilo; el papel y nylon a Bs 3,50 y que el valor de los demás materiales están en ese rango.

Para muchas mujeres esta es la única manera de generar ingresos diarios y mantenerse.

¿Quiénes son las EcoWarmis?

El reciclaje es una actividad a la que miles se dedican en Bolivia. En anteriores reportajes contamos que existen familias enteras que ocupadas con esta labor desde hace varios años. EcoWarmis se diferencia de otras iniciativas similares por su cualidad de reunir únicamente mujeres y, en especial, de la tercera edad.

Benita Zárate lleva 39 años reciclando, actualmente tiene 71 años edad. “Sigo trabajando, con eso yo vivo, reciclo botellas, papeles, cartones, frascos de vidrio. Antes buscaba todo el día material, pero ahora empiezo a las 16:00 y trabajo cinco horas”, cuenta.

Zarate y sus colegas decidieron agruparse hace nueve años para formar esta asociación con el propósito de apoyarse mutuamente. Al principio eran 15 personas, pero ahora son más de 25.

Mamani aclara que son independientes, pero que desde hace dos años reciben el apoyo de la Alcaldía de La Paz que las carnetizó y entregó credenciales.

Esto facilita que las recicladoras puedan recoger distintos materiales de los contenedores de basura que están en ciertos puntos de la ciudad de La Paz. Además, tienen permisos para realizar ferias de reciclaje en diversas plazas donde convocan a los vecinos a llevar sus materiales en desuso.

Promueven la concientización 

Estos espacios también son propicios para la educación medioambiental, algo que —reconocen— es muy escasa y necesaria.

Con el propósito de generar conciencia en la población, las EcoWarmis realizan ferias en distintas plazas de la urbe paceña donde indican el porqué es importante el reciclaje y cómo puede ayudar al cuidado ambiental. Pero también asistieron a varias unidades educativas donde, mediante charlas y entrega de folletos, enseñaron a los más jóvenes el valor del reciclaje.

En 2021 la Confederación Boliviana del Reciclaje, Transformación y Tecnología indicó que en Bolivia se producían a diario más de 7.000 toneladas de basura y que únicamente se reciclaba el 4%.

En criterio de las EcoWarmis, a la fecha, el panorama no ha cambiado mucho y lamentan que en La Paz la cultura del reciclaje es mínima.

Peligros a los que se exponen 

Felipa Chipana lleva 29 años en el reciclaje y comenta que son muy pocos los vecinos paceños que separan sus desechos como se debe: “Mayormente tengo que sacar y escoger de la basura”.

Mezclar todos los desechos puede ocasionar que el papel y otros materiales se manchen con comida, grasa y otros y ya no se pueda reciclar. Pero además esta mala práctica pone en riesgo a las recicladoras que a veces sufren cortaduras y otro tipo de lesiones cuando escogen entre la basura y se topan con vidrios rotos, astillas, hojas de afeitar u otros. 

Otra de las dificultades por las que atraviesan es la falta de un espacio para poder acopiar sus materiales y luego comercializarlos al por mayor a mejores precios.

También buscan el reconocimiento de su asociación, es por eso que desde hace un par de años están tramitando su personería jurídica.

Si desea contactarse con las EcoWarmis, puede comunicarse con Felipa Uruchi al 78993884 o escribirles a través de su página de Facebook haciendo clic aquí: EcoWarmis recicladoras.

Este reportaje fue elaborado en el marco del proyecto de apoyo a la investigación periodística, enmarcado en Periodismo de Soluciones (PdS), desarrollado por la Fundación para el Periodismo y Bolivia Verifica con el apoyo de la National Endowment for Democracy (NED).

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