Enkarte comparte la “receta” para construir muebles hechos de cartón, desde un enfoque social y ecológico

La iniciativa no solo busca ofrecer soluciones prácticas y creativas en el ámbito del mobiliario, sino que también busca sensibilizar sobre el cuidado del medio ambiente y la inserción a la sociedad de poblaciones marginalizadas.

David Ovando

Enkarte es más que una iniciativa para convertir cartón desechado en muebles de alta resistencia, artículos ornamentales o juguetes. A lo largo de sus 12 años de vida, esta iniciativa se ha consolidado en un proyecto con conciencia ecológica y compromiso social, pues miles de personas, sobre en todo en situación de vulnerabilidad, se han capacitado en esta técnica, ya sea para abrir un negocio o como terapia ocupacional para la reinserción social.

El responsable del emprendimiento es Jorge Burgoa, también conocido como KokoElCartonero, un cochabambino que hoy vive en Italia y que fundó Enkarte en marzo 2012 en La Llajta.

La iniciativa nació con la experiencia heredada de su padre, quien le enseñó a reutilizar los materiales en desuso, principalmente el cartón.

«El cartón es un material muy despreciado en los mercados (…). Enkarte nace para intentar apoyar a las personas más desprotegidas y a grupos de personas con discapacidad», dice Burgoa, quien reconoce que al principio su propuesta tenía poca credibilidad por parte de la gente.

Burgoa prefiere no hablar de reciclaje, sino de reutilización. Asegura que nunca compró cartón y que de inicio juntó su materia prima de los puntos de desecho de basura. «Tenía un carrito con el que recorría basureros, supermercados y tiendas de electrodomésticos», recuerda. Pero llegó el día en que las empresas le dejaban el material en su propia casa, incluso en camiones.

¿Qué produce Enkarte?

Burgoa siempre vio en el cartón desechado una oportunidad, fue así que empezó a generar ideas y luego artículos funcionales, de baja inversión y alta resistencia.

Gracias a una sencilla pero cuidadosa técnica de reutilización, Enkarte produce una variedad de muebles modulares, como escritorios, estantes y camas, entre otros, contribuyendo así a la reducción de residuos y a las prácticas sostenibles en el ámbito del diseño y la decoración de interiores.

En Enkarte, los muebles de cartón se fabrican utilizando una técnica innovadora que aplica un concepto social: «todos, apoyados unos en los otros, forman la estructura». Así, sus muebles son altamente resistentes, debido a que por dentro están construidos con pedacitos de cartón detallada y cuidadosamente ensamblados.

Para 2014, Burgoa cubrió progresivamente los pedidos que le solicitaban a través de las redes sociales; en esta iniciativa trabajaron él y toda su familia, incluyendo sus hijos Adrián y Jorge Jr.

Hoy, él vive en Italia, compartiendo su conocimiento y experiencia en «reutilizar» el cartón para construir artículos resistentes y de calidad.

«La actividad es la misma acá (Italia), he comenzado a recolectar cartones en los contenedores y negocios. Aquí es más sencillo porque existe más educación en la separación de los materiales para recuperar el cartón».

Burgoa dice que la experiencia en Italia, comenzó como en Bolivia, con la exposición de su propuesta y los trabajos de campo. Empero, el proceso en las escuelas tuvo resultados «increíbles» en la Reggio Emilia, una provincia de la región de la Emilia-Romaña, en Italia.

 

Compartir la técnica y la experiencia

Burgoa aclara que la suya no es una empresa ni un negocio ni una fundación; de hecho, se declara enemigo del asistencialismo. Enkarte es una organización comunitaria boliviana sin fines de lucro que tiene por objetivo compartir su técnica y su experiencia para generar conciencia ecológica y social.

Por tanto, además de sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de cuidar el medio ambiente y reutilizar los materiales en desuso, promueve la solidaridad entre las comunidades.

En un ambiente de hermandad y empatía, Enkarte ha capacitado solidariamente a más de 900 personas que han empleado 77 toneladas de cartón usado en diversas creaciones. Ahora que KokoElCartonero está en Italia, las capacitaciones siguen en línea y solo pide como requisito el juntar al menos a 15 personas.

Los talleres se pueden usar con dos finalidades, ya sea para que las y los participantes inicien un negocio o también como terapia ocupacional productiva de rehabilitación o reinserción social.

En ese sentido, Enkarte ha trabajado con niños, adolescentes y jóvenes en situación de calle o situación de vulnerabilidad, por ejemplo de las escuelas Don Bosco y Aldeas SOS, pero también con personas con capacidades diferentes, grupos de mujeres que busca autonomía económica, adultos mayores y personas recluidas en centros penitenciarios.

Para iniciar un negocio independiente en este rubro, dice Burgoa, se necesitan menos de 50 bolivianos, pues basta con reunir cartón desechado y comprar un buen estilete, una regla metálica y pegamento (carpicola). Pero pide no descuidar el uso de guantes, barbijo y unos lentes protectores, nada muy caro, pero muy necesarios.

Videos tutoriales e información adicional sobre sus actividades están sus redes sociales de Facebook, Youtube.

Asimismo, llevan su conocimiento a escuelas, colegios y universidades, para generar conciencia ambiental. De igual manera realizan exposiciones interactivas que resaltan la importancia del reciclaje y la reducción de residuos durante las vacaciones.

Esta iniciativa ecológica y social requiere de apoyo solidario, que se destinará al desarrollo de las diferentes secciones del parque, la producción de videos, manuales educativos y las diversas actividades sociales de Enkarte, por un mundo digno y sostenible. Por tanto, es posible realizar ofertas gratuitas, individuales o institucionales, patrocinando el encuentro contactando con el propio Burgoa.

 

Este reportaje fue elaborado en el marco del proyecto de apoyo a la investigación periodística, enmarcado en Periodismo de Soluciones (PdS), desarrollado por la Fundación para el Periodismo y Bolivia Verifica con el apoyo de la National Endowment for Democracy (NED).

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